Los Reyes y las infantas presiden la misa funeral por las víctimas del Covid-19 en La Almudena

La Iglesia arropó este lunes a las miles de familias que han perdido a sus seres queridos durante la pandemia del Covid-19 como mejor sabe hacerlo: con la oración. «Nos hemos reunido en esta celebración de la Eucaristía para orar por nuestros hermanos que han fallecido durante esta epidemia que aún estamos sufriendo y que asola a todos los pueblos de la tierra», aseguró el arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, durante la misa funeral celebrada esta tarde en la catedral de La Almudena y presidida por sus Majestades los Reyes.

Acompañado por el presidente de la Conferencia Episcopal Española, el cardenal Juan José Omella y una treintena de obispos y autoridades del Estado, monseñor Osoro aprovechó su homilía para hacer un llamamiento a la unidad en medio del «sectarismo, la crispación y el enfrentamiento».

«En este tiempo la humanidad necesita recordar dos sustantivos: hijos y hermanos. Olvidar estos sustantivos y vivir de adjetivos, como tantas veces hacemos, es un suicidio», aseveró el prelado, quien subrayó que «en esta pandemia hemos visto cómo muchas personas, creyentes y no creyentes, sacaban lo mejor de sí mismas y daban una sencilla lección de solidaridad hasta dar la vida por cuidar la ajena, conscientes precisamente de que somos hermanos».

El cardenal recordó que durante estos meses de estado de alarma el personal sanitario, los transportistas, los empleados de supermercado, los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad, los docentes, los sacerdotes, los padres y madres de familia «no han vivido para sí mismos, sino para los demás». Por ello, y frente a «una crisis económica y social sin precedentes», pidió seguir estos buenos ejemplos «para cimentar una sociedad en la que nadie se quede atrás».

«Lo primero y más humano es llorar»

El arzobispo de Madrid aseguró que el Covid-19 ha sido «una tormenta inesperada y furiosa» que «nos sorprendió a todos y rompió nuestros esquemas». «Lo primero y más humano es llorar y sentirnos solidarios con las lágrimas de miles de personas que han perdido a sus seres queridos y que aún viven las consecuencias de un duelo tan complejo», señaló el prelado, quien en medio del «dolor», sin embargo, reivindicó «el derecho a la esperanza».

«Es una esperanza nueva que viene de la certeza de que el Señor conduce todo hacia el bien porque incluso hace salir de la tumba la vida», aseveró el arzobispo de Madrid, quien insistió en combatir «el sectarismo, la crispación y el enfrentamiento» con «la solidaridad y el trabajo por el bien común».

El presidente de la Conferencia Episcopal Española, el cardenal Juan José Omella, reivindicó, por su parte, «la despedida merecida» que la sociedad española debía a las víctimas del Covid-19.

«Es profundo el dolor que ha provocado en nosotros no solo su muerte sino también las condiciones de su partida, lejos del contacto de sus familiares y amigos, sin poder cruzar palabra, sin poder despedirnos de ellos. Rezamos por todos ellos y por sus familiares», aseguró el arzobispo de Barcelona al inicio de la ceremonia, a la que asistieron más de 70 familiares que han perdido algún ser querido durante la crisis sanitaria.

Durante su mensaje de bienvenida, el cardenal también destacó «la gran reserva de humanidad, caridad y acción solidaria» que hay en la sociedad española y deseó que «la experiencia vivida» por la pandemia del Covid-19 sea también «una oportunidad para avanzar en el camino espiritual».