El hotel de Lima que Susana de la Puente ha convertido en un pequeño gran museo
El arte ha ido ganando terreno en los últimos años en el barrio limeño de Barranco. Este distrito costero fue, durante mucho tiempo, un lugar de veraneo en el que se mezclaban casitas coloridas de los pescadores y casonas propiedad de las grandes fortunas de la capital que pasaban allí, cerca del mar, sus vacaciones. Hoy se ha convertido en la zona preferida de quienes buscan un ambiente donde pasear entre artistas callejeros, estudios de pintores, escultores y fotógrafos, y galerías, al tiempo de disfrutar, en el mismo entorno, de variadas y seductoras propuestas de entretenimiento y gastronomía.
Este ambiente ha permitido a esta zona posicionarse internacionalmente como una zona artística de moda, que no tiene nada que envidiar a otras de grandes capitales latinoamericanas y europeas, como Buenos Aires, Madrid o París.
Este boom creativo que ha convertido a Barranco en un referente que traspasa fronteras es fruto de la paulatina apertura de museos privados, talleres, galerías… que se ha producido en el último decenio y medio. En este sentido, uno de los proyectos más ambiciosos y que más han contribuido a imprimirle ese carácter ha sido el Hotel B, el único establecimiento Relais & Châteaux de Lima, que abrió sus puertas en 2013. Sus distintas estancias albergan una parte importante de la colección de Susana de la Puente.
El Hotel B se concibió pensando en un tipo de huésped con gran sensibilidad. “Se buscó crear un espacio donde poder respirar arte”, asegura Susana de la Puente. La coleccionista peruana, una de sus principales propietarias, ha sido alta directiva de firmas de bancas privadas internacionales y hoy está volcada en las inversiones en startups. Cada una de las 17 habitaciones del Hotel B alberga esculturas, pinturas y fotografías de diversos autores contemporáneos de todo el mundo, entre los que destacan José Tola, Julia Navarrete y Frank Maedler.
Susana de la Puente, una vida dedicada al coleccionismo
Pero esa experiencia con el mundo de la creación no termina en las estancias, ya que el hotel ha realizado una importante apuesta acogiendo una parte notable de la colección privada de Susana de la Puente.
Toda la vida de Susana de la Puente se ha desarrollado en un ambiente de esta naturaleza. Su familia, en especial su madre, Clotilde Wiese, estaba muy vinculada al mundo de las grandes artes del Perú. Tanto es así que su hermana Lucía, también galerista, y Susana crecieron entre pintores, escultores y críticos de arte.
Aunque profesionalmente siempre, y continúa, ha estado inmersa en el ámbito de la inversión privada, el arte siempre ha sido una de sus pasiones, lo que le llevó a ir haciendo, poco a poco, su propia colección. “Es una parte importante de mi vida y de mis inversiones (…). Siempre compro lo que me gusta, pero también lo hago dentro de un orden y una disciplina ‘construyendo’ una colección y sabiendo o creyendo qué se puede revalorizar”, asegura Susana de la Puente.
A principios de este siglo, su hermana Lucía, que ya tenía una galería en Barranco, se involucró en el proyecto de rehabilitación de una antigua casona de la belle epoque anexa a su local. Susana de la Puente, muy involucrada en ese momento en proyectos de alto impacto social, no dudó en unirse. Primero como socia, y más adelante cediendo parte de su colección personal.
De la Puente suele repetir frecuentemente que su relación con el arte no está basada únicamente en la compra-venta de obras, sino que su vocación de coleccionista implica compartir el disfrute de sus piezas con muchas personas. Gracias a esta visión, Susana de la Puente encontró en el Hotel B el lugar perfecto para hacer realidad este anhelo.
Las obras de Susana de la Puente, repartidas por los distintos salones y habitaciones, son hoy una parte fundamental del ambiente exclusivo del Hotel B y uno de los principales atractivos que lo han llevado a ser considerado uno de los mejores hoteles boutique de América del Sur.