“Estamos viendo un Gobierno humillado de forma constante, por sus socios, por integrantes del propio Ejecutivo, por los hechos. Ha perdido el control. Está con respiración asistida”. Este es el análisis que hacía ayer Alberto Núñez Feijóo 24 horas después de que Junts tumbará en el Congreso la ley de amnistía y de que su portavoz, Míriam Nogueras, utilizase de nuevo la tribuna para desacreditar, con nombres y apellidos, a los jueces “prevaricadores”. El líder del PP reunió, antes de poner rumbo a Bruselas para participar hoy en la cumbre del Partido Popular Europeo, a su comité de dirección para analizar el último descalabro sufrido por Pedro Sánchez a manos de sus socios independentistas, que ha dejado la legislatura pendiendo de un hilo pese a que en la Moncloa resten dramatismo al revés.

En la cúpula popular creen que lo acontecido este martes en el Congreso fue una “humillación” en toda regla del prófugo Carles Puigdemont al presidente del Gobierno, un “bochorno”, un “espectáculo” con tintes esperpénticos que ha dejado al Ejecutivo “desnortado” y “sin rumbo”. Con este panorama tan poco halagüeño para el Gobierno del PSOE y Sumar que describen, en Génova solo ven posible tres escenarios: o Junts renuncia a sus aspiraciones de ampliar el paraguas de la amnistía para eliminar todos los delitos de terrorismo y alta traición; o los socialistas claudican y se abren a modificar el texto volviéndose a saltarse sus propias líneas rojas, arriesgándose además a que la norma sea tumbada por el Tribunal Constitucional; o los españoles vuelven a votar. “O Puigdemont cede; o Sánchez traga; o colorín colorado a la legislatura”, sintetizó el portavoz del PP, Borja Sémper.

Pese a que en la dirección conservadora vaticinan que las próximas semanas se le pondrán cuesta arriba al jefe del Ejecutivo, que buscaba con el pleno de este martes dar “carpetazo” a la amnistía para que siguiese su curso en el Senado y al que, al final, se le va a atragantar en plena campaña electoral en Galicia, los populares no descartan que Sánchez encuentre el modo de garantizar el blindaje de Puigdemont y saque adelante el texto. Prueba de ello, insisten, es que hubo un acuerdo para el dictamen, a pesar de “la discrepancia en alguna enmienda”.

Feijóo y los suyos están “convencidos” de que la ley de amnistía “no pasa el filtro europeo tal y como está” y que, pese a su tira y afloja, el Gobierno y los independentistas acabarán superando sus discrepancias y asumiendo las exigencias de Junts porque “en esta legislatura va a pasar lo que diga Puigdemont”. Creen también que a Sánchez le ha venido bien ganar ese tiempo extra de cara a la reunión ayer en Bruselas entre el comisario de Justicia, Didier Reynders; el ministro de Justicia, Félix Bolaños; y el vicesecretario de Institucional del PP, Esteban González Pons, para abordar la renovación del Consejo General del Poder Judicial. “El ministro no podía acudir a la cita con un texto tan obsceno”, subrayó Feijóo.

“Si esto es Hungría”

El jefe de la oposición, en una entrevista en Antena 3, advirtió al presidente de que debe de andarse con pies de plomo porque Europa está mirando a España y preguntándose “si esto es Hungría”. Insistió también en que su partido sacará toda la artillería para recurrir la ley “con todos los instrumentos legales” a su alcance y pedirá “protección” a la UE contra una norma que responde a “un pago” de los soberanistas para que Sánchez se mantenga en la Moncloa. Así se lo trasladará a sus colegas europeos hoy en la cumbre informal de Bruselas, incluida la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen.

“Europa tiene que parar este ataque masivo al Estado de derecho”, aseveró Feijóo, muy crítico con la “obsesión” de su rival por el poder que “a veces sobrepasa cualquier límite racional”. “Entre los principios y el poder, yo me quedo con los principios. Sánchez con el poder”, presumió.