Iván Espinosa de los Monteros y Rocío Monasterio.

Gonzalo Fernández de Córdoba.- La confección de las listas pasadas ya apuntaba a la lucha de poderes entre falangistas y liberales en la “derecha Valiente”. El resultado fue la salida de las listas del llamado “sector liberal” del partido, cercano a Espinosa de los Monteros. Víctor Sánchez del Real y Rubén Manso se quedaron fuera de las candidaturas por mor de Buxadé, y la complacencia de Garriga. Aunque los propios denostados intentaron acallar las voces de la limpieza sufrida, estaba claro que estaban esperando los resultados para elevar su desencanto y desilusión de los nuevos jefes del partido.

Iván Espinosa de los Monteros abandona VOX por su distanciamiento con la dirección actual del partido. El que fue portavoz parlamentario de Vox, en sustitución de Macarena Olona, durante esta última legislatura, se marcha tras el batacazo electoral que han vivido los de Santiago Abascal este 23J. Y, como si fuera el “día de la marmota”, se van repitiendo las mismas explicaciones, hechos y declaraciones que hace un año sucedió con Olona.

Ahora se irá viendo lo que muchos militantes denunciaban hace mucho: la radicalización y la mediocridad existente. A eso le sumamos la falta de democracia interna, los expedientes disciplinarios, en casos significados la expulsión de miembros destacados, o las sentencias judiciales de “pucherazos” de las elecciones a presidentes provinciales, como fue el caos de Granada, con el conocido letrado Ignacio Pozo, el coctel estaba servido.

Sólo faltaba un descalabro electoral como ha sucedido, y por el que ningún dirigente ha asumido la crítica, para entender que el principio del fin había comenzado. Es lo que sucede cuando maltratas a tus bases y a tus cargos.

Iván era el último liberal que quedaba en Vox. Hoy, después del desastre de Ortega Smith y sus inquisidores en el partido por dentro, solo queda el pseudo falangismo ultra católico de Buxadé.

Las bases del partido, y sobre todo su electorado, no pasan de puntillas con todo lo que ha acontecido, y empieza a ser bien visible la desilusión que aventura el principio del fin de un proyecto nacional y patriótico, por haberse convertido en una agrupación de amiguetes en busca de sillones, sueldos y moquetas.

*Ex militante de Vox en Granada