Esto han debido pensar estos machitos podemitas o expodemitas, en bloque. Del coletas ya sabíamos que iba largando machadas como la de azotar a Mariló Montero hasta que sangrase, pero a este se le vio el plumero antes, con lo del odio a la casta hasta que compró el chalet de Galapagar. Menudo tramposo engreído, que nos estuvo leyendo la cartilla con esa ética barata de falso progresista, y en cuando olió el dinerito, no se cortó un pelo.

Lo de Iñigo Errejón encabezando las manifestaciones feministas, gritando «hermana yo sí te creo» y «solo sí es sí», mientras esperaba que acabase el acto para llevarse a las jovencitas de cervezas, para acosarlas sin escrúpulos con el peor estilo de viejo asqueroso; hasta el punto que, como ya sabemos, al descubrirse su comportamiento de guarro acosador, se ha convertido en la vergüenza nacional de este falso progresismo que inunda esta sociedad, que solo sirve para dañar a las mujeres supuestamente defendidas por PODEMOS.

Lo peor que le podía pasar al colectivo de mujeres maltratadas es estar en manos de estos falsos feministas.

El tercero que se ha puesto de moda como nuevo guarro acosador es Juan Carlos Monedero. De él nos cuentan verdaderas barbaridades de actuaciones acosadoras en las aulas, en los bares, en las fiestas y en todos los sitios donde aparecía con «sus grupis progresistas», que no eran mas que una trampa para chicas, que incrédulas han vivido el más asqueroso acoso por parte de este energúmeno, que como los otros dos, ha abanderado el progresismo y el feminismo en primera fila de todas las manifestaciones y declaraciones durante todo el tiempo que ha durado su activismo podemita. De mote «el BABAS», ha estado campando a sus anchas por el partido y por la Complutense como macho alfa, acosando a diestro y siniestro a toda la que se ha acercado; pero este ya ha caído, cada minuto que pasa le crece el número de mujeres que declaran haber sufrido sus babosos manoseos.

Pero creo que hay algo mucho más importante que condenar. A los dos acosadores ya los han pillado y no tienen más salida que aguantar sus vergüenzas, pero lo gordo es que han estado protegidos por sus compis femeninas, ocultando sus terribles comportamientos, para no «ensuciar la imagen» de su mierda de partido; son más falsas que un billete de 15 euros.

Si Ione Belarra es la persona que tiene que velar por los derechos de la mujer en este país, apaga y vámonos; hoy ha declarado que todo se ha hecho según un protocolo «que no existía» y se ha mostrado tranquila con la poca vergüenza que caracteriza a toda esta pandilla de desalmados. La primera denuncia de una mujer contra Monedero llegó a la dirección de PODEMOS en 2016 y desde entonces están calladitas, según dicen, por defender el anonimato de las victimas.

La justicia — si pudiese actuar justamente — inhabilitaría a la Belarra para siempre por ocultar a estos bichos, y a los dos acosadores, además de pagar con cárcel, les daría una orden de alejamiento a una distancia mínima de 500 Km de cualquier facultad u organismo frecuentado por mujeres.

¡Vaya gentuza!