Después de casi tres días de incendio en la comarca cacereña de Las Hurdes, más de 8.500 hectáreas han sido arrasadas por un fuego que sigue teniendo al viento como “peor enemigo”. La ferocidad de las llamas y las rachas de hasta 45 km/h han provocado el desalojo de más de 700 vecinos de las poblaciones de Descargamaría, Robledillo, Cadalso y Ovejuela. Por el momento, la localidad más afectada es la del Valle del Árrago, que concentra la mayor parte de efectivos mientras sigue vigente el nivel 2 de riesgo.

Al final de la jornada de este viernes los pronósticos son más “optimistas” que el pasado jueves, y las perspectivas de evolución “no son tan malas como en las últimas horas”, aunque está lejos de quedar estabilizado. Lamentablemente, los vecinos todavía no podrán volver a sus casas, según ha comentado la directora general de Emergencias, Protección Civil e Interior de la Junta de Extremadura, Nieves Villar.

Así pues, el presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, ha calificado el dispositivo desplegado como “muy completo”. Este está compuesto por casi 800 efectivos que se encuentran trabajando en las operación de extinción, conformando un “nutrido grupo de coordinación” que se suma a la doble brigada de la UME, según la Consejería de Agricultura.

Se sigue trabajando contra el fuego en el norte de Extremadura con importante dispositivo con casi 800 personas y numerosos medios técnicos. Permanece el nivel 2, aunque las condiciones hayan mejorado algo.

Entre estos se encuentran 471 medios terrestres, 18 medios aéreos, y apoyos de otras comunidades como Andalucía, Castilla y León, Comunidad de Madrid, incluso cien operativos de Portugal, que se han incorporado este viernes.

El viento “es el peor enemigo”
De la misma manera, Vara también ha espetado que “no es un problema de recursos materiales y humanos, sino de viento, que es el peor enemigo y que está dificultando enormemente la posibilidad de poder controlar”.

Respecto a las causas que provocaron el incendio, estas aún se desconocen, aunque el presidente de la Junta tiene claro que fue intencionado. Quien lo causó “sabía muy bien lo que hacía, cómo lo hacía y cuándo lo hacía”, aseveró. Así pues, también añadió que eligió “una hora en la que estaba empezando la noche” y, por lo tanto, es “muy difícil” para poder responder “con prontitud”.

Por otra parte, la Asociación para la Defensa de la Naturaleza y los Recursos de Extremadura (Adenex) ha considerado este viernes que las zonas de monocultivo de pinos que está asolando el incendio originado este miércoles en Pinofranqueado (Cáceres) son “un auténtico polvorín” debido, a su juicio, a “una muy deficiente o inexistente gestión forestal”.