Esma Kucukalic, en uno de los programas de Córdoba Internacional TV

Juan Puertas.- Es una de las crueles madrastras del canal de capital saudí. Es también, según ha sabido AD, una de las responsables de que la cadena funcione de una manera tan penosa. La verdadera historia de esta bosnia de nacimiento es que carece de la experiencia y trayectoria necesarias para dirigir una televisión. Trabajó como redactora en distintos medios irrelevantes en la Comunidad Valenciana. Su gran oportunidad le llegó, sin lugar a dudas, con Córdoba Internacional TV. Un lugar donde la experiencia televisiva no es del todo necesaria, pero donde es obligatorio llevar velo frente a la cámara. Kucukalic, de treinta años, no dudó en calarse el velo, coger la pasta y jugar a intentar llevar una televisión. Tenía ventaja frente a las pocas mujeres no musulmanas que trabajaban en el canal saudí, ya que éstas se negaban a trabajar con un pañuelo sobre la cabeza. Por cierto, aún esperamos que alguna asociación feminista se pronuncie sobre este escandaloso asunto.

Debido a la falta de personal cualificado para llevar el canal, el jeque, Abdulaziz Fawzan Alfawzan, decidió que la joven promesa sería ideal para dirigir esta empresa. Los trabajadores la vieron incluso con buenos ojos al principio, pero pronto se descubrió la avaricia y las ansias de poder de esta “joven promesa”. Las decisiones que tomaba estaban basadas más en su propio provecho que en el de la propia empresa. Uno de los ejemplos más elocuentes es cómo consiguió meter a su marido en el canal. Su marido, también bosnio, nunca antes había trabajado en una televisión y su profesión distaba mucho de la experiencia mínima que se necesita para ello.

En noviembre de 2012 se produjeron diez despidos en Córdoba Internacional TV, probablemente promovidos por ella misma. Se trataba de gente eficiente y necesaria en la empresa. A los pocos días, se contrató a su cónyuge como tercer chófer de la empresa. No parece razonable que una televisión de esas características tenga tres conductores. Pero la fría y calculadora Kucukalic no estaba pensando precisamente en que su marido permaneciera mucho tiempo al volante. Entre los despedidos habían caído muchos cámaras, de tal forma que en el canal de televisión sólo quedaba uno de carrera contratado como tal. En un abrir y cerrar de ojos, el marido bosnio de la vicedirectora bosnia, sin ninguna experiencia en el campo, pasó a ser cámara de plató. Obvia decir que lo poco que sabe en el manejo de cámaras lo aprendió una vez dentro. Desde entonces, a Kucukalic se la conoce en la empresa como la paramilitar serbia.

Esta es la cabeza visible del canal Córdoba Internacional TV. Tan sólo es un ejemplo de la cantidad de mezquindades que ha tenido que hacer, como la de ir deshaciéndose progresivamente de trabajadores que le molestaban por pensar diferente que ella. Esta es la mujer que presume de trabajar en una televisión plural e igualitaria. Lo que nunca le oiremos explicar es por qué no hay presentadoras sin velo en un medio de tanta pluralidad e igualdad. Tampoco aclarará nunca quién prohibió que las presentadoras aparecieran ante las cámaras sin el pañuelo islámico. Hay que recordar que, antes de entrar en la cadena islamista, la trepa desarrolló toda su carrera periodística vestida a la europea. ¿Volvería a hacerlo en Córdoba Televisión TV en el caso harto improbable de que le dieran la libertad de elegir?

Muy a su pesar, a la televisión de capital saudí le quedan dos telediarios con la cantidad de demandas que acapara y todo el dinero que debe. Kucukalic debe ser consciente de ello, ya que en su canal de Vimeo dice:  “En la actualidad estoy buscando un proyecto interesante en el que poder desarrollar mi creatividad y mi estilo personal dentro del periodismo”. Hasta ella misma reconoce que lo que hace no le parece interesante y que no tiene libertad para hacer lo que probablemente quiere: trabajar de periodista sin el dichoso pañuelo.