La vulgar casta política vive sus últimos días de gloria choricera. La última hornada socialista compuesta por mediocres cantamañanas de nulos estudios y extensas ascuas rojas, vagos sindicalistas y otros pega carteles, es la viva esencia del bajo nivel de los políticos actuales. Y no diré que todos los políticos son unos chorizos, que no lo son.

A un servidor le repele toda la clase política. Sin embargo, es de justicia decir que la diferencia pedagógica entre los políticos socialistas y los del Partido Popular es harta elocuente. El socialismo actual, al igual que el de antaño, se nutre del pelotón de los torpes,a diferencia de los populares.

Antaño un socialista podía dar lecciones al inculto pueblo por falta de medios. En la actualidad, una buena parte de la juventud, renovada sangre del futuro, es gente muy preparada, cuyo nivel en todos los órdenes ya quisieran para sí los más afamados socialistas. El pueblo, incluso el pueblo llano, ostenta más saber y cultura que los políticos que les gobiernan. El resultado es que un pelotón de torpes militantes socialistas gobiernan al preparado pueblo español. He aquí la principal causa de la indignación del pueblo contra los políticos. Estamos en manos de una sarta de vulgares políticos rojos además de viciosos corruptos, y el resultado es el que es.

Y yo que digo y sigo diciendo que en la gestión de toda una nación han de estar los más preparados, políticos o no, negros o blancos, ateos o cristianos, da igual, siempre que sean los más idóneos para desempeñar el trabajo asignado en bien de la gestión- no confundir con gobernación-, del conjunto del pueblo. Sin embargo, viendo que esta lógica mía es imposible de aplicar actualmente -espero que el pueblo despierte algún día- al menos elijamos a políticos medianamente preparados.

Por lo general, en aplicación de la verdad que no del interés, pues soy intrínsicamente neutro a política actual alguna, los militantes del PP provienen del pelotón de los adelantados, además de moverse en diferentes ambientes sociales que precisan gentes de una notable preparación. Es decir, personas educadas, en principio preparadas para gestionar y dirigir un país, cosa que no se puede decir de los socialistas, incluso ministros-as, cuyo curriculum no es otro que sus muchos años de militancia en un partido vetusto, donde aún imperan los rudimentarios ideales propios de su nacimiento.

Con el actual sistema cualquier socialista por muy torpe que sea puede ser presidente de toda una nación. Sí, incluso de la gran nación española. Incluso el mediocre José Luis Rodríguez Zapatero, vulgar entre los vulgares auque excelente militante socialista, un tuerto entre los ciegos, un cojo entre los lisiados que prometió hacer de España un exclusivo cortijo rojo. Y así fue, una vez el olor a pólvora difuminó el sentido voto por el voto temeroso y ensangrentado.

Mediante su roja egolatría. Mediante su suprema ignorancia mental, se sintió emperador. El rey supremo del socialismo, de la verdad , y la justicia. Estas diatribas propias, estas pajas mentales, fueron decisivas para que España iniciara uno de los caminos más lóbregos de su historia. No existe persona más dañina que aquella que siendo ignorante es soberbia. Precisamente fue su soberbia quien le hizo elegir a los ministros-as de su gobierno. Un “percebe” rojo eligiendo a una camada de rojos “percebes-as” aún más ignorantes, únicamente puede dar como resultado la actual España. Un país arruinado, enfrentado. Un país sin futuro humano. Un país desmembrado, abatido…

Un país donde una sarta de cesados chorizos indecentes denominados políticos se mueven con total impunidad, después de haber dilapidado ayuntamientos y comunidades, en los mejores puestos institucionales cobrando unos sueldazos además de tener garantizada una opulenta pensión de por vida. De la vega. Moratinos. Bibiana. Barreda. Ibarra, amen de los que aún son ministros y demás aliados, fiscales, jueces y otros encubridores sindicalistas “acabarán sus días” empleados en opíparos puestos institucionales en detrimento de la más elemental justicia: justicia por la cual deberían ser juzgados y no premiados, al igual que todo los españoles, por sus hechos y desechos con la Patria, el dinero, la justicia, y la libertad de todos.

Tengo serias dudas en cuanto a la recuperación a medio plazo de la solvencia, dignidad y honradez de este país. Dudas que no tengo en cuanto al ocaso definitivo del ignaro rústico y choricero socialismo. No obstante, España jamás se dejó abatir ni por miserias ni por miserables. Resistiremos y nos recuperaremos. Pero para tal fin es preciso saber quiénes son aquellos que traen la miseria mediante las consignas de un partido compuesto por miserables incultos. Los socialistas carecen de lo básico en un mundo globalizado como el actual. Sus políticas son fruto de un pasado cuyo modelo social se nutría del analfabetismo del ya extinto proletariado.

La política de dar dinero a los parados en vez de trabajo, de arruinar las arcas de todos en favor de determinadas asociaciones afines. La política de estrategias libertinas, e incluso soeces como medio de obtener la simpatía de todos y las antipatías de casi nadie, únicamente conduce al favoritismo mediante el ostracismo metal y la vagancia colectiva. En definitiva, a la más absoluta ruina en todos los conceptos del país.

Visto lo visto no queda otra que confiar en los populares. Sin duda, sin ningún género de duda la preparación de estos dista mucho de la vulgaridad de los socialistas, empezando por el presidente, que han llevado al naufragio colectivo a un pueblo mucho más decente, honrado y adelantado que el pelotón de torpes socialistas que un trágico día muchos votaron, pensado en el rojo color de la ristra de chorizos con la que alimentar sus agradecidos estómagos.