Son tan corruptos y degenerados los dos grandes partidos españoles, que han inventado un sistema de juicios y condenas al margen del poder judicial. Algunos lo llaman “La pena del telediario” y consiste en ser condenado sin juicio, sólo porque estorbas a algún político miserable con demasiado poder. A veces, la condena se refuerza con imágenes que son portada de telediarios y prensa escrita, como ocurrió con Rodrigo Rato, cuya imagen esposado y siendo empujado a un coche policial le marcó para el resto de su vida.

Hay una patulea de periodistas y editores de medios de comunicación corrompidos o a sueldo que siguen las consignas y órdenes del poder y consuman el apaleamiento y la demonización del condenado.

Es realmente un sistema repugnante y contrario a los derechos humanos básicos. además de una violación de la Constitución, que establece el derechos a un juicio justo y garantiza una ley igual para todos.

Pero a la chuma que gobierna España le da igual. Son expertos en sobreactuar y mentir y para ellos, lo importante es poder condenar al que les estorba y llenar la sociedad de miedo para hacerla más sumisa y moldeable.

El gran demonizado en la España del presente es VOX, un partido que merece menos la condena que BILDU, que acumula muchos litros de sangre derramada, o Junt, partido capitaneado por el prófugo Puigdemont, o Ezquerra Republicana, protagonista de todo un golpe de Estado, cargado de odio, contra España. Pero el apaleado y demonizado es VOX, únicamente porque es un partido que crece y que estorba al PP y al PSOE.

VOX tiene la mochila vacía de crímenes y delitos, algo que no pueden decir ni el PSOE ni el PP, que son las dos mayores organizaciones delictivas de España, después de ETA, por sus presos, condenados, imputados y sospechosos. VOX está más limpio que cualquiera de los actuales socios del PSOE, sobre todo de los comunistas y de los herederos de ETA, cuyas manos están manchadas de sangre.

Es la tiranía moderna y sofisticada en acción, implacable, sin piedad, hipócrita y rebosante de suciedad e indecencia, cien veces más eficaz que la censura y menos cruenta que la vieja tortura, que no necesita arrancarte las uñas para que obedezcas al poder y te sometas a los corruptos y miserables que se han apoderado del Estado.

VOX está siendo demonizado y apaleado por estorbar a los dos grandes, que añoran el bipartidismo del pasado. VOX no es un partido antisistema, como ellos dicen, ni es la extrema derecha. Sólo es un partido radical que no acepta la corrupción reinante y que no se somete al juego sucio de los grandes poderes. Pero la jauría de periodistas al servicio de la corrupción, siguiendo órdenes o empujados por su propia inmoralidad, los machaca y convierte sus errores en dramas y atentados peligrosos.

Por golpear un monigote que se parecía a Pedro Sánchez, han montado un escándalo de órdago e incluso han pedido la ilegalización de VOX, pero no han movido un dedo cuando ahorcaban la imagen del rey o quemaban banderas en el país Vasco y Cataluña. Para las hordas del periodismo corrompido, golpear un muñeco de cartón es peor que indultar a delincuentes golpistas, que ser herederos del terrorismo más asesino de Europa, el de ETA, o organizar un golpe de Estado en toda regla, en Cataluña. Para la chusma periodística comprada, Puigdemont, un prófugo de la Justicia, tiene más dignidad y derechos que Ortega Smith, sólo porque este último es miembro de VOX.

Con la demonización del muñeco golpeado han querido acabar con las manifestaciones diarias en la calle Ferraz, que llevan dos meses acusando a Pedro Sánchez, delante de su guarida, la sede de su partido, de ser un enemigo de España por amnistiar a delincuentes, golpistas y prófugos catalanes.

Ortega Smith también está siendo apaleado por su maldito gesto de volcar con rabia una botella de agua delante de un adversario político. Su gesto, falsamente descrito como “violencia y odio”, aparece en todos los telediarios sometidos al PSOE o al PP y hay cientos de periodistas sin ética, auténticos perros del poder, lanzando condenas e improperios contra el dirigente de VOX, al que quieren eliminar de la política e inhabilitar, porque a sus amos les sale de la entrepierna, sin que intervenga el sistema de Justicia, único legal y lícito en democracia.

Que Dios te libre del apaleamiento y la demonización porque si te afecta estás perdido. Aunque todo sea falso y después rectifiquen, algo que muy pocas veces hacen los perros del poder, ya quedas dañado y hundido para el resto de tu vida, ante tus amigos, tu familia y hasta tu entorno profesional. Es un sistema ideado por malvados y ejecutado por perros porque el sistema carece de toda garantía y es arbitrario, canalla e injusto, al servicio de partidos políticos sin ética ni democracia, para conservar el poder, que es la única ideología que poseen en su lodazal de corrupción.

Han puesto de moda eso que llaman “delito de odio”, regido por una especie de ley no escrita, corrupta y arbitraria, al servicio de los partidos, que la aplican sin equidad ni garantías, según conveniencia.

Personajes políticos como Rita Barberá y Cristina Cifuentes han sido víctimas del sistema de demonización y apaleamiento, ampliamente dominado por la izquierda, pero socialistas puteros o ladrones consumados, como los de los EREs de Andalucía, se libran de la demonización por ser socialistas y ni siquiera entran en la cárcel, a pesar de haber sido condenados, como ocurre con el ex presidente andaluz Pepe Griñán.

En la actualidad, ser de izquierdas en España conlleva cierta impunidad y ser alto cargo de los partidos que gobiernan otorga impunidad casi plena a chorizos, delincuentes y malos gobernantes.

La pocilga española, creada por los políticos acumulando sobre España paladas de excrementos, es una obra repugnante y un crimen de alta traición contra una nación llamada España.

Voto en Blanco