El Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés) ha dado instrucciones a las principales empresas de navegadores web para que comiencen a bloquear los sitios web considerados “indeseables” por las élites globalistas.

Francia, controlada por el WEF, es la primera nación en emitir una directiva legal a las empresas de navegadores web para bloquear todos los sitios web incluidos en una lista negra compilada por el régimen de Macron.

Llamando al plan “bien intencionado pero peligroso”, Mozilla advierte que el joven líder global Emmanuel Macron está avanzando con planes para obligar a los navegadores web como Firefox a “crear una capacidad técnica distópica” que permita a la élite globalista regular lo que la gente ve en línea.

“El Artículo 6 (párrafos II y III) del Proyecto de Ley SREN obligaría a los proveedores de navegadores a crear los medios para bloquear obligatoriamente los sitios web presentes en una lista proporcionada por el gobierno”, advierte Mozilla.

“Un mundo en el que los navegadores pueden verse obligados a incorporar una lista de sitios web prohibidos a nivel de software que simplemente no se abren, ya sea en una región o a nivel mundial, es una perspectiva preocupante que genera serias preocupaciones sobre la libertad de expresión. Si se convierte en ley con éxito, el precedente que esto sentaría haría mucho más difícil para los navegadores rechazar tales solicitudes de otros gobiernos”.

Naturalnews.com informa: Dado que el estado profundo tiene problemas para contener la propagación de “información errónea” en línea a través de proveedores y editores de contenido (es decir, Facebook, Google y Twitter), aparentemente está cambiando de táctica para perseguir a los navegadores.

Se nos dice que el gobierno básicamente alimentaría una lista negra de sitios web a los creadores de navegadores web como Mozilla y los obligaría a codificar un bloque que impide que los usuarios de Internet accedan a ciertos sitios web.

“Si la ley exigiera que todos los navegadores tuvieran la capacidad de bloquear cualquier sitio en una lista negra del gobierno, entonces los gobiernos represivos tendrían una herramienta enormemente poderosa”, informa Tech Dirt .

“No habría forma de eludir esa censura, salvo piratear el código del navegador. Esa podría ser una opción para los codificadores de código abierto, pero ciertamente no lo será para la gran mayoría de los usuarios comunes”.

Si esta propuesta de ley se consagra en los libros, eliminará lo que Mozilla describe como “décadas de normas de moderación de contenido establecidas”, lo que permitirá a los gobiernos autoritarios “negar fácilmente la existencia de herramientas para eludir la censura”.

No es exagerado suponer que la industria de los derechos de autor también sacaría provecho de la ley al tratar de obligar a los navegadores web a bloquear también los sitios web que contienen contenido infractor. De hecho, este concepto ya ha cobrado vida en el pasado; consulte el libro Cultura amurallada para obtener más información.

En 2004, BT (British Telecom) introdujo algo llamado CleanFeed que, una vez más, también tenía buenas intenciones, al menos en la superficie, ya que estaba diseñado para bloquear el acceso a todos los sitios web ilegales de pornografía infantil. Este es un buen uso de dicha tecnología, pero también hay malos usos que esperamos que ocurran.

“Exactamente la lógica utilizada por las empresas de derechos de autor para subvertir CleanFeed podría utilizarse para cooptar las capacidades de censura de los navegadores con listas de bloqueo web integradas”, informa Tech Dirt . “Al igual que con CleanFeed, la industria de los derechos de autor sin duda argumentaría que, dado que la tecnología ya existe, ¿por qué no aplicarla también para abordar la infracción de los derechos de autor?”

“Esa amenaza muy real es otra razón para luchar contra esta propuesta francesa perniciosa y equivocada. Porque si se implementa, será muy difícil evitar que se convierta en otra tecnología más que el mundo de los derechos de autor exige que se doblegue para sus propios fines egoístas”.