El actual sistema constitucional de 1978, no sirve. Y no sirve entre otras muchas razones porque no ha educado a la mayoría de nuestros jóvenes para sembrar, abonar, regar, recoger, diversificar, e iniciar de nuevo el proceso con la buena gestión del fruto del trabajo, poniéndolo de nuevo al servicio del bien común y de la Patria.

Nuestro jóvenes no han sido educados bajo esos parámetros, y no lo han sido, por la sencilla razón de que un alto porcentaje de sus “maestros” -esos que se supone que tenían que predicar con el ejemplo-, no alcanzaron su puesto con esfuerzo o méritos propios, sino simplemente por pertenecer a un partido político y medrar en él, aplaudiendo en mítines de campaña para conseguir primero un puesto en la lista de candidatos, y lograr después un cargo para vivir toda la vida a costa del sudor, el sacrificio y el trabajo de los contribuyentes españoles. Y si no alcanzaban un cargo de los anteriores, podían optar por una “localidad de enchufado”, en cualquiera de las tres Administraciones o en una de las miles de empresas públicas creadas para tal fin.

El sistema constitucional de 1978 permite, que puedan alcanzar un puesto relevante para dirigir la nación o simplemente un ayuntamiento, personajes con antecedentes penales, corruptos, terroristas o cómplices de los mismos, drogadictos, o candidatos puestos por el partido sin formación académica, laboral o profesional, e incluso, individuos que se declaran públicamente antiespañoles y que utilizan el cargo, no precisamente para defender los intereses y la unidad de la Patria, sino para atacarla, vejarla, insultarla, saquearla, traicionarla, romperla, y destruirla miserablemente.

Permítanme un ejemplo sencillo para dar solidez al título del artículo. Imaginemos unas elecciones legislativas con el sistema actual, donde sus dos principales candidatos fuesen, por un partido, Lionel Andrés Messi Cuccittini (Leo Messi), y por el otro, el doctor don Pedro Carlos Cavadas Rodríguez.

El primero, como supongo que sabrán ustedes, es un futbolista argentino que juega en el FC. Barcelona, y que percibe un salario de 20 millones de euros anuales, sin contar con los ingresos por publicidad que, según autorizados cronistas, duplicaría el ya de por si supersalario. Esta figura del balompié, cuyo traspaso costaría hoy alrededor de los 290 millones de euros, se encuentra actualmente procesado por fraude fiscal en España, lo que no obsta, para que siga siendo un auténtico ídolo para millones y millones de aficionados.

El segundo candidato, desgraciadamente, no es ni de lejos tan conocido como el anterior, pero para quien no lo sepa, es un cirujano español que ha alcanzado fama internacional por sus éxitos en trasplantes y reconstrucciones en seres humanos. Se licenció en Medicina en 1989 por la Universidad de Valencia con Mención de Honor. Realizó la especialidad de Cirugía Plástica y Reparadora como Médico Interno Residente en la “Ciudad Sanitaria de la Seguridad Social “LA FE” de Valencia, obteniendo el título en 1995. Ese mismo año obtuvo el grado de Doctor por la Universidad de Valencia, con la calificación de “Apto cum laude”, y completó su formación en EE.UU.

El doctor Cavadas es autor, hasta la fecha, de más de un centenar de publicaciones internacionales, y ha asistido y organizado múltiples cursos de Cirugía Reconstructiva tanto nacionales como internacionales. Fue director del IX Congreso de la “International Society of Hand and Composite Tissue Allotransplantation” que se celebró en Valencia los días 11 y 12 de septiembre de 2009.

Esta eminencia de la medicina lleva a cabo unas mil ochocientas operaciones quirúrgicas anuales. Realiza cientos de intervenciones solidarias en Kenia a jóvenes con miembros amputados por machetazos en peleas tribales, o a otros a los que les seccionan el pene para fabricar pociones contra el Sida. Una fundación que lleva su nombre, ha realizado en África más de once mil intervenciones, entre ellas, setecientos reimplantes.

Dicho lo cual, ¿quién de estos dos candidatos creen ustedes que saldría vencedor en unas elecciones? Creo sin ninguna duda que la mayoría de los votantes, especialmente los más jóvenes, lo harían por Leo Messi.

El sistema constitucional parido en 1978 por lo mejor de cada casa, no solo ha permitido la disgregación de la Patria y el enfrentamiento entre los españoles, sino que ha sido el caldo de cultivo para adoctrinar desde las instituciones autonómicas y locales a una generación tras otra, para que entre los jóvenes tenga más valor y cotice más un futbolista, que un médico, un policía o un bombero.

Mis deseos para 2017, es que sea el año de un proyecto para la meritocracia; el año en que los españoles unidos, iniciemos por fin una ilusionante y sólida reconstrucción nacional.