El mundo feliz de HAARP
Laureano Benítez (extraído de su libro “Climodemia: el Himalaya de mentiras del cambio climático”)
Dentro de la geoingeniería destaca por su especial relevancia el “Proyecto HAARP” —High Frequency Advanced Auroral Research Project—, desarrollado por la Fuerza Aérea norteamericana, que traducido al español sería “Programa de Investigación de Aurora Activa de Alta Frecuencia”.
El HAARP consiste en bombardear la ionosfera con ondas eléctricas de alta frecuencia, las cuales aumentan la densidad del plasma existente en esta capa de la atmósfera, fenómeno que, merced a su efecto de “espejo”, puede dirigir sus efectos hacia cualquier zona, pudiendo alterar dramáticamente las condiciones climáticas y geológicas de cualquier lugar de la Tierra, estando dentro de sus posibilidades la creación de erupciones volcánicas, terremotos, tsunamis, sequías, huracanes, incendios…
En cuanto a la manipulación climática mediante el HAARP, Bernard Eastlund —creador del calentador ionosférico del proyecto— asegura que su invento podría, también, controlar el clima: «Si el sistema HAARP operase al cien por cien podría crear anomalías climatológicas sobre ambos hemisferios terrestres, siguiendo la teoría de la resonancia tan empleada por el genial Nikola Tesla en sus inventos».
Aunque la geoingeniería provocada por el HAARP es ya bien conocida, un efecto devastador de esta tecnología muy poco conocido es que puede utilizarse como herramienta de control mental. Según la Dra. Rosalie Bertell, «convirtiendo las ondas de baja frecuencia en alta intensidad podría también afectar a los cerebros humanos, y no se puede excluir que tenga efectos tectónicos».
La clave está en que las ondas de baja frecuencia (LF) creadas por el HAARP tienen un gran poder de penetración, pudiendo afectar a nuestras mentes si se emiten en la misma frecuencia eléctrica que producimos en nuestros cerebros. En un documento perteneciente a la Cruz Roja internacional se avisa de los efectos negativos de la energía irradiada, dejándose constancia de las bandas de frecuencia con las que se puede manipular la mente humana, pues se da la ¿casualidad? de que las bandas de frecuencia cerebrales coinciden con las frecuencias que puede transmitir el HAARP.
En efecto, nuestros cerebros son extremadamente vulnerables a cualquier tecnología que envía ondas ELF (Extremely Low Frequency), porque inmediatamente empiezan a resonar con la señal exterior por una especie de puesta a punto de nuestro cerebro: «Se ha demostrado que el uso de un bombardeo ELF (ondas escalares electromagnéticas) puede cambiar los pensamientos o las emociones de una persona. El descubrimiento clave, hecho por Tesla a finales de 1800, fue que la propia Tierra reverbera con una corriente eléctrica de pulsación en una gama de frecuencia extremadamente baja o ELF. Tesla también había descubierto la frecuencia exacta en la cual la Tierra late o pulsa normalmente. Estas ondas naturales se crean como resultado de la actividad eléctrica en la atmósfera. A principios de la década de 1960, el Doctor Andrija Puharich descubrió varios efectos mentales de las ondas ELF: específicamente con 7,83 hertzios (el pulso de la Tierra) hicieron que una persona se sintiera bien, produciendo un estado alterado; con 10,80 hertzios se ocasionó un comportamiento errático, y con 6,6 hertzios se causó depresión».
La manipulación de las ondas de radiofrecuencia hace que sea posible controlar las mentes mediante el HAARP, interfiriendo en los campos eléctricos producidos por nuestra actividad cerebral, causando una “anestesia electromagnética” equivalente a una “lobotomía neurorradial”, la cual provoca que la gran mayoría de la gente permanezca en un estado letárgico y de indiferencia absoluta ante los gravísimos ataques a sus libertades, sus derechos y su prosperidad perpetrados por los tiránicos gobiernos globalistas, ataques que tiempo atrás habrían suscitado rebeliones populares.
La causa de este fenómeno desconcertante hay que buscarla en el hecho de que la humanidad está siendo sometida a una sofisticada tecnología de control mental de masas, una tecnología tipo radar o radiofrecuencia dirigida al control de ciertas porciones y funciones específicas del cerebro, cuyo resultado es que pueden desempeñar con cierta inteligencia su vida cotidiana, pero que resultan incapaces de aplicar esa inteligencia a la reflexión crítica sobre el sistema corrupto y alienador que les aplasta con total desfachatez e impunidad.
