Gregorio Benito, un mito del madridismo, ha muerto. Estaba muy delicado de salud. Hacía tiempo que ya no podía mantener una conversación por teléfono, la cabeza se le iba cuando le preguntabas por cosas de fútbol. Paula, su esposa, una mujer magnífica, nos decía que ya no podía hablar. El madridismo se vuelve a teñir de luto.

Benito, el histórico defensa del Real Madrid de los años sesenta y setenta, ha fallecido a los 73 años de edad.

Vistió la camiseta blanca de 1969 a 1982 y disputó 420 partidos oficiales. Nació en Puente del Arzobispo (Toledo) el 21 de octubre de 1946 y con 16 años entró a formar parte de las categorías inferiores del Real Madrid. Un portento físico, con saltos descomunales, que se hizo respetar con su potencia y su dureza.

Inolvidable cuando, en aquellos duelos dialécticos que seguían a los futbolisticos, le dedicó una victoria sobre el Barcelona a José Luis Nuñez, que había calentado antes un clásico con declaraciones. «Pero póngalo así, se lo dedico a José Luis Núñez», decía en el vestuario. Eran las cosas de aquellos tiempos, los años setenta, calientes en manifestaciones y en el campo.

Celebró once títulos en competiciones oficiales con el Real Madrid, seis de Liga y otros cinco de Copa, y siempre lamentó no ganar la Copa de Europa. Sus marcajes férreos fueron famosos, como cuando anuló a Gerd Torpedo Muller en un duelo España-Alemania en el añorado Sarriá.

Florentino Pérez ha estado hablando con la familia todos estos días, porque su salud era muy delicada. El Real Madrid ha expresado en nombre del madridismo sus condolencias a Paula y a sus hijos, Patricia y Rubén.

Benito, como Camacho, como Santillana, como Pirri, fue siempre un ejemplo del espíritu ganador del club. Vistió la camiseta del Real Madrid trece temporadas. Durante todo este tiempo, desde su formación en la cantera del Real Madrid, conquistó esas seis Ligas y cinco Copas de España. Jugó 420 partidos oficiales con el Real Madrid y fue internacional con España en 22 ocasiones.