A Tomás Fernández, el vendedor de lámparas, le llega al fin su San Martín
AD.- Javier Ortega Smith, ex responsable de Organización de VOX, no acertó en las provincias, por lo que los abandonos en el partido verde se cuentan por miles. Días antes de la destitución de Ortega Smith, todos los concejales de VOX en Badajoz, 8, abandonaron el partido. A estas bajas hubo que sumar la del ex candidato del partido verde a la Junta de Extremadura y también la del portavoz municipal en Cieza (Murcia). Un partido que pierde en un solo día a 10 importantes cargos públicos tiene una serio problema. Solo Ortega Smith y su equipo de demolición no querían enterarse.
La situación en Alicante, Almería, Cádiz, Sevilla, Castellón, Málaga, Albacete, Valencia, Huelva… no es menos dramática para el partido. Por si fuera poco, también se sumó Galicia, lo que ha provocado la marcha de quien fue su líder, Ricardo Morado.
Tomás Fernández, el cachorro de organización de Ortega Smith y diputado por Huelva, se puso de perfil ante los casos de presuntas corruptelas y mamandurrias que tiene la formación de Santiago Abascal en numerosas provincias. Es uno de los grandes responsables de la implosión de VOX en media España. En lo único que el incompetente demostró una cierta autoridad es al imponer el veto informativo a este medio.
Todavía diputado por Huelva, a la que antes de serlo fue unas tres veces en su vida, precisamente en una de sus escasas apariciones públicas en esa provincia, dio un discurso antes de visitar un edificio ocupado en la ciudad onubense, que aún se recuerda porque un tartamudo lo hubiera hecho mejor.
También sostuvo que Vox admite que muchos de los candidatos eran “desconocidos” y demostraron después no ser idóneos para el cargo, por discrepancias ideológicas o por haberse acercado para cobrar un sueldo y “colocar a familiares y amigos”. Y lo soltó así, tranquilo, como si nada. Al conocido en los pasillos del Congreso como el “vendedor de lámparas”, varios barones le culpan de desestabilizar la organización interna de Vox. Su amigo Ortega Smith lo sacó del Corte Inglés y dejó de ser el vendedor de lámparas que utilizaba la escalera más alta, para pasar a ser el genuflexionario de Smith junto con Jacobo Vázquez, alias “El Chusquero”.
Ahora nos viene con que el éxito de Vox es la “alta exigencia” de su partido con sus miembros. Lo de alto no irá por él, tal vez se refiera a su sueldo o al abultamiento de su currículo, como le gusta hacer a Vox adornando que vendía lámparas en el Corte Inglés; de esta forma “ha desarrollado su carrera profesional durante los últimos 25 años vinculado a grandes compañías nacionales e internacionales”. No nos extraña que a la diputada autonómica por Málaga, Purificación Fernández, que trabajaba en su campo, lo cual es muy digno, con su aceite y su miel, la nombraran directora general de su propia empresa. Dirección y Gestión de Empresas Agroalimentarias, que suena más a Vox. Y nombraron a Antonio Sevilla como presidente de la Gestora de Vox Málaga, el cual no tiene estudios universitarios, y vicepresidente a Carmen Barrios, secretaria y amiga de Antonio Luna el concejal de Fuengirola, muy alta la exigencia.
Asimismo, dijo que la gran fuerza de Vox son las bases, sus 100 ideas, su romanticismo e idealismo, “es lo que nos diferencia de PP y PSOE, es lo que les da miedo”, aseguró. Eso era antes de que personas como él estuviesen dirigiendo a Vox. Habría que preguntarle qué romanticismo e idealismo tiene él con un sueldo de 86.024,96 € (dato obtenido del portal de transparencia), muchas bombillas tendría que vender.
¿Dónde están la mayoría de esas bases que empezaron a trabajar por esas 100 ideas? Se han marchado o lo han expulsado al ver lo que están ustedes haciendo. porque no quieren a nadie que discrepe. ¿Cuántas gestoras han nombrado? Más de cincuenta, o lo que es lo mismo, sólo quieren a personas que hagan lo que el CEN quiere. Entonces, ¿para qué necesitan a los afiliados? Pues muy sencillo: para ser apoderados en las mesas electorales, vitorear a los cargos en los mítines y hacerse la foto con ellos (cuando tendría que ser al revés, ellos están en las instituciones porque esas bases trabajaron y ahora se creen estrellas).
Sostuvo en una ocasión Tomás Fernández que lo importante son las ideas, no las personas. Crasa equivocación. Para llevar esas ideas a los ciudadanos hacen faltas personas valientes que lleven años trabajando por una idea y que no hayan desistido. Las ideas en un papel lo aceptan todos, lo difícil es llevarlo a término en los barrios y pueblos de España. Lo difícil es que esas ideas cuajen a partir del ejemplo y la grandeza humana de quienes dicen defenderlas. Por carecer de tales ingredientes, por gente como Tomás Fernández, las ideas de Vox han fracasado.
A Tomás Fernández le ha llegado su San Martín. Tiene su armario lleno de cadáveres, de personas que valían mucho más que él. Lo único que le interesaba a Tomás Fernández era conservar tu status social, político y sobre todo económico. Esa era su remodelación. Por eso ha terminado saliendo por la puerta de atrás y con deshonor.
¡Al menos como vendedor de lámparas no engañaba a nadie!
Huid de donde digan que las personas no son importantes.
Eso quiere decir que quieren esclavos, números, para hacer el trabajo sucio.
Al final cuando ponen a un mediocre, pelota, y amigo, al mando de una organización medianamente grande, sucede lo que ha sucedido.
Gente con trayectoria profesional se marcha y quedan los pelotas, lameculos, sumisos de turno y analfabetos que, con tal de pertenecer a algo, miran para otro lado, obedecen y consienten todo. Más el aplauso, la foto en la mesa informativa y la cuota pagada.
Vox es una secta. Peligrosa, por cierto.
jajaja que risa
este fue el tontucio que escribio en su twiter “a cada cerdo le llega su san martin” cuando hundio el grupo vox en la asamblea de murcia
pues no te ha tardado mucho en llegar tu san martin, FLIPADO, QUE ERES UN FLIPADO
CORRE A VENDER LAMPARAS QUE NO DAS PARA MÁS, don Tomás
Felicidades por el artículo.