La estrofa 1618 del Libro de Buen Amor
Alberto González Fernández de Valderrama.- En la línea de investigación filológica que he abierto sobre el Libro de Buen Amor del Arcipreste de Hita, reconstruyendo intuitivamente los textos oscuros frente a la literalidad aparente de las lecturas que nos han llegado en los manuscritos que lo documentan, analizaremos la estrofa 1618, que hasta ahora ha sido objeto de diversas interpretaciones sin que ninguna de ellas, a mi parecer, sea convincente.
Resumiré las lecturas de los dos únicos manuscritos que la recogen (S y T) en un solo texto insertando entre corchetes las palabras cuya lectura pongo en entredicho. Todos los editores han aceptado las lecturas literales de las palabras que rematan los versos tercero y cuarto, y solo han puesto en duda la del que cierra el segundo, ya que difiere en ambos manuscritos:
“Salida de febrero e entrada de março, 1618
el pecado, que siempre de todo mal es [maço?] [caço?]
traía de abbades lleno el su [regaço?],
otrosí de mujeres fazíe grand/mucho [retaço?]
El lector podrá juzgar acerca de estas lecturas observando las imágenes de la estrofa en sus respectivos manuscritos:
Ms. S.
Ms.T
Siendo el primer verso de una claridad meridiana, analicemos los demás:
1º) Verso 1618b: Vemos que en el ms. T la última palabra parece decir “caço” (cazo) y en el ms. S “maço” (mazo). Salvo Cejador, que acepta la lectura “caço”, el resto de editores consultados se inclinan por “maço”, considerando que el pecado no es un cazo que atrapa en su interior a los seres humanos sino un mazo que los golpea.
2º) Verso 1618c: Todos los editores aceptan la lectura ”regazo” por ser idéntica en ambos manuscritos. El pecado llevaría sentados en su regazo a muchos abades, como una madre lo hace cariñosamente con sus hijos. No parece que encaje esta lectura con el carácter violento que se predica del pecado en el verso anterior si se acepta que es un mazo que golpea duramente al ser humano. Y tampoco encaja que el pecado lleve sentado en su regazo a los abades en vez de dentro del cazo con el que se habría comparado si aceptamos la lectura alternativa. Naturalmente, en poesía todas las licencias son posibles; pero un gran poeta no se las toma a la ligera complicando el sentido de sus versos o introduciendo en ellos conceptos que debiendo estar convenientemente armonizados resultan encajados a la fuerza, sin ingenio, por la pura inercia a que los somete la rima elegida.
3º) Verso 1618d: No hay discusión en la crítica acerca de la lectura “retazo”, que según Corominas, significaría “estrago” o “destrozo”, aunque el propio diccionario de la RAE ya define retazo como “pedazo de cualquier cosa”, aparte de su usual sentido como “retal o pedazo de una tela”.
Pero partiendo de la base de que un poeta experto en la técnica de la cuaderna vía solo recurre a un trabajo defectuoso cuando el mensaje estricto que quiere contener en una estrofa no puede expresarlo con plena naturalidad sin cometer alguna incorrección formal, debo rechazar las anteriores lecturas de cada uno de los versos comentados. En consecuencia, parto de la premisa de que si el primer verso termina con la palabra “março” -siendo esta lectura indiscutible- los demás deberán terminar en “-arço” y no en “aço”.
Solo nos queda buscar las palabras adecuadas en una lengua o dialecto de los que se hablaban en la Península y que el Arcipreste debió de aprender en alguna de sus muchas correrías, si es que no pervivían en su propia tierra andaluza. Lo que debe importarnos es que, aparte de cumplir con el requisito de la rima consonante, podamos encajarlas coherentemente en el texto, siendo indiferente que no coincidan con las recogidas en los manuscritos, en la evidencia de que los copistas a veces no entendían las palabras que estaban reproduciendo y escribían en su lugar otras de parecida grafía que conocían.
De esta manera hago las siguientes propuestas:
1ª) En el segundo verso la lectura correcta sería “çarço” (zarzo) que designa, según el diccionario de la RAE, un “tejido de varas, cañas, mimbres o juncos, que forma una superficie plana” y también “cosa realizada con el zarzo”. Veremos mejor su encaje en el verso si tenemos en cuenta la definición de “çarço” que recoge el Tesoro de Covarrubias a propósito del término “çarça”.
“[…] Unos texidos de mimbres que ponen en las carretas para traer la paja se llamaron entre labradores “çarços” por ir entretexidas las varas de las mimbres unas con otras.”.
Por lo tanto, este verso estaría diciendo que el pecado es una especie de esterilla o acaso espuerta de labrador al cual el mal arroja a los pecadores como si fuera el producto de su cosecha.
2ª) La anterior lectura explicaría perfectamente que en el tercer verso se dijera originalmente, continuando con el campo semántico de la agricultura, que el zarzo traía lleno de abades su particular apero de labranza: una horca de madera que los campesinos usan para hacinar hierba y verterla en su carro. Y es que este apero de labranza se llama en lengua galaico-portuguesa “ engarço”, como podemos ver en el diccionario on line Estraviz:
“Engarço: Apeiro de quatro galhos que se utiliza para apanhar erva e tem o mango de madeira”. (Apero de cuatro dientes que se utiliza para recoger hierba y tiene un mango de madera).
Incluso, podría entenderse que “engarço” significase “engarce” o “engarzadura”, por lo que el verso querría decir que el zarzo traía entretejidos o enredados entre sus mimbres a los abades, o que estos formaban directamente el entramado del zarzo.
3ª) Por lo que respecta al verso cuarto de la estrofa, encuentro una palabra que podría acomodarse bien al contexto campestre: “escarço”, que sería la acción y efecto de “escarzar”, definida por el diccionario de la RAE como:
“2. tr. Sacar unas cosas de entre otras, especialmente las patatas más gordas, para que maduren las pequeñas, y los panales de las colmenas que son delgados o tienen suciedad”
En sentido figurado, el pecado haría una fuerte selección de entre todas las mujeres escogiendo a las de peor categoría moral para arrojarlas a su capacho como malas hierbas.
Aceptando estas propuestas la estrofa original quedaría:
“Salida de febrero e entrada de março,
el pecado, que siempre de todo mal es çarço
traía de abbades lleno el su engarço;
otrosí de mujeres fazíe grand escarço”.
No obstante, no puedo estar seguro de haber acertado plenamente con estas apreciaciones; acaso el tiempo decida venir un día en mi apoyo desempolvando de un baúl olvidado algún viejo manuscrito que las sustente.