El Atlético pone fin al sueño europeo del Barcelona (1-0) y alcanza las semifinales de la Champions
Cuarenta años después el Atlético de Madrid está en las semifinales de la Copa de Europa. Lo que parecía una utopía al comienzo de una temporada que ya es histórica para el equipo de Simeone, es por fin una realidad para los rojiblancos, que tras tomar ventaja en la eliminatoria con su empate en el Camp Nou, se superaron en el Vicente Calderón, donde ofrecieron un partido memorable a sus aficionados. Fue un encuentro fantástico del ‘Atleti’, al que no hizo justicia la victoria por la mínima, porque si no llega a ser por los palos y por Pinto, que salvó otros tres goles, este triste y desconocido Barcelona habría sufrido una verdadera humillación. Este Atlético que no deja de crecer y asombrar, muy superior al Barça ante sus aficionados, ofreció su mejor versión frente a los azulgrana en el momento más trascendental. Al contrario que el Barcelona, empequeñecido ante el carácter, el juego, la fe y el esfuerzo coral del Atlético. Con el triunfo del colectivo. Mérito de Simeone, que ha convertido al ‘Atleti’ en un bloque poderosísimo que ya no teme a nadie. Al ataque, como demostró en un arranque de ensueño, y defendiendo, como pocos lo hacen en el continente, cuando tuvo que resistir. Al contrario que Martino, que abrió un poco más su puerta de salida, y no sólo por este fiasco, sino también por sustituir a Iniesta, a quien el Atlético impidió iluminar a su equipo.
Los primeros 20 minutos del Atlético fueron impresionantes, con una valentía y una presión tan demoledora que, ante la verbena de la defensa azulgrana, permitió que los rojiblancos marcasen un gol y mandase hasta tres balones a los palos. Fue un espectáculo lo que ofreció el equipo de Simeone en ese sorprendente inicio en el que el Barça, con un balón perdido tras otro, fue absolutamente desarbolado por el ‘Atleti’. A base de la conocida intensidad de los colchoneros y de su sacrificio colectivo, los colchoneros borraron del campo a los culés en un tramo en el que, el trabajo en el terreno y la pasión de la grada permitieron revivir momentos de fútbol grandiosos para el Atlético, desconocidos para un Barcelona asustado frente al brío, la precisión y la ambición sin tregua de los locales. Sólo le faltó al Atlético puntería para reflejar en el marcador el baño que le dio al conjunto de Martino, lastrado por las ausencias de Piqué y Valdés y a merced de un rival encorajinado por la baja de Diego Costa, que sólo se acusó cuando hubo que contragolpear tras el descanso, cuando los azulgrana sí que mordieron durante un cuarto de hora pero no encontraron ninguna salida.
Se jugó a lo que el Atlético quiso
No hubo suerte en el remate, perdonó el Atlético y así pudo sobrevivir el Barcelona, mientras los rojiblancos les pasaban por encima, agarrados al carácter y al fútbol de ataque que necesitaba para meter miedo a los azulgrana e intentar sentenciar una eliminatoria que se presentaba, como los cuatro anteriores duelos de la temporada, igualadísima. Sin embargo, en el arranque de ensueño certificó el Atlético una superioridad que pudo dejar al Barcelona contra las cuerdas, gracias a continuos balones a la espalda de la defensa visitante que no acabaron en gol porque lo evitó la madera ante un par de disparos de Villa y otro, en la jugada del 1-0 de cero, de un magnífico Adrián, al que los ánimos dados en la víspera por Simeone transformaron en una de las figuras de un bloque asombroso. Se superaron los rojiblancos en ese inicio de la vuelta de cuartos, en la que, como era de esperar, después de tanto desgaste, y de la solidez defensiva mostrada a lo largo de toda la temporada, los de Simeone dejaron jugar a un Barcelona demasiado lento, en el que sólo generaban peligro Messi y Neymar.
Mientras el argentino, como ‘falso 9’, tampoco acertó en un par de ocasiones en la primera parte, las esperanzas del Barça estaban en el desborde del brasileño por la banda izquierda, donde Iniesta, demasiado gris, aunque nadie pudo entender su sustitución, jugó más atrasado que de costumbre para intentar equilibrar el esforzado y táctico medio campo del Atlético. Neymar, a quien Courtois le arrebató en el comienzo de la segunda parte la posibilidad de empatar y de quien una plancha de cabeza se marchó rozando el poste, sólo pudo presumir al final de un espectacular caño a Tiago, porque, como sus compañeros, se enredaron ante la tela de araña dispuesta por el Cholo y la muralla rojiblanca que fue imposible de rebasar por un Barcelona desconcertado que acababa sus acciones de toque con balones aéreos.
