Un grupo de personas jugando a Pokémon Go con sus móviles, en Leerdam, Holanda

Por Carlos Arturo Calderón Muñoz.- Quien esto escribe no llegaba a su primera década de vida cuando la joya de los hermanos Wachowski (hermanos, porque el hecho de que se mutilen y llenen de hormonas no los convierte en mujeres) veía la luz. ¿Quién hubiera podido creer ese cóctel de distopía hebrea iba a terminar siendo una visión moderada e incluso conservadora de la realidad futura?

No han pasado 20 años desde el estreno de la trilogía de Matrix y la humanidad ya se comporta como una especie doblegada por la inteligencia artificial. A diferencia del mundo de Neo, no hay máquinas asesinas forzándonos a capitular, voluntariamente caminamos hacia nuestra extinción. No existe una Skynet que este formulando algoritmos invasivos que fracturen nuestra realidad e impongan una simulación, nosotros estamos entregando los datos, construyendo la prisión y arrojando la llave.

Obviamente sólo un colaborador de un panfleto amarillista como Alerta Digital podría afirmar que un juego tan entretenido y popular como el Pokemo Go es de hecho un arma para controlar a la población. ¿Porque quién en sus cinco sentidos conectaría a Pikachu con los servicios de inteligencia anglosajones y sus respectivos amos hebreos?

John Hanke

En San Francisco, California hay una empresa de desarrollo de software llamada Niantic Inc. Esta empresa en algún momento fue un laboratorio de desarrollo de Google y se independizó de su casa matriz en 2015. Su fundador es un caballero de nombre John Hanke, quien tiene una fascinación incontrolable por los mapas y la geo localización, en su haber se encuentra el desarrollo de Pokemon Go.

In-Q-Tel es una entidad sin ánimo de lucro, localizada en Arlington, Virginia, que dedica millones de dólares para financiar ideas de negocio en las áreas de la tecnología. El hecho de que esta noble institución, que no aspira recibir beneficios económicos de sus inversiones, esté localizada en el mismo condado que el Pentágono no es coincidencia. El propósito de In-Q-Tel es el de invertir en desarrollos de vanguardia que puedan ser utilizados por las agencias de inteligencia de los Estados Unidos. Esta entidad de capital de riesgo suministra de forma constante las últimas tecnologías de seguimiento y espionaje a la CIA.

Entre sus muchas inversiones In-Q-Tel suministró fondos a Keyhole Inc, empresa que desarrolló un sistema de mapas digitales tan novedoso, que en 2004 fue adquirida por otra compañía que ha recibido grandes apoyos de la CIA y la NSA, Google. El CEO de Keyhole Inc, en la época de su compra por parte de Google, era el ya mencionado Jhon Hanke, quien bajo el brazo del omnisciente buscador renombró el trabajo de Keyhole como Google Earth.

Aquellos que han desarrollado el popular juego de realidad aumentada (lo que sea que eso signifique) tienen estrechos nexos con agencias de inteligencia; lo cual no debería extrañarnos, pues para poder jugar con esta aplicación es necesario entregarle de forma permanente el control del GPS y de la cámara del teléfono del usuario. Si alguien no ve un potencial uso de espionaje en una aplicación financiada por organismos de inteligencia, que rastrea la posición de un usuario y tiene acceso a su cámara merece ser esclavizado.

Olvidémonos del ojo de Sauron o de la pirámide iluminati del gran hermano. Estamos ante millones de diminutos ojos y oídos respondiendo a las órdenes de una misma estructura computarizada; una suerte de demiurgo digital. Lo más impactante es el poco interés que suele tener la población ante esta intromisión a sus libertades; aún si están al tanto de este tipo de acciones les restan importancia pues les parece normal y al final de cuentas no tienen nada que temer pues no son terroristas.

Aquí entra en juego un proceso de condicionamiento psicológico al que hemos sido sometidos por las pantallas previas al internet. En los años 70 el turismo de muchas playas en Estados Unidos se vio drásticamente reducido, las personas tenían miedo de ir a nadar al océano por los efectos que en sus mentes había causado la película Tiburón. En los 90, las mujeres del país del tío Sam deseaban tener el mismo corte de pelo que Rachel Green de la serie Friends. La influencia que podían ejercer secuencias audiovisuales no era ignorada por el Departamento de Defensa estadounidense, que ha tenido programas de apoyo a la industria cinematográfica y televisiva norteamericana para así poder mostrar una imagen idealizada de la máquina de guerra anglosajona.

