Por Laureano Benítez Grande-Caballero.- La historia de la humanidad se ha movido frecuentemente a través de espasmos revolucionarios, fruto a su vez de sibilinas conspiraciones que han sido utilizadas por los jerarcas del mundo, en todas las épocas, para dirigir a las masas hacia las rebeliones que a ellos les interesaban. Las masas, siempre carne de cañón, siempre autómatas enajenados, siempre aborregadas babeando ante cualquier consigna populista, ante cualquier mesías de pacotilla que les prometa Llevarles hacia irredentas Jaujas. Por ejemplo, lo que está sucediendo en Catalonia.

El movimiento insurreccional catalán no es, en modo alguno, una rebelión espontánea del pueblo de Cataluña, sino una ideología doctrinaria y totalitaria impuesta durante décadas por una minoría dirigente mediante un dantesco lavado de cerebro efectuado a través de la educación y los medios de comunicación. Estamos, pues, ante una operación más de ingeniería social, pero con la particularidad de que ha contado con la complicidad de un Estado traidor, al cual no me atrevo a calificar de cobarde, ya que, como también sucedió con la legalización de los partidos etarras, los políticos más relevantes de nuestra democracia han vendido su alma y nuestra Patria al Club Bilderberg, lo cual les hace compartir en el fondo las ideologías de los secesionismos que amenazan a España.

Como afirma José Ingenieros en su obra «El hombre mediocre», «Las pretendidas democracias de todos los tiempos han sido confabulaciones de profesionales para aprovecharse de las masas y excluir a los hombres eminentes… La premisa de su mentira fue la existencia de un “pueblo” capaz de asumir la soberanía del Estado. No hay tal: las masas de pobres e ignorantes no han tenido, hasta hoy, aptitud para gobernarse: cambiaron de pastores». Más Catalonia.

Ingeniería social al servicio del NOM… complots, maquinaciones e intrigas que se han servido de mecanismos subliminales de dominación y manipulación. Hace poco, refiriéndome a este tema, hablaba de «conspiraciones de matriuskas», refiriéndome a cómo las conjuras y los complots mundialistas se envuelven unos en otros como las muñequitas rusas de manera sibilina, hasta casi gozar casi de invisibilidad.

Paralelamente, está lo que podemos llamar la «conspiración de los drones», más moderna y tecnológica, ya que estas conspiraciones sobrevuelan como halcones cibernéticos los países que el globalismo quiere destrozar para entregarlos descuartizados al horror orwelliano del NOM. Por ejemplo, España.

Drones, aves malignas, pajarracos de mal agüero, vampiros chupasangres de siniestro aleteo que desde sus grutas del Averno se desencadenan en violenta tempestad, conjurados, fletados y teledirigidos por Soros y compañía, por Rotschild y asociados, por Rockefeller&Cía, por los piratas Morgan&Ford, por etcéteras&etcéteras, siniestros ojos de Grandes Hermanos, satánicos «Ojos de Horus» desde las que nos caen en persistente lluvia sus maldiciones, sus fantasmagóricos vudús, sus secesionismos made in Zugarramurdi y Canaletas, pero cuyos aquelarres se encuentran en los rascacielos de Manhattan, en los cenáculos de Wall Street, en los palacetes de Bilderberg.

El objetivo fundamental de todos estos drones conspirativos es el de sembrar el caos, el desorden y la inestabilidad en las sociedades, para crear una situación insostenible que demande por sí mismo el totalitarismo liberticida del NOM, que sería el supuesto restaurador del orden amenazado. Y, para sembrar el caos en el que medra el cáncer globalista, la ideología mundialista se sirve de la promoción indisimulada de guerras y conflictos, de oposiciones aparentemente irreductibles entre enemigos encontrados, cuya lucha y enfrentamiento desguace y mine la estabilidad social y las identidades personales y nacionales: heteros contra homos, mujeres contra hombres, izquierdas contra derechas, islamistas contra cristianos, laicos contra católicos, proletarios contra burgueses, «gente» contra élites…. Cataluña contra España.

Pintadas hechas por separatistas catalanes en un coche de la Guardia Civil.

Y es esto lo que España está viviendo en estos momentos preapocalípticos: un siniestro juego de drones, en el cual se nos pedirá la bolsa y la vida, el alma y la historia, la geografía y la Patria. Juego luciferino de drones, de tronos derribados, de historia mancillada, de Patria traicionada por un pueblo acobardado e indiferente; donde una «khaleesi» femen de inquietante presencia que ejerce de matriuska lanza a sus furibundos dragones contra todo lo español.

Es completamente imposible que surja y prospere ningún movimiento de masas que no le interese a la plutocracia mundialista que domina los medios de comunicación. Si el movimiento insurreccional catalán ha alcanzado las actuales cotas de movilización con las que amenaza la integridad patria, es porque esos siniestros poderes del NOM han sobrevolado España con sus drones durante más de 40 años, a partir de la nefasta Transición, que dirigieron alevosamente a través de Henry Kissinger, que fue el preboste que a través del cual el club Bilderberg manipuló toda nuestra «democracia», pero justamente una de las condiciones para dar el visto bueno fue que la cultura, la educación y los medios de comunicación fueran transferidos a las nacientes autonomías.

Y es que el mismo Kissinger lo dijo con premeditación, descaro y alevosía. «Una España fuerte es peligrosa».

Bilderberg es, pues, la «madre de todos los drones», porque no ha habido ningún presidente de nuestra «democracia» que no se haya plegado a sus condiciones, a cambio de su apoyo para conseguir el poder. Es muy sencillo de explicar, porque, dominando los medios de comunicación y el mundo de la cultura, es imposible que nadie alcance esferas relevantes de poder sin la promoción y el apoyo del globalismo bilderbergiano. O se pasa por el aro, o serás siempre cabeza de ratón.

