No es un adiós, es un hasta luego
No es lo mismo decir adiós que hasta luego. Estas penúltimas letras mías no son una despedida, son sólo eso, un hasta luego. Este periódico digital hecho de artesanía, esfuerzo, buena prosa periodística, siempre escaso de intendencia y rebosante de patriotismo, que no patrioterismo, no cierra, simplemente cambia la titularidad de su propiedad. El gran y entrañable Álvaro Romero va a dedicar sus afanes y su esfuerzo en su totalidad a la Editorial (SND) porque la vida ya no le da para más y porque el don de la ubicuidad sólo es de Dios. Y nuestro querido Álvaro Romero es muy bueno, pero no es Dios.
Por tanto, le traspasa los trastos de ÑTVespana a otro españolazo que ha decidido echarse palante y seguir con la imprescindible labor periodística y divulgativa, cultural e informativa que sólo este digital ha sido capaz de llevar a cabo durante los últimos diez años. Y lo hace, además, en un momento especialmente peligroso para la Patria: cuando el felón Pedro Sánchez se abre de capa y de piernas ante un prófugo de la Justicia, Puigdemont, para darle lo que pida con tal de renovar el pase pernocta de la Moncloa.
No conozco al nuevo propietario de ÑTVespana, pero sólo por lo que arriesga y emprende merece mi respeto, y ya me cae bien el tío. Lo dicho, queridos lectores, esto no es un adiós, es un hasta luego. No sé cómo seguiré aquí, lo que sí sé es que seguiré defendiendo a España, lo que fuimos y lo que deberíamos ser con la pluma hasta que llegue el momento de defenderla, también, con la espada. Gracias a todos, seguid atentos a vuestras pantallas (de ordenador) y, como siempre ¡Viva España y Arriba España! Hasta luego.