Fotograma de la película Wings.

En 1927 se estrenó la película Wings, que fuera la primera de muchas en las que el Departamento de Defensa influenciara en la consciencia colectiva de los estadounidenses. Se podría considerar como el ejemplo más representativo el filme ochentero Top Gun, en el que unos juveniles Tom Cruise y Kelly Mcgills desarrollan una historia de amor en medio del ambiente de las fuerzas navales. El éxito de la película fue tal que se calcula que en conjunto los voluntarios para inscribirse en la marina y la fuerza aérea se incrementaron en un 500%. Debido a este aumento, los puestos de reclutamiento empezaron a repartir volantes con la misma estética de la película.

Desde 1989 el oficial Phil Strub está a cargo de la coordinación de entretenimiento del Departamento de Defensa de los Estados Unidos de América. Su trabajo ha sido el de leer guiones de Hollywood que busquen representar a las fuerzas militares y censurar, modificar o reescribir todo lo que le plazca para que lo que llegue a las pantallas vaya de acuerdo a la doctrina militar. A cambio de este escrutinio los productores de cine pueden acceder a asesoría militar, armas, bases y todo lo que necesiten del ejército para filmar su película. La CIA no ha sido tan abierta con su conexión, de hecho sólo hasta 1996 aceptaron que existía una oficina para entretenimiento en la agencia, pero documentos desclasificados sugieren que desde la década de 1950 la CIA ha estado influenciado los guiones de Hollywood.

Phil Strub junto al exsecretario norteamericano de Defensa, Donald Rumsfeld.

Si su merced a visto Transformers, Jurasic Park III, Superman, Black Hawk Down, Armagedon, Soy Leyenda, Apollo 13, El Día Después de Mañana, Karate kid II, Indiana Jones, Deja Vu, NCIS, Hawaii Five-O y un gigantísimo etc de producciones para las pantallas grande y chica, ha sido tocado en algún grado por una dosis de propaganda con cubierta anglosajona y, sabiendo cual es la tribu que controla Hollywood, de un relleno con olor a sanedrín.

Sabiendo esto no es de extrañarse que tengamos películas como Batman the Dark Knight, en la que para detener al súper criminal Joker es necesario contar con un sistema de vigilancia que necesita espiar a cada individuo, interceptando los micrófonos de sus móviles, para poder rastrear y neutralizar al enemigo. Básicamente se vende la idea de que la única forma en que podemos estar seguros, es si todas nuestras libertades individuales son violadas. No debemos preocuparnos de que una persona tenga este poder absoluto, pues sólo quiere capturar al tipo malo y si no somos como él, no debemos preocuparnos de que nos controlen como a cualquier vulgar delincuente.

Resulta muy sospechoso lo bien que una aplicación como Pokemon Go complementa a Google Earth. Los satélites podrán ser todo lo sofisticados que quieran, pero su ángulo de visión no les permite detectar muchos detalles que son perfectamente obvios a nivel del suelo. Google ya ha afrontado problemas legales porque los carros con los que construyeron las imágenes de Google Maps habían estado robando información de wifi de los puntos por los que pasaban. Además de que sus satélites han hecho públicas las ubicaciones de instalaciones militares a lo largo del globo. Los pokemones están apareciendo en lugares tan lúdicos como centrales nucleares en Japón, la frontera entre las Coreas, estaciones de policía en Australia, entre otros lugares sin interés para una agencia de inteligencia cualquiera.

En su obra Simulacro y Simulación, que influenciara en gran medida a los creadores de Matrix, Jean Baudrillard, quien a su vez fue influenciado por Borges, habla de cómo la sociedad crea símbolos para representar su realidad y como estos logran, pasado el tiempo, absorber todo el significado que se les da, superándolo hasta desligarse de la realidad que los creó. La analogía que se usa para explicar este hecho, es la de un imperio que crea un mapa tan detallado de sus dominios que es tan grande como el territorio que representa, cuando el imperio colapsa lo único que queda es el mapa, que en sí mismo es una representación virtual perfecta de una realidad inexistente.

