Garbiñe Muguruza está hoy a 530 puntos del número uno del ranking en posesión de Karolina Pliskova, su víctima ayer en las semifinales de Cincinnati. Pero es sólo cuestión de tiempo que la española se convierta en la segunda miembro de la ‘Armada’, después de Arantxa Sánchez Vicario, que lidera el circuito femenino.

Lo volvió a demostrar este domingo Garbi, verdugo de Simona Halep en la final del Premier 5 de Ohio por un contundente 6-1 y 6-0, en 56 minutos. Era la mayor paliza en un evento de la categoría desde que Amelie Mauresmo pudo con la rusa Likhovtseva en Montreal 2004. La rumana fue borrada de la pista desde el primer punto hasta el último. Cedió hasta cinco veces el saque.

La pupila de Sam Sumyk, que evitó la ascensión de su rival a lo más alto de la WTA, asciende mañana al tercer puesto de la WTA y liderará la Race 2017 que da el billete para el Masters de Singapur. Ya no hay dudas de que a Halep le puede la presión cuando sabe que matemáticamente puede convertirse en la mejor tenista del planeta. Falló en la final de Roland Garros ante Jelena Ostapenko y también en los cuartos de Wimbledon con Johanna Konta.

A Halep le bromeaban en la previa con la posibilidad de apuntarse la próxima semana a un torneo menor para pasar una ronda y ser definitivamente la número uno. Parece que sería la única de manera para ella de liderar la clasificación mundial.

Para encontrar la primera opción de ‘break’ de la rumana en el partido hay que buscar en el cuarto juego del segundo set. No aprovechó la ocasión de reengancharse a la final y eso le costó un sonoro rosco. Quinto título como profesional de la tenista natural de Caracas y segundo de 2017 después de Wimbledon.