Anna Gabriel, en la entrevista al periódico local suizo ‘Le Temps’

Ginebra, uno de los centros financieros del planeta, la duodécima ciudad más cara del mundo, donde un pequeño apartamento no cuesta menos de 1.500 euros mensuales, cobija desde hace poco a uno de los iconos anticapitalistas del conflicto catalán: Anna Gabriel. La exdiputada de la CUP huyó a Suiza antes de tener que declarar ante el Tribunal Supremo como investigada por un delito de rebelión. Podría haber elegido zonas más asequibles o con regímenes más próximos a su ideología, pero optó por el país helvético. La pregunta inevitable es: ¿cómo va a poder costear su estancia?

Gabriel no tiene en la actualidad ningún sueldo puesto que no pudo repetir como diputada autonómica al impedirlo los estatutos de la CUP. Así, dejó de cobrar como representante pública la víspera de la constitución del nuevo Parlamento autonómico, el 19 de enero. Eso sí, durante su actividad como diputada -también para cumplir con la norma interna de los anticapitalistas- tuvo la retribución limitada a 2,5 veces el salario mínimo interprofesional, unos 1.600 euros al mes en doce pagas. No tuvo de este modo la oportunidad de ahorrar en exceso. Según su última declaración de bienes, Gabriel poseía unos 25.000 euros en una cooperativa y otros 10.000 en la Caja de Ingenieros.

A los gastos diarios que puede tener se suman los de su defensa legal. Gabriel está siendo asesorada en tierras helvéticas por un abogado conocido por la defensa de terroristas de ETA: Olivier Peter. Pese a que ejerce desde hace apenas un lustro, Peter estuvo detrás de la derogación de la doctrina Parot y acaba de lograr que el Tribunal Europeo de los Derechos Humanos condene al Estado español por trato degradante a los terroristas que atentaron en la T-4.

La exdiputada ha concedido hoy miércoles una entrevista a la cadena autonómica catalana TV3 en la que ha esgrimido sus razones para huir a Suiza y en la que no ha puesto límite a su estancia en el país helvético -“no está en mis manos”-. Sin embargo, no ha aclarado con qué ingresos cuenta.

Una de las fórmulas que podría utilizar Gabriel es la denominada ‘caja de resistencia’ que la CUP tiene abierta para las personas encarceladas por el desafío soberanista. Ayer mismo la formación anticapitalista volvió a airear la existencia de este instrumento, similar al que poseen la Asamblea Nacional Catalana (ANC) y Òmnium Cultural. Precisamente Artur Mas pudo pagar 2,2 millones de euros de su fianza gracias a la ‘caja de resistencia’ de la ANC.

Junto a estas aportaciones directas, la CUP dispone de otros instrumentos para financiar la estancia de Anna Gabriel. Así, el viernes se celebrará en la localidad de Sallent de Llobregat -donde la investigada ejerció de concejal entre 2003 y 2011- un concierto del grupo Ovidi4 organizado por la CUP en solidaridad con la exdiputada. Parte de la recaudación irá destinada a apoyarla. Las entradas cuestan 10 euros por internet y en taquilla, 15, aunque existe la posibilidad de pagar 20 euros para “solidarizarse” con la causa.

En una entrevista días atrás al periódico suizo ‘Le Temps’, la exdiputada anticapitalista dejó abierta la posiblidad de volver a trabajar. “Si me quedo aquí, voy a intentar recuperar la vía académica, soy profesora de Derecho en la Universidad de Barcelona. Yo tengo necesidad de trabajar y de ganar un salario, y si no pudiera porque se ha pedido mi extradición, entonces sí que pediría asilo”, manifestó. Esa ventana, sin embargo, permanece por el momento cerrada.