Contra el vaciamiento de la Democracia
FP.- Los elementos institucionales de la Democracia son las elecciones periódicas, los parlamentos democráticos, el poder judicial independiente y la prensa libre.
Es perfectamente posible que todos ellos sigan funcionando pero sin cumplir la función que deberían.
El riesgo radica en que una democracia vaciada de contenido nos arrastre a una falsa sensación, por falta de análisis o incredulidad, de que nada está en peligro.
La democracia podría caer; aún permaneciendo intacta.
El próximo domingo 13 de junio en Madrid es otra oportunidad para que centenares de miles de españoles protestemos contra el abuso de poder de un gobierno que lleva deslegitimándose desde el mismo día que se puso en marcha.
Con independencia de los indultos y su significado, cuestión esencial de la convocatoria, está como objetivo central protestar por el vaciamiento alarmante de la Democracia por acción del Gobierno.
El parlamento desde que aupó a Sánchez es una mera figuración. El debate político es solo una melodía diaria sin capacidad de modificar o matizar siquiera mínimamente la acción de la coalición. La prensa crítica es despreciada. La sociedad civil está apartada de cualquier consideración.
Y ahora la Justicia en el supremo papel de defensa de las libertades colectivas de todos los ciudadanos a propósito de un golpe de Estado contra la propia Democracia es desactivada guillotinándola sin pudor al indultar a quienes se condenó sin que cumplan, a tenor del Tribunal sentenciador, ni uno solo de los requisitos que la Ley exige.
Los españoles se han manifestado con su Gobierno contra el terrorismo y el golpismo cuando asediaban la Libertad
Los españoles se han manifestado contra el Gobierno en determinadas situaciones o decisiones que parte del país no compartía.
Pero el domingo próximo la esencia de la protesta es de diferente naturaleza. Es el propio gobierno el que está asediando la libertad de los españoles. No es contra decisiones con las que se puede estar o no de acuerdo, es una llamada a despertar del letargo porque se está instaurando un régimen que suplanta la Constitución sin tocarla a base de hechos consumados.
Vivimos un vaciamiento de la letra y el espíritu de las bases de nuestra convivencia democrática cuya inercia diaria lleva siempre hacia la misma meta, subvertir el sistema sin tocarlo. Abolir la Constitución sin pasar por las urnas.