Lo que hace esta tecnología es bajar la frecuencia del cerebro, alargando las ondas cerebrales, sumiendo a la población humana en la hipnosis profunda y provocando perturbaciones en la malla planetaria: «Es un hecho que porciones o segmentos del cerebro de la población, sobre todo del hemisferio derecho y del hipotálamo y de los lóbulos prefrontales, son literalmente anestesiados o manipulados mediante ondas de extrema baja frecuencia (ELF) de tecnologías de radiofrecuencia como el HAARP, y por varios agentes químicos que nos introducen de varias maneras y que actúan sinérgicamente para enfermarnos y embrutecernos, como las vacunas, el flúor y los chemtrails.
Para culminar este cuadro dantesco, ya se empiezan a alzar voces que afirman que la tecnología de radiofrecuencias puede afectar incluso al ADN y al ARN. Luc Mampaey, ingeniero comercial asociado a GRIP (Grupo de Investigación sobre la Paz y la Seguridad) afirma que “los seres vivos son especialmente sensibles a las altas frecuencias moduladas en muy baja frecuencia ya que las moléculas ultra-largas como el ADN y el ARN que contienen, se decodifican en estas bajas frecuencias y resuenan”. Y continúa: “Hay decenas de investigadores que dicen que el ADN es 400 veces más absorbente que el agua para estos efectos”. Algunas consecuencias: “mutaciones genéticas imprevistas que concernirían eventualmente a algunos virus” o “enfermedades que afectarían al sistema de orientación de los cetáceos o las aves migratorias”.
Un ejemplo aterrador de cómo se ejecuta el control mental mediante el electromagnetismo es el tremendo experimento realizado a finales de los años 1970 por el Dr. Allen Frey, neurólogo estadounidense conocido por su investigaciones y escritos durante la guerra fría sobre la naturaleza del efecto auditivo de las microondas —llamado también el “efecto de Frey”—, quien publicó un estudio en Annals of the New York Academy of Sciences, en el que afirmaba que las microondas, “con ciertas modulaciones”, pueden causar fugas en la barrera hematoencefálica, con consecuencias letales posiblemente. Después de publicar esto, fue silenciado —como era de esperar— por el Gobierno de Estados Unidos.
Al servicio de la Marina estadounidense, verificó que ratas de laboratorio acostumbradas a reaccionar violentamente al ser pinchadas en la cola aceptaban este maltrato con pasividad al ser irradiadas con microondas pulsadas en la región de frecuencia ultra alta (UHF) a densidades de potencia inferior a los 1.000 Mw/cm².
A la luz de este experimento, es posible llegar a una comprensión del fenómeno inaudito e inexplicable que consiste en la pasmosa inacción de la gente ante los continuos ultrajes y las traiciones sin fin de que es víctima por parte de la casta globalista.
Esta inacción inducida por radiofrecuencias guarda bastante conexión con la que explicaba Aldous Huxley en su Mundo Feliz, aunque atribuía la pasividad a sustancias químicas: «Habrá, en la próxima generación o en la siguiente, un método farmacológico que consiga que la gente adore su condición de sierva, y que permita una dictadura sin lágrimas —por así decirlo—, produciendo una especie de campo de concentración indoloro para sociedades enteras, de tal modo que las personas habrán sido despojadas de sus libertades, y sin embargo estarán contentas de que así sea, porque habrán perdido todo deseo de rebelarse por la propaganda o lavado de cerebro mejorado por métodos farmacológicos. Y esta parece ser la revolución final». (Aldous Huxley, Grupo Tavistock, Escuela de Medicina de California, 1961)
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El HAARP o similares, es facil de apreciar en el cielo cuando se observan las nubes haciendo ondas como en la imagen. Siempre hay grados de intensidad, los efectos en esencia serian dos: 1)Destrozan las Nubes dificultando las lluvias. 2)Dañan la biologia , puesto que somos un 70% agua aprox, esta se ve afectada negativamente por dicha radiacion. Pues si, Radiaciones , VCNs, Chemtrails, Transgenicos, Farmacos nocivos, Ultraprocesados…. serian las principales herramientas de la Mafia del Ojo para machacar a la Poblacion (enfermar y reducir). Vivimos en un ” Mundo hostil” gobernado desde las sombras por lo peor de lo… Leer más »
El rebaño ya está adormiscado. Solo faltan más pateras.
“Programa de Investigación de Aurora Activa de Alta Frecuencia”. El acronimo en espanol, Seria: PIAAAF; aunque quedaria mejor: PIFIA. ( programacion de Investigacion Alta Freciencia Infernal )
“El hombre es un lobo para el hombre”. No necesitamos ningún “alien” venido del exterior para hacernos daño a nosotros mismos, Por su naturaleza, el ser humano acabará destruyendo su planeta y ahí se acabará todo, no habrá vencedores ni vencidos, la única que habrá triunfado, sera la propia estupidez humana y no será la primera vez, pero sí la última. Somos nuestro peor enemigo.
Recuerde Dios está arriba, padrejerome. Todo lo ve. Todo lo puede. Puede cambiar todo, hace el milagro. Confiemos. Y en María Santísima Virgen.