El Tribunal General de la Unión Europea (TGUE) ha retirado de forma definitiva la inmunidad parlamentaria del expresidente catalán Carles Puigdemont, así como de los eurodiputados y exconsejeros regionales Toni Comín y Clara Ponsatí. Esto abre la puerta al juez Llarena, instructor del ‘procés’, para emitir de nuevo una orden de detención europea reclamando su entrega a España.

Las reacciones a esta noticia en el entorno político no se han hecho esperar. El primero en posicionarse fue, evidentemente, el propio expresidente. Puigdemont ha lamentado en un mensaje en sus redes sociales que hoy «la disidencia política está más amenazada en Europa». «Las minorías políticas que defiendan causas que incomoden a los estados tendrán, si esta sentencia no se revierte, mayores dificultades para ejercer sus derechos», ha manifestado.

«Nada se acaba, todo lo contrario. Todo sigue. Presentaremos recurso en el TJUE y defenderemos hasta el final nuestros derechos fundamentales», ha dicho. Aun así, el que fuese líder del Gobierno catalán durante el intento de golpe de Estado de 2017 se muestra optimista y se compromete a seguir «luchando»: «Tenemos dos meses para presentar el recurso a la máxima instancia judicial europea, que después dispondrá de seis meses para tomar una decisión».

Iglesias cree que deja en «una posición incómoda» a Sánchez

Una de las reacciones más mediáticas ha sido la del exlíder de Podemos Pablo Iglesias, que ha advertido de que la retirada de la inmunidad parlamentaria a Puigdemont «va a colocar en una posición incómoda a Pedro Sánchez y al PSOE y a cualquier formación política que no se posicione claramente a favor de los derechos políticos«.

Lo ha dicho en declaraciones a TV3 recogidas por EP, donde también ha manifestado que esta noticia es el «movilizador emocional más rancio del reaccionarismo español» ante las generales del 23J. Ha augurado que puede tener «unos notables efectos en la campaña» más allá del debate jurídico.

A esta defensa inequívoca del morado se une Oriol Junqueras; el presidente de ERC ha lamentado que el TGUE no respalde al expresidente: «Al lado de los represaliados siempre», ha escrito en Twitter, donde ha calificado a los políticos catalanes huidos de «exiliados».

Además, critica que la Justicia europea «persigue al independentismo» y que confirma un suplicatorio «que ya no tiene sentido porque se basa en un delito, la sedición, que ya no existe», después de que el Gobierno de Pedro Sánchez lo eliminase.

Otra secesionista, la inhabilitada Laura Borràs, ha apoyado públicamente a su compañero de filas, asegurando que él, Comín y Ponsatí son «más determinantes que nunca» en la «lucha por los derechos fundamentales». «Este es el camino», ha afirmado, a la vez que pedía «resistencia».

A Vox le sabe a poco: “No es suficiente”

En Vox han celebrado la retirada de la inmunidad de los independentistas fugados, pero piden más. El jefe de la delegación de Vox en el Parlamento Europeo, el también eurodiputado Jorge Buxadé, cree que es «una buena noticia para los españoles y para la Justicia, pero no es suficiente». «Hasta el final», ha escrito en su perfil de Twitter.

Por su parte, y en pleno debate de investidura manchego, Emiliano García-Page ha asegurado que a Puigdemont «se le van a acabar las coartadas para no comparecer ante la justicia». «Nada va a terminar de arreglarse hasta que no se le apliquen las mismas leyes que al resto de españoles», ha abundado, según recoge EP. Además, ha reclamado al Gobierno que «se aplique» para que el expresidente «venga cuanto antes»: «Sería lo interesante», ha defendido.