Por Enrique de Diego.- El final del Partido Popular no se parecerá al de la UCD porque una buena parte de sus dirigentes y cargos irán a la cárcel. En cuanto mafia, el PP no tiene principios ni ideología, sino solamente intereses que se centran en exclusiva en el enriquecimiento de sus cargos, a costa de la ruina del resto de ciudadanos y la expoliación de las clases medias.

En términos ideológicos, el PP sería un partido socialista o incluso comunista. Mariano Rajoy ha subido la presión fiscal por encima de lo previsto en el programa de Izquierda Unida, si bien su voracidad se ha parado ante las SICAV que siguen siendo un intolerable paraíso fiscal, porque en ellas se esconde el dinero de la corrupción y el narcotráfico, y sirven de apoyo a esta casta corrupta y cruel, sobre la que se va a abatir sin misericordia la ira del pueblo.

El PP ha perpetrado una completa traición a las clases medias que eran su base social, dedicándose a hundirlas, confiscando sus ahorros, mientras los deleznables Rajoy y Montoro han hecho una amnistía fiscal para los corruptos peperos, como Francisco Granados, y de toda la casta. Una exigencia para no cantar de los más chorizos entre los chorizos del Partido Popular, que es un partido sólo de chorizos (hace décadas que expulsaron a los honrados).

La primera medida de Mariano Rajoy fue subir los impuestos, depredando a las clases medias. El PP es un enemigo cerval de las clases medias. Y ello a pesar de que Rajoy se había comprometido solemnemente a no subirlos en ningún caso. Precisaba con mucho énfasis que los contribuyentes no debían pagar los desaguisados de Zapatero. Comprometió una y mil veces su palabra en que nunca, bajo ningún concepto, subiría los impuestos. Y fue la primera que adoptó en la primera semana. Es un hombre sin palabra, un mentiroso compulsivo, sin moral ninguna, que sólo sirve a sus intereses y a los de su casta.

Previamente, sin escrúpulos, pactó con Zapatero dar el visto bueno al lanzamiento de las preferentes como estafa a gran escala, como estafa de Estado, con el objetivo de tapar todos los agujeros montados por sus cargos en las cajas, a fuerza de sueldos multimillonarios, dietas desorbitadas, créditos blandos y tarjetas black.

Todo en Rajoy y el PP es estafa, y corrupción. El PP ganó unas elecciones eliminando el impuesto de sucesiones. Luego, con nocturnidad y alevosía, lo ha vuelto a poner con el nefasto, inútil e inane de Rajoy. Decía Alexis de Tocqueville que llegarían tiempos de tales niveles de tiranía que la gente permitiría que el poder político regulara sus sucesiones. Rajoy, Montoro y el corrupto y mafioso PP volvieron a poner el impuesto de sucesiones en muchas autonomías, no en todas, para poder pagar todos los desafueros de sus cargos, carguitos y carguetes, todas sus comilonas, todos sus sueldos, los hoteles de sus noches de farra, los viajes lujuriosos de  Monago, la relación afectiva de Alberto Fabra con su pasión por los kínder.

El PP ha dado personajes como Miguel Blesa, Rodrigo Rato, Jaume Matas, Ángel Acebes, Luis Bárcenas, Federico Jiménez Losantos, Sonia Castedo, Mercedes Alonso, Julio Ariza, Modesto Crespo, José Luis Olivas, Carlos Fabra, Juan Cotino, Fancisco Granados. De los antiguos bandoleros se decía que robaban a los ricos para dárselo a los pobres. De toda esta casta, de la pepera, se puede decir con toda razón que se dedican a robar a los pobres para enriquecerse ellos.