Así se ve el mundo virtual de Second Life.

Pues que curioso es el hecho de que un sistema de mapas digitales haya llegado a un punto en que imita con gran precisión el mundo que representa, pues con Google Maps podemos ver cada calle de cualquier lugar del planeta, y esto le permita generar símbolos que se mezclen con esa realidad y eventualmente le superen y sobrevivan. Quien crea que exagero como lunático debería echarle un vistazo a juegos de rol como Second Life o World of Warcraft, en los que millones de personas, de forma deliberada, asumen papeles en otra realidad y los alimentan hasta que estos les fagocitan.

Festival de porno virtual celebrado en Japón.

Hoy existen economías reales basadas en Second Life, pues los personajes del juego pueden ganar dinero virtual que se convierte a divisas de nuestro mundo físico. De hecho se han creado casas de cambio para que el dinero de un mundo virtual pueda usarse para comprar el de otro mundo virtual. Incluso hay casos de personas que han hecho cientos de miles de dólares vendiendo tierras en Second Life, al mejor estilo de un agente de bienes raíces. El avance de la realidad virtual aumentada, o como les dé la gana llamarla, hace que la frontera se reduzca cada vez más.

A mediados del presente año (2016) se realizó el Adult Vr Festa en Japón, este evento fue un festival de porno virtual. El evento atrajo a tantos nipones que no hubo espacio suficiente y tuvo que cancelarse. En el lugar se apreciaban escenas de hombres jóvenes, conectados a gafas Oculus, tocando senos virtuales mientras sus manos de carne y hueso estaban moviéndose en un espacio vacío. Todos los juguetes eróticos acercaban a los usuarios a una experiencia de contacto sexual con un algoritmo que, al mejor estilo de Matrix, estimulaba las redes del sistema nervioso de forma directa.

Matrix

Así que tomando a Borges y Baudrillard podemos ver como se está haciendo un mapa súper detallado de nuestro mundo y como los símbolos que están poniendo en este empiezan a superar a la realidad que habitamos. Desplazando el centro de gravedad de nuestra conciencia hacia una nueva estructura que no dependerá de la realidad para existir, creando lentamente una burbuja que nos aislará del mundo que recorremos. Pareciera que las pokebolas no fueron diseñadas para capturar a Pikachu y sus amigos, sino para atrapar a los individuos de una especie con ego desmedido.

¿Realmente Matrix fue una película más o con el tiempo nos enteraremos de que al igual que Top Gun o Batman fue de hecho una forma de adoctrinarnos? ¿Estaré viendo ogros donde sólo hay molinos? Ni idea, pero ante las oleadas cada vez más numerosas de fanáticos a la propaganda orwelliana corriendo tras un Vaporeon, y ya que estoy hablando de películas, no estaría de más conseguirme una pareja con las características del personaje interpretado por Mila Jovovich. Para que la vida continúe vamos a tener que volarle la cabeza a muchos zombis.

La imitación de la verdad está tejiendo una maya de bits a nuestro alrededor. No sé qué piensen los demás, pero mi sangre se rehúsa a dejar de arder, mi corazón se niega a abandonar sus latidos. No me da la gana reemplazar a los arquetipos con códigos, a los dioses de la antigüedad con superhéroes, no quiero suplantar a las epopeyas con partidas multijugador y por nada en esta vida o en la otra renunciaré a la mujer para tontear con muñequitas de hentai.

Jugando a Pokémon Go en la Ópera de Sídney

Sí la noche de la tecnocracia debe caer sobre nosotros no nos quedará más remedio que seguir siendo luz, el reflejo de esa idealizada biología que se alimenta de una fe que le dice que ante la amenaza de la extinción no hay mejor respuesta que la risa desafiante y combativa. No nos esconderemos del todopoderoso gobierno mundial, le diremos exactamente donde estamos. Son ellos los que le tienen miedo a morir, son tan adictos a las formas de la materia que buscan desesperadamente el digitalizarlo todo, el convertirse en máquinas con la falsa idea de que eso les dará vida eterna.

No tengan miedo de levantarse y luchar, es infinitamente mejor ser hombres en el hades que esclavos en la tierra, ser corazones caídos que circuitos de la Matrix.

*Desde San Bonifacio de Ibagué