Nos hacíamos eco el pasado 27 de septiembre de que agentes de la Policía Nacional de Cádiz arrestaron a seis jóvenes marroquíes acusados ​​de violar a dos niñas de 12 años.

Los hechos ocurrieron el 7 de septiembre, cuando los jóvenes violaron a dos menores españoles en la calle Medina Sidonia. Alertada por varios vecinos, una patrulla policial pudo identificar a los violadores.

Las dos niñas, atendidas por los servicios de emergencia, se sometieron a un examen médico exhaustivo, que confirmó el abuso sexual.

Algunos lectores nos advirtieron que la noticia, aunque real, se había producido unos meses antes. AD pudo verificar ese extremo y comprobar que, en efecto, la información procedente de agencias que fue utilizada por este medio, fue sellada en 2017.

AD otorgó verosimilitud a que los hechos reseñados se produjeron coincidiendo con el periodo en el que la información que nos fue remitida. Otros medios informativos ofrecieron la misma información en las mismas fechas que nosotros. Lamentamos el error de no verificar la fecha de la información, pero al mismo tiempo reiteramos nuestro compromiso con las víctimas de agresiones sexuales, independientemente de que los autores sean de la nacionalidad que sean.

AD ha hecho de la protección de nuestras menores uno de los ejes nucleares de nuestro compromiso informativo. En los casos de Olga Sangrador, Sandra Palo o las jóvenes víctimas de Alcásser, este medio mantuvo la misma contundencia al denunciar los hechos y a sus autores españoles.

El origen de estos criminales no debe ser un matiz, pero tampoco una eximente informativa. Admiramos profundamente a muchos inmigrantes que se encuentran entre nosotros dando lo mejor de sí mismos en defensa de la comunidad que los acoge. Pero al mismo tiempo debemos ser extremadamente críticos con quienes mantienen actitudes delictivas, como ha sido el caso que nos ocupa, alterando gravemente nuestra convivencia colectiva. Este criterio lo hemos mantenido incluso con algunos compatriotas nuestros que fueron autores de presuntos delitos en países extranjeros.

AD mantiene pues la información como un firme compromiso con la necesaria concienciación social de cara a la preservación de la seguridad de nuestras menores, independientemente de cuáles sean sus orígenes. Y al mismo tiempo expresamos nuestro respeto a lo miembros de la comunidad marroquí que, estamos convencidos, de forma mayoritaria habrán sentido la misma indignación y deseo de justicia que nosotros ante un caso tan execrable.