Una mujer envenena a sus dos hijos de 9 años en Baracaldo
La Ertzaintza y la Policía Local de la localidad vizcaína de Baracaldo detuvieron la mañana de este domingo a una mujer por intentar acabar presuntamente con la vida de sus dos hijos. Ana, la madre, habría intentado envenenar a los pequeños, Aritz y Naroa, dos mellizos de 9 años, recién entrado el año antes de tratar de suicidarse. La intervención de los agentes impidió su propósito.
Este lunes, la Ertzaintza ha trasladado desde el hospital de Cruces a dependencias policiales a la mujer detenida, quien ha sido dada de alta en el citado centro sanitario durante esa mañana.
Los hechos ocurrieron el día 1 pasadas las 10 de la mañana en el Grupo Primero de Mayo, en el barrio baracaldés de Zuazo. La madre primero drogó a los menores y posteriormente les suministró algún tipo de sustancia nociva aún por determinar. Según el relato policial, tras provocarse varios cortes en el cuello, y antes de perder el conocimiento, la mujer telefoneó a su expareja para contarle lo ocurrido.
La llamada puede haber sido providencial ya que el padre alertó a la Policía Municipal de Baracaldo. Los agentes llegaron a tiempo de trasladar a los pequeños y a la mujer al hospital de Cruces, donde ingresaron con evidentes síntomas de envenenamiento.
Los niños permanecen hospitalizados sin que su vida corra peligro, según ha informado el departamento vasco de Seguridad.
GRITOS E INSULTOS
A los vecinos que viven en el grupo Primero de Mayo de Baracaldo el suceso no les cogió por sorpresa. Los gritos de la detenida a sus hijos eran algo habitual. Hasta el punto que se oían desde la calle. “Les chillaba y les insultaba”, recuerda Erlantz Aldana, residente en el mismo bloque. Coincidía con él Concepción López, que también vive en este mismo portal. “Les gritaba por los deberes y a los niños se les veía atemorizados. Sobre todo a la cría. La solía ver mirando por la ventana y te saludaba con la mano de forma muy sutil como para que su madre no se diera cuenta”, recordaba ayer.
En el barrio los vecinos sabían que la situación de los pequeños no era nada sencilla. “Su madre les tenía haciendo recados. Bajaban al bar a por tabaco, al supermercado. Incluso iban solos al colegio desde pequeños”, comentaba una chica del barrio.