Incluso las mejores oportunidades de gol, también en el segundo tiempo, las tuvo el Atlético a la contra. Sí que sufrió el Calderón, aunque sólo durante un breve período, cuando comprobó que su equipo, tirado atrás después del descanso y cada vez con menos fuelle, empezaba a padecer ante las llegadas de los de Martino. Sin embargo, el Barcelona, que abusó del fútbol directo, carecía de velocidad y de espacios. El Atlético se los tapó todos, aunque el dominio fuese de los azulgrana, que dejaron de crear peligro mientras los de Simeone resistían sin pasar demasiados apuros. Ante el ataque sin chispa ni mordiente del Barcelona estaba la disciplina defensiva y la actitud guerrillera del Atlético, y con su técnico levantando a un Calderón que también colaboro lo suyo para hacer posible lo que parecía una gesta ante tal equipazo, que aunque muchísimo menos favorito este año, sí era uno de los grandes candidatos a la corona europea. Se podrá quejar el Barça de un posible penalti de Godín a Cesc al filo del descanso, pero también pudo cometer otro Mascherano sobre Villa en el minuto 72, y esta vez no hay excusas. Ni siquiera podrá justificar con los árbitros este lamentable Barcelona su desastre.
EL BAYERN TERMINA APLASTANDO AL MANCHESTER (3-1)
El Bayern de Múnich salió al campo buscando intimidar desde el primer instante. Para ello, Guardiola no dudo en alinear juntos y de inicio a Kroos, Ribery, Robben, Muller, Gotze y Mandzukic. El objetivo era atemorizar, marcar territorio desde la salida y tratar de que el Manchester United se preocupase primero de no salir corneado en los instantes iniciales, y que tardase el mayor número de minutos posibles en darse cuenta de que el empate sin goles no le valía para nada.
Fueron los bávaros los que mandaron territorialmente y, por supuesto, en la posesión. Robben y Ribery trataban de desequilibrar en los flancos, mientras que por el centro el toque era la constante local. El United, fiel al guion, se encerró como pudo tratando de salir en las contadas ocasiones en las que conseguía controlar una pelota. Un gol anulado, esta vez bien, no como el que le birlaron a Welbeck en la ida, fue la excusa que necesitaban los de Moyes para continuar con el guion. Los ingleses consiguieron frenar el ritmo a base de cortar las acciones y de no permitir robos en la línea de tres cuartos de los germanos.
Evra, esperanza efímera
El arranque de la segunda mitad fue un calco hasta que un rechace cayó en los pies de Evra, escorado y desde fuera del área. El francés la enganchó a botepronto para ponerla en la escuadra de Neuer y abrir de forma sorprendente el marcador. El escepticismo fue general en la afición y en los banquillos, pero sirvió como estímulo al Bayern, que empató apenas un minuto después gracias a un certero cabezazo de Mandzukic.
Quedaba media hora, y todo por decidir. Ambos equipos se vinieron arriba en sus intenciones, y amagaron con golpear de nuevo. Rooney la tuvo, Ribery también, pero ambos carecieron de precisión. Con espacios, los extremos del Bayern comenzaron a ganar sus duelos particulares. En uno de ellos, Robben centró al área y Muller se adelantó a la defensa para voltear el partido.
Tocaba arrebato, y el principal problema del United es que no tiene más. Buscó tocar, y después correr, pero todas sus acometidas fueron estériles. Por el contrario, a la primera que tuvo el Bayern, sentenció. Arjen Robben, que para entonces ya era el hombre del partido, desbordó en su habitual diagonal desde la banda derecha y hacia el centro. El disparo, para mayor gravedad, golpeó en Vidic, y se hizo inalcanzable para De Gea. Era el 3-1, y aunque faltaban quince minutos, el partido ya se había acabado.
Aupa Atleti¡¡¡ Aunque este año no gane nada, para mi es el campeón moral.
Nunca pensé que un barcelonista, como yo, se pudiese alegrar de esta derrota, y celebrarlo como yo lo hago…
Soy de los que mezclan el deporte con la política; no puedo remediarlo…
¡ Enhorabuena al Atlético !
¡ Que sea campeón de liga, copa y copa de Europa !
A los independentistas:
Para cuando una Lliga Catalunya? Haber si podeis hablar sin nombrar al Mónaco, seguir en la Liga española o jugar en otras ligas. Un país, una selección y una liga propia, no? Así el Reus o el Figueres podrían jugar la Champions.
HUELE A DOBLETE
ESTE ATLETI VA A POR LA CHAMPIONS.
¿PAPÁ POR QUE SOMOS DEL ATLETI?
¡AUPA ATLETI!