José María Manrique se adentra en la “alta traición” del 11-M, “un golpe de timón en toda regla”
Luis Segura Gómez.- Cuando se cumple en España un episodio más del decrépito y corruptor sistema democrático (enésimo simulacro electoral), me parece oportuno echar la vista atrás y a la vez recomendar algunas lecturas para entender que vivimos en una ficción política sostenida por mamarrachos que nos conducen al abismo. Participar en ella, en esa ficción, digo, mientras no surja una alternativa que defienda como en otros países de Europa los intereses nacionales, es legitimar a los que desean una sociedad de psiquiátrico.
Un día trágico significó el bautismo de este nuevo orden aciago en España. El 11 de marzo de 2004 fue un día sangriento, un día que cambió dramáticamente la historia de España. Ese día 200 personas reventaban en unos trenes, y otras 2000 sufrían heridas y mutilaciones de todo tipo. El atentado se atribuyó con sorprendente impaciencia al terrorismo islamista. Pero como quedó demostrado en seguida, la matanza nada tenía que ver con los mahometanos. Aun así, lo que ha calado en la plebe es otro cuento. Y sin embargo este crimen en masa fue cocinado por ciertas élites a partir de diversos servicios de inteligencia, para aplicar una agenda concreta; una agenda por cierto que fue aplicada a rajatabla.
Muy pronto Fernando Múgica escribía en El Mundo una serie de artículos que mostraban las vergüenzas de la versión oficial. Era evidente que la matanza de Atocha había sido diseñada desde las más negras sombras. Poco a poco fueron surgiendo trabajos muy serios que ponían en duda la mendaz versión de los políticos y los principales medios de comunicación. Se me ocurre “11M La Venganza”, de Casimiro García-Abadillo; “Las mentiras del 11M”, de Luis del Pino; “La cuarta trama”, de José María de Pablo, comentada en este espacio; “11M Demasiadas preguntas sin respuesta”, de Jaime Ignacio del Burgo, y “El atentado que cambió la historia de España; Las cloacas del 11M”, de Ignacio López Bru; el extraordinario ensayo de don Manuel Guerra sobre los enigmas del 11M; y recientemente Madrid 11M Alta Traición, del coronel de Artillería del Estado Mayor José María Manrique García.
En este último trabajo, intitulado de forma contundente «Alta Traición», se afirma que el infame atentado fue un golpe de timón en toda regla. En España había que introducir con urgencia los nuevos aires que las masonerías deseaban esparcir por Europa. Y la marioneta elegida por las élites oscuras para inocular en la más antigua de las naciones europeas sus avanzadas ideas fue el masón Rodríguez Zapatero (un demonio con cara de bufón y de idiota).
Lo primero que haría el infeliz, el mismo día de acceder al mando, fue sacar a las tropas españolas de Iraq (cortina de humo para subrayar en las conciencias del populacho que la matanza de Madrid había sido consecuencia de la participación española en Iraq). Después desarrolló con cirujana precisión la agenda masónica que la Unión Europea y la progresía de Europa defendía ya con insolencia. Con él España se convirtió en adalid del homosexualismo, de la ideología de género, del aborto libre, del laicismo y el odio a la Iglesia; promovió además, y con alevosía, los separatismos; fomentó el rencor y la división entre un pueblo que cada vez se tragaba menos; mangoneó todo lo que pudo en la Historia de España, que reescribió a su antojo, tirando estatuas y retirando placas, y sobre todo resucitó los fantasmas de la Guerra Civil, envenenando una sangre ya de por sí bastante brava. Rodríguez Zapatero fue a fin de cuentas el miserable útil de la élite para emponzoñar el viejo solar hispánico. Los que vinieron tras él, todos ellos, pueden ser considerados sus vástagos. Pues hijos del progresismo zapateril son los Rajoys y Sorayas, los Iglesias y Garzones, los Riveras y los Pedro-Nadies.
Es España desde entonces no hay izquierdas y derechas; hay un mestizaje progre que no escucha el deseo de los españoles y que por supuesto no atiende a los intereses nacionales. Atraer a millones de musulmanes a Europa será tal vez letal e irreversible; seguir en la UE significa entregar la soberanía y asentir a las masonadas ideológicas de Bruselas, a sus pedofilias educativas y a sus demencias económicas; votar a esta gentualla, además, implica la legitimación de un sistema guiñolesco que asume el relativismo como filosofía básica y la Voluntad General como religión suprema. Alta traición es defender todo esto.
A estas alturas hasta el más torpe debería haberse dado cuenta ya de que la voluntad general, la soberanía popular o el sufragio universal se identifican en buena medida con la opinión pública; y que la opinión pública, que coincide en efecto con la opinión publicada, es obra de los partidos políticos y los medios de comunicación.
Yo no creo en la democracia moderna o liberal. Los cristianos sabemos por experiencia en qué acaban las cosas cuando al pueblo se le pide opinión. Primero se le manipula a conciencia para que no obre en interés suyo sino contra sí mismo; después se le oprime con el aval de su conformidad. La primera vez que en la era cristiana se brindó una oportunidad al sufragio universal el pueblo pidió la muerte de Cristo y la liberación de Barrabás.
me descojono
Esta masacre, la mayor de Europa causada por un atentado hasta ahora, sirvió para que ganase las elecciones de 2004 (a los tres días de dicha masacre) un individuo cuyo mandato fue la peor plaga que nos pudo caer, pero en cambio, fue un maná y una bendición para otros países, empezando por nuestros queridos aliados europeos (especialmente el eje París-Berlín), transatlántico y norteafricano, a pesar de que todos excepto el ultimo, no perdían ocasión para someterlo a humillación. Pregunto ¿Casualidad?
No podemos bajar la cabeza, porque se espera otro “golpe de timón en toda regla” y este, mucho más radical. De lo que disponen los mundialistas es sobre todo, de tiempo, y si esta vez no han consiguido ese cambio de rumbo, no quepa duda de que irán a por él en 4 años. El acoso y derribo desde la oposición va a ser canallesco y ruidoso y habrá que ver lo que se les ocurre preparar si las intenciones de la población no están de su parte. El caldo de cultivo está sembrado y esperemos que no vuelva a… Leer más »
La verdad, sigo sin entender por qué todo el mundo sigue llamando “partidos políticos” -y “políticos” a sus integrantes- a esas bandas asesinas por las que la población -aquí no hay pueblo- pierde el culo en cuanto tocan la campanilla llamando al voto. Este espectáculo de la reacción de las masas lobotomizadas al percibir el sonido de la campanilla me recuerda instantáneamente la reacción de aquellos residuos de zombis infrahumanos metiéndose en el infierno de los morlocks para ser devorados en cuanto escuchaban la sirena que los llamaba en la película El Tiempo en sus Manos. El 11 de marzo… Leer más »
Y luego hacen la comedia de condenar a tropecientosmil años de carcel a un pobre tonto util de Aviles, que no sabia lo que hacia y lo que hizo fue engañado-
Todo empezó con el escándalo del aceite de colza.