Por aquí anduvimos matándonos a tiros entre hermanos por aquello de seguir a unos torpes políticos de un color o del otro, a los que se les había ido todo de las manos, por cafres, rencorosos y soberbios. Por aquello de ser «el macho que más mea» nos metieron en esa terrible Guerra Civil que pensábamos superada, y que Sánchez se está ocupando de revivirla a base, no solo de desenterrar al muerto, sino ahora también, de pasearlo con una campaña publicitaria internacional, que nos costará a los españolitos una cantidad de dinero muy superior a lo que se gastó el Dictador en su publicidad personal en todo el tiempo de su mandato — el N O D O — costaba muy poco comparado con las subvenciones a los medios amigos y a esta campaña para celebrar su muerte. Un día se va a levantar de su tumba y le va a tirar de los pies mientras «medio-duerme», que es lo único a lo que podrá aspirar este personajillo hoy por hoy.

Cinco años después del final de nuestra Guerra Civil, mientras aquí seguíamos matando y enterrando hermanos, el 6 dejunio de 1944, un número de jóvenes estadounidenses, canadienses e ingleses, superior a 160.000, desembarcaron en Normanda, en el llamado día D, en una batalla que duró hasta agosto del mismo año y solo en ella, murieron 53.700 soldados, 155.000 resultaron heridos y 18.000 aún no se sabe dónde acabaron.

Esa reacción de estos locos americanos con sus fieles socios británicos, salvaron a Europa del fascismo más radical que nunca ha existido ni existirá. Nos regalaron la vida de su juventud sin dudarlo, y de ahí la recuperación de las fronteras y las libertades de las que hoy disfrutamos.

Tras toda una época de luchas sociales internas y de actuaciones para conseguir la recuperación económica, pudimos contemplar cómo EEUU mantenía a raya a Rusia y Japón, no a un precio menor que en la guerra europea, y más tarde, al llegar el final de la Guerra Fría, firmaron una serie de tratados internacionales de limitación de armamento, tanto convencional como nuclear, biológico y químico, que establecieron un equilibrio estratégico en el nuevo orden del que hemos disfrutado «todos», en los ochenta y los noventa.

¡Estos locos americanos nos han hecho todo ese daño!

Según oímos ahora a los politicuchos y tertulianos de esos que opinan sobre política un rato, y otro sobre quien le realizaba las felaciones al Rey Emérito, estos tienen claro que con la victoria de Trump, nos van a matar a todos y nos van a someter al fascismo del que nos libraron estos locos americanos en la segunda Guerra Mundial.

Es que estos locos americanos no saben lo que votan. Son todos unos GILIPOLLAS

Pues estamos viviendo una desintegración del equilibrio nuclear con las frivolidades chinas y norcoreanas, que como EEUU no vuelva a dar un golpe en la mesa y enseñe los dientes a estos comunistas de pacotilla, nos van a tener que enviar a su juventud a defendernos de nuevo; porque la nuestra estará manifestándose en contra de estos locos americanos.

Para estos deberes urgentes e imprescindible a nivel internacional, yo también voto a Donald Trump. Él se ocupará de ordenar el patio, mientras Sánchez paseará al dictador muerto por un número ingente de países, de los que seremos el hazmerreir.