Cuartel de la Guardia Civil de Manresa con la estelada izada el miércoles por la noche.

A cambio de tener sus minutos de gloria, de chapotear en los oropeles y moquetas del poder, de satisfacer sus egolatrías desde la cúspide de ministerios y palacios, estos lacayos del NOM han vendido a España, descuajeringándola en 17 Taifas, cantonalizando nuestra Patria una e indivisible, entregando servilmente los instrumentos del Estado a políticos corruptos e ineptos para que en sus feudos autonómicos colocaran a sus clientes y amiguetes. Y tras esos lodos vienen estas basuras, con nuestra Patria entregada a Bellidos Dolfos de toda calaña, a Puigdemontes y Turriones, a Rufianes y Tardás, cuervos que pretenden sacar de España a los españoles como quien saca ojos a putrefactos cadáveres de un país en la mismísima boca del infierno.

Y con esa dejación de los deberes del Estado, con esas peligrosísimas transferencias hemos criado por toda la geografía española cuervos que no sacarán los ojos, drones que no sacarán las Españas. Ahora estamos en tiempo de cosechar lo que sembramos, de llorar como cobardes y traidores lo que no supimos defender como españoles. Porque quienes rompieron Yugoslavia, quienes organizaron las «revoluciones de colores» y las «primaveras árabes», quienes diseñaron el atentado de Carrero Blanco, el golpe del 23F, el atentado del 11M, la «acampada Sol» del 15M… quienes parieron y amamantaron a Podemos, quienes planificaron conspirativamente el «Espanya-nos-roba» y «Catalonia is not Spain» ?Soros y compañía?, atacan ahora decisivamente con las panzerdivisionen de los «Arranes», de unas masas salvajemente catalanizadas por un portentoso lavado de cerebro, que ha encontrado la repugnante connivencia y apoyo pasivo de todos los gobiernos democráticos que hemos tenido, fueran de derecha o de izquierda.

¿Alguien puede pensar acaso que, en un mundo donde no cae una hoja el suelo sin que este nimio incidente esté planificado y controlado por el «Gran hermano» del NOM, un fenómeno de masas tan peligroso para la estabilidad de un país puntero en Europa en el mundo como la recesión catalana pueda ser un movimiento popular espontáneo? ¿Alguien puede creer seriamente que en nuestro planeta, continuamente sobrevolado por los drones del NOM ?que con su ojo siniestro buscan coltan, hidrocarburos, bancos fuera de su influencia, personajes títeres a los que marionetear, servicios públicos que abducir?, estos artilugios que llevan en su panza los gérmenes conspirativos de Troyas y Bastillas, de Potemkins y Armageddones, iban a pasar por alto la increíble oportunidad de destrozar a un país como España? El único país que, con Franco, dio para el pelo al demoníaco Stalin ?quien en su juventud revolucionaria se hacía llamar algo así como demonioshvili»?, y por salva sea la parte a la conspiración globalista que pretendía hacer de España una sucursal, una franquicia del comunismo soviético, otra creación más de la conjura por el NOM.

Por supuesto, Soros también tiene sus drones, pues no en vano ha financiado con varios miles de euros a la paradiplomacia catalana: «Open Society Iniative for Europe» subvencionó con 27.100 dólares a «Diplocat», y con 24.973 dólares al CIDOB.

En la insurrección catalana hay que ver, por lo tanto, el objetivo globalista de acabar con un Estado-Nación, retransmitiéndola mediáticamente a todo el mundo, hasta el punto de que medios como New York Times, Washington Post, The Guardian, Le Monde, etc. publican informaciones tendenciosas donde se hacen eco de las demandas catalanas. Por ejemplo, a raíz de los incidentes del día 20, un medio llegó a decir que POLICÍAS ARMADOS ?como si llevar armas fuese raro en un policía? pretendían BLOQUEAR las urnas. Y subrayando las palabras más importantes con el uso de mayúsculas. ¡Toma ya!

En este campo, destaca el apoyo a las tesis independentistas de los medios en la órbita de Soros como «TheWall Street Journal», y «The Guardian», quienes, a raíz de los atentados terroristas en las Ramblas y Cambrils, llegaron a decir que «La respuesta de Cataluña al terror demuestra que está preparada para la independencia» (sic).

También resulta sumamente sospechoso el declarado apoyo de Israel al secesionismo catalán, concretado, por ejemplo, en un artículo aparecido en el periódico judío Haaretz, en octubre de 2012, apoyando entusiásticamente la independencia catalana.

El horizonte final consiste en demostrar que problemas como éste sólo se solucionan con una Liga Mundial de Naciones. Somos, una vez más, objetos de un experimento mundialista, como la República fue una intentona para descristianizar radicalmente a la manera soviética el país más católico del orbe. España, de país imperial a ser un patético «conejillo de Indias» en un horrible experimento que se pretende exportar a más países.

Sin embargo, lo más chocante de esta «conspiración de los drones» es que todos estos complots y conjuras están muy lejos de realizarse en secreto, ya que se exponen impúdicamente a la luz pública, partiendo de la base de que las masas están tan idiotizadas y lobotomizadas que, aunque tengan esta siniestra conspiración delante de sus ojos y narices, no van a ver nada: o por pura estulticia, o porque su fanatismo les impedirá ver la cruda realidad de que están siendo salvajemente manipulados.

En este sentido, la alevosía y la desvergüenza de las élites secesionistas raya en lo escandaloso. Por ejemplo, Artur Mas llegó a decir que «Cataluña es un estado en el Nuevo Orden Mundial»: ahí lo tenemos.