Hoy es el comienzo «oficial» del Pontificado de León XIV como el 267 sucesor de Pedro y vicario de Cristo en la Tierra. Es Papa desde el mismo momento en que fue elegido: hace diez días, el pasado 8 de mayo en el Cónclave celebrado en la Capilla Sixtina. Al ser apoyado por 89 cardenales como mínimo, que son dos tercios de los 133 con derecho a voto, (por tener menos de 80 años), y tras haber aceptado él esa elección. Pero es con la Misa solemne de hoy a las 10:00 h de esta mañana en la Plaza de San Pedro del Vaticano, cuando se considera que comienza de manera plena, efectiva y pública, a ejercer como Sumo Pontífice de la Iglesia Católica Universal. Su predecesor con el título elegido por él, que hasta entonces era el cardenal Robert Prevost, sabemos que fue León XIII, cuyo pontificado fue casi tan largo como el de san Juan Pablo II que fue el tercero en la lista de los 266 precedentes. Su edad de 69 años, hace prever uno no tan extenso, pero «estadísticamente» su duración estimada sería en torno a los 15 años de duración, lo que le situaría en un tiempo suficiente para desarrollar un magisterio pontificio muy necesario en el mundo actual, tan inmerso en el racionalismo y el naturalismo modernista.

A esta ceremonia es tradicional que asistan dignatarios de todo el mundo y con especial presencia de representantes de los países occidentales cuyas raíces son cristianas, al igual que sucede con las exequias oficiales cuando fallecen.

Por parte de España, Pedro Sánchez tampoco acudió acompañando a los Reyes que encabezaron nuestra representación oficial, delegando la suya en María Jesús Montero y en el triministro Félix Bolaños, dada su condición de titular también de la Cartera de Justicia en la que recae la competencia ordinaria de las relaciones con la Santa Sede. La condición de ateo confeso por parte de Sánchez, la reitera de esta manera públicamente otra vez.

Núñez Feijóo asistió como jefe de la oposición, en la delegación española, lo que es ya una tradición desde el Pontificado de san Juan Pablo II. Ya hemos escrito acerca del pontificado de León XIII y su magisterio sobre Satanás y sus demonios, invocando frente a ellos la protección del Arcángel san Miguel como «Príncipe de la Milicia Celestial» mediante la oración que compuso tras experimentar una revelación mística de multitud de ellos sobre Roma el 20 de abril de 1884. Significativo que apenas seis meses después, hiciera pública su encíclica «Humanum Genus» sobre la Masonería. A la progresía actual no le serán de particular agrado ambos textos.