La justicia alemana consideró que la libertad del arte está por encima de las leyes y absolvió al controvertido artista Jonathan Meese, que durante un debate sobre arte contemporáneo levantó la mano como lo hacían los nazis.

En el proceso judicial, que duró más de un año en la ciudad alemana de Kassel, tanto la Fiscalía como la defensa trataron de determinar los límites del arte. El artista Jonathan Meese y sus abogados argumentaron que durante un debate público en la Universidad de Kassel en junio de 2012 el saludo hitleriano fue parte de la actuación y no una propaganda del nacionalsocialismo. “Puedo dibujar una manzana sin comerla. Puedo hacer un saludo de Hitler sin tener nada que ver con eso”, indicó Meese en su discurso final en la corte.

La Fiscalía, a su vez, pidió que el polémico artista pagara una multa de 12.000 euros porque, según destacó, violó la prohibición de la demostración en público de símbolos nazis. Los fiscales insistieron en que el arte no libera al artista de la responsabilidad de sus actos. La Fiscalía clasificó la acción de Meese como “el uso de símbolos de organizaciones anticonstitucionales”, que, según el Código Penal alemán, se castiga con una pena de prisión de hasta tres años o con una multa.

Sin embargo, el tribunal se puso del lado de la defensa, indicando una parte concreta de la ley que dice que el castigo no se aplica a los casos en los que los símbolos prohibidos se muestran con fines educativos. Tras el veredicto el artista dijo: “El arte ha triunfado aquí”.

Jonathan Meese es uno de los artistas provocativos del arte alemán moderno. El artista es cada vez más popular por un sinfín de escándalos y demandas judiciales en las que se ve envuelto. Ahora sus pinturas se venden en EE.UU. y Europa por unos 300.000 euros, mientras su escultura se aprecia aún más. Los galeristas y coleccionistas lo perciben como un compendio de arte alemán donde se mezclan la cultura popular, la pornografía, el patetismo y la parodia.