Dicen que el papel lo aguanta todo, y debe de ser verdad, pues nombrar como número dos del actual gobierno a una persona casi tan inútil como el presidente, realmente tiene mucho mérito.

El BOE de hoy, 7 de junio de 2018, nos “obsequia” con cuatro nombramientos, nada menos, a favor de una persona tan limitada intelectualmente, e incompetente, hablando claramente, como es doña María del Carmen Calvo Poyato, por lo menos desde un punto de vista político e institucional, y con el debido respeto a la persona, por supuesto.

Pero, en términos de crítica política, nombrar

– Vicepresidenta del Gobierno,
– Ministra de la Presidencia,
– Ministra de Relaciones con las Cortes, y
– Ministra de Igualdad

a semejante señora, cuya inutilidad quedó sobradamente demostrada cuando fue Ministra de Cultura con el inefable Zapatero, pues que quieren que les diga… llueve sobre mojado.

De cualquier forma, y ahora que lo pienso, posiblemente los 3 ministerios sean realmente uno solo, pues se habla de 17 ministerios, no de 19. No obstante, resulta evidente que son demasiadas responsabilidades para una sola persona, por mucho que le guste “madrugar para poder pasar más rato en el baño: allí leo el periódico, oigo la radio, oigo música y hablo por teléfono con alcaldes en bragas”.
Una persona con un gran respeto a la correcta administración de los siempre escasos recursos públicos: “Estamos manejando dinero público, y el dinero público no es de nadie” (ABC, 24 de mayo de 2004).

Una señora que es doctora en derecho y profesora titular de universidad, seguramente idónea –aunque no lo sé con certeza-, que son aquellos profesores que con solo cinco años de docencia universitaria, y previa evaluación de su curriculum –o ridiculum-, eran reconocidos como tales por las autoridades académicas. Sin oposiciones ni nada, faltaría más.

O previa superación de un concurso ante un tribunal de 5 personas, de las que la universidad donde prestabas servicios nombraba al presidente y al secretario, con lo cual bastaba con “conquistar” a un tercer miembro para obtener la tan ansiada titularidad.
Y a vegetar, que son dos días.

O a dedicarse a la política, que para el caso es lo mismo.

Esta pobre señora, pues esa es la opinión que tengo de ella, procede de Cabra, Córdoba, pero no es una cabrona, sino egabrense. Y viene esto a cuento de la anécdota de las antiguas Cortes franquistas, tan demócratas como las actuales, es decir, nada, aunque entonces había un partido único, y ahora hay varios, pero el sistema sigue siendo el mismo. Pues bien, don José Solís Ruiz, ministro secretario general del Movimiento, es decir, del partido único, presentó un proyecto de ley para reducir las horas lectivas del latín, en beneficio del tiempo dedicado a la educación física, explicando que el latín era una lengua muerta, que no valía –según él- para nada, pero que sirve para enseñar a pensar, a construir correctamente las frases, etc.

Don Adolfo Muñoz Alonso, un gran pensador y profesor universitario, procurador en Cortes le dijo al señor Solís respecto a la utilidad del latín, y la necesidad de conservar su enseñanza: “Por de pronto, señor ministro, para que a Su señoría, que ha nacido en Cabra, le llamen egabrense y no otra cosa” (entiéndase cabrón)

Esta pobre ignorante es la misma que en la sesión del Senado del 9 de febrero de 2005 reprochó al senador don Juan Van-Halen Acedo que en su discurso previo había utilizado el vocablo “dixit” (dijo), explicando que a ella nunca se le ocurriría referirse a él llamándole “Dixi” o “Pixi”, personajes de animación de los años 60 (Pixie y Dixie). Este es su “nivel” intelectual.

En definitiva, esta señora es una clara demostración del “nivel” actual de la universidad española.

Y del tema del escolta no voy a hablar, pues ella es una señora y yo soy un caballero, y ya sabemos que cuando las ganas de…, no se respeta ni a las viejas, digo a los escoltas. De cualquier forma, solicitó su relevo, en un gesto que le honra, pues pensaban casarse. Ignoro que habrá sido de ese tercer o cuarto matrimonio en su vida, y si llegó a celebrarse o no, pues desde un punto de vista estrictamente personal, le deseo lo mejor, como a todo el mundo.

Pueden estar contentos los periodistas, pues doña Carmen les va a sacar del paro y del aburrimiento, dándoles tardes y titulares de gloria. Por de pronto ya se ha estrenado hablando del “consejo de ministras y de ministros”.

Con eso ya casi ha solucionado la mitad de los problemas pendientes, por lo menos. Pan y circo, como decían los romanos, o paro y chorradas, como decimos ahora. Nada nuevo bajo el sol.

*Jurista y escritor.