Estanislao de Kostka.- No hay nada ganado aún en las veraniegas elecciones generales del 23 de julio de 2023. La prudencia y el trabajo debería ser estratégico desde ya.

Con el actual ambiente de victoria en el Partido Popular, si la suma no da mayoría suficiente para gobernar, el terremoto político puede ser tan grande, que haga tambalear los pies del líder de la oposición. Sánchez ya hizo de ave Fénix, en más de una ocasión, y darlo por amortizado puede ser una equivocación.

El trasvase automático de votos de las municipales a la generales, nunca es buena metodología de análisis, pero sí la mejor encuesta posible, para ver tendencia y los porcentajes.

Las elecciones generales del 23 de julio de 2023 están condicionadas por un sinfín de variables que hacen pensar que todo puede pasar: la fecha, el calor, el voto por correo, la abstención, lo que pase a la izquierda del PSOE, lo que pase a la derecha del PSOE, el resultado de las pasadas elecciones municipales y autonómicas, la formación de los gobiernos autonómicos y las alcaldías, la Presidencia de la Unión Europea, etc. Se presenta una precampaña, en la que ya estamos, muy movida.

No llega con ser el mejor candidato y estar rodeado de los mejores, hay que sumar mayoría absoluta para gobernar. Si a Alberto Núñez Feijoó le falta un voto para alcanzar la mayoría absoluta, sólo o con Vox, tenemos gobierno Frankenstein, parte segunda. Seguro.

*Abogado jefe de AD y politólogo