El portavoz del sindicato policial JUPOL, Ibón Domínguez, ha apuntado este martes que los miembros de la Policía Nacional que cargaron ayer contra los manifestantes que se concentraron en las inmediaciones de la sede del PSOE, en la calle Ferraz, lo hicieron por una «decisión política» y no operativa.

En una entrevista concedida a la cadena Cope, el sindicado denunció: «Quiero dar la enhorabuena a Marlaska y Sánchez, porque gracias a su decisión ahora los malos no son ellos con la amnistía, sino la Policía. Esa es la desgraciada realidad que ayer vivieron los compañeros de la UIP, que nosotros no podemos hacer otra cosa que apoyarles».

Domínguez ha reiterado que sus compañeros «nos dicen que estaban muy superados en números y que les arrojaron huevos y botellas. Pero es verdad que, en otras ocasiones, los compañeros de la UIP han estado aguantando, como en Cataluña, y se les ha pedido aguantar más».

Además, ha puesto en duda que la decisión proviniera de mandos policiales y no tuviera un empuje externo de índole política y ha responsabilizado de las cargas al ministro de Interior en funciones, Fernando Grande-Marlaska. «Quien tiene que dar la cara y dar explicaciones no es JUPOL, es Marlaska, el ministerio del Interior y la Dirección General de la Policía», ha remarcado.

También ha tenido palabras de apoyo a los manifestantes en contraposición a las personas convocadas durante el año del procés por Tsunami Democràtic y los CDR. «Yo diría que los de Ferraz son manifestantes que están mostrando su descontento de forma más o menos legítima. Tsunami y CDR han sido calificados por los jueces, son presuntamente terroristas y no podemos referirnos a ellos de otra forma. Si luego son amnistiados será responsabilidad de Sánchez», ha zanjado para la cadena de radio.

Respuesta «proporcional»

El Ministerio del Interior que dirige Fernando Grande-Marlaska ha defendido la actuación «proporcional» de la Policía Nacional en la manifestación frente a la sede del PSOE en Ferraz de ayer en contra de la ley de amnistía y la negociación para la investidura de Pedro Sánchez, y ha negado que se dieran órdenes políticas a los agentes. «El PP se confunde de Ministerio del Interior, lo confunde con el de Zoido o Fernández Díaz, en el que se daban órdenes políticas a los agentes», han señalado fuentes del departamento que dirige Fernando Grande-Marlaska, en referencia a los ministros del PP.

Las fuentes de Interior consultadas por Europa Press han señalado que la Policía Nacional «actúa siempre en parámetros de proporcionalidad para garantizar la seguridad de todos, y utiliza el material adecuado en cada circunstancia».

Otras fuentes policiales han confirmado el uso este lunes por la tarde-noche en Ferraz de balas de fogueo disuasivas, aunque no pelotas de goma. Los agentes antidisturbios también recurrieron a botes de humo o fumígenos, así como puntualmente a botes de gas lacrimógeno. Las cargas policiales, según estas fuentes policiales, se iniciaron tras varios avisos de los agentes debido a que un grupo de manifestantes, algunos embozados para cubrirse el rostro, trató de rebasar el cordón policial formado por vallas que impedían el paso a la sede del PSOE, con el lanzamiento de objetos como botellas de cristal contra los agentes.

Exigencia de dimisión

El secretario general de Vox, Ignacio Garriga, ha pedido este martes la dimisión del delegado del Gobierno en Madrid, Francisco Martín Aguirre, por las cargas policiales en la concentración de ayer lunes por la noche frente a la sede del PSOE.

En una rueda de prensa en el Parlament, Garriga ha acusado al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, de querer «imponer el miedo» y ha afirmado que «el delegado del Gobierno debe dimitir». Se ha alineado así con sindicatos policiales como Jupol y la Unión Federal de Policía (UFP), que ya han pedido el cese del delegado.

Precisamente Garriga, que preside el grupo de Vox en el Parlament, participó anoche en la concentración convocada frente a la sede del PSC, partido al que ha calificado de «Partido Separatista Catalán». Para Garriga, se trata de «un partido separatista más, quizás el peor de todos», ya que «bajo los eufemismos de convivencia y unidad oculta su verdadero proyecto de ruptura nacional, de volar el Estado de derecho y acabar con la igualdad de todos los españoles».