La estupidez amenaza el Campeonato Mundial de MotoGP
Xavi Altamirano.- Es muy curioso cómo las circunstancias ponen a cada uno en su lugar. Digo las circunstancias, por lo que hemos podido observar en Motorland este fin de semana.
Una leve remodelación del circuito ha incluido un reasfaltado, que unido a una lluvia con calima — a la que tendremos que ir acostumbrándonos — ha puesto en apuros a los mal acostumbrados gallitos de la categoría. Cuando todo va sobre ruedas «nunca mejor dicho», perteneces al equipo oficial más poderoso y en su mejor momento, todo te sale bien; es muy fácil ver dobletes tras dobletes en el podio, incluso llegando a la monotonía. Pero cuando aparecen estas cositas que ponen «lo negro» complicado, como ha ocurrido en Aragón, aparecen los talentos.
Cuando todo resbala sobre un asfalto sin ninguna goma, húmedo y lleno de una fina capa de calima que llega a ponerte la visera embarrada hasta el punto de tener que limpiártela con el guante, ya que no puedes usar ningún invento tipo pinlock o capas desechables; cuando tus mapas dejan de arreglártelo todo cuando estás inclinado sobre un asfalto delicadito; cuando las condiciones de la pista en el FP1 y FP2 no se parecen en nada a las de la carrera Sprint, solo nos queda el talento (talento-cojones).
Ahí es donde aparece el número uno indiscutible de este circo que nos engancha.
Marc Márquez ha pasado por una época de secano, donde en términos taurinos podríamos decir que ha estado apartado de las orejas, debido a cogidas graves fácilmente reconocibles por las cicatrices de las operaciones y por las mellas en el ánimo que implican las tremendamente dolorosas rehabilitaciones de hombro, que a cualquier humano con los medios económicos de Marc, a sus 31 años, habría mandado la moto al carajo. Pero como toda lucha, cuando está acompañada del talento necesario, suele tener un buen final, este fin de semana ha regalado ese momento al número uno.
Mientras no ha estado Marc en la pista al 100%, cualquiera se ha creído dotado para mandar en el circo, pero no, solo han sido espejismos; ni Quartararo ni Zarco, que venían a por todas, se han comido a nadie — ni Viñales ha aprovechado la ausencia para ponerse en el sitio que se le estaba dando en su momento — ni ninguno de la escuadra Italiana ha podido acercarse a lo del talento del añorado Valentino — ni han podido realizar nada diferente en la pista. Han tenido un recreo largo, donde cualquiera de ellos ha podido soñar con lo que solo unos pocos tocados con la varita mágica son capaces de realizar.
Valentino puso este deporte en la cima tras la época de los Roberts, Spencer, Lawson, Rainey, Schwant y compañía, y la retirada de Vale, solo la ha podido ser llenada por la aportación al circo de Marc Márquez.
¿Alguien sigue pensando que Ducati se ha equivocado?
¿O quizás alguien no entiende el porqué Marc es el más caro de la parrilla?
En todo el tiempo que Marc no ha estado en forma, en Moto GP no ha ocurrido nada. El reinado de Bagnaia es un espejismo creado por un piloto puntero como otros 7 más, en la mejor moto con mucha diferencia. Este fin de semana había que enfrentarse a un toro encastado y ahí solo saben estar unos pocos escogidos.
Nuestro Pedro Acosta ha estado notable, pero claro, se ha paseado por las categorías 3 y 2 con una facilidad pasmosa, pero aquí se ha tropezado con uno de los que hacen grande este deporte. Le deseo lo mejor, pero tiene que ser fuerte anímicamente para encontrar su sitio, que no es otro, que el que ha ocupado hoy; es uno de los talentosos, pero aún tiene que madurar y torear muchas tardes en portátiles. No es un llegar y topar cuando está un fuera de serie en la pista.
Ahora voy a entrar en lo de la estupidez, porque lo he dejado para el final, porque sino, el “Valentiniano Manzaneque” no hubiese leído mis piropos al Rey, que hoy he disfrutado por él y por tantos otros que me escriben al correo cuando alago a mi piloto.
La estupidez no la nombro por la prohibición del neumático blando para la carrera de domingo, que de eso ya hablaremos, sino por lo que se comenta en las tontas esferas que mandan en el Circo. Se está pidiendo cuestionar que la parrilla de Moto GP tenga un límite de número de pilotos por nacionalidad.
Vaya, una gilipollez como una catedral.
Ahora va a resultar que el trabajo bien realizado en España con el mimado de los niños en minimotos, los esfuerzos realizados para llevar al CEV al nivel que hoy mantiene, con lo que eso supone de esfuerzo económico y de gestión de los que han tenido que desgastarse en la búsqueda de los patrocinios necesarios para hacer sostenible la mejor escuela del mundo para un piloto que quiera llegar, tengan limitado el número de pilotos Españoles a aportar a la parrilla de Moto GP.
Mientras Inglaterra, Francia y Alemania se han podido permitir las categorías inferiores en coches, hablo de formulas de promoción y Formula 2, donde los españoles han tenido que echar los dientes para llegar, nosotros nos hemos dedicado a lo que económicamente se podía llegar, a las motos.
Al Rey lo que es del Rey.
Las banderas españolas de los podios de hoy es un premio al trabajo bien hecho, en el que nadie nos va limitar el número de pilotos con políticas estúpidas.
Quieren llenar la parrilla con pilotos lentos incluidos por cupos.
A propósito, Marc ha dejado de ser apátrida, hoy ha paseado la bandera que tiene que pasear.