Reproducimos el último artículo escrito por el pensador Alexander Duguin antes de que terroristas a las órdenes de Zelenski asesinan con una bomba en su coche a Daria Dugina, su hija:

“Las autoridades y la sociedad, aparte de la guerra, por supuesto, ahora están más preocupadas por cómo adaptarse a las nuevas condiciones. La novedad de estas condiciones es que hemos sido excluidos de Occidente y hemos excluido a Occidente de nosotros mismos. No es que esto sea algo completamente nuevo y sin precedentes: en nuestra historia, muy a menudo nos hemos encontrado exactamente en este tipo de relación con Occidente. Y no es gran cosa. Y esta vez no pasará nada terrible. Pero aún así, nuestras vidas cambiarán significativamente.

El primer movimiento intuitivo en tal situación es el deseo de reemplazar Occidente con algo. Y podemos reemplazar todo. De esta manera, crearemos un cierto fantasma de Occidente, que nos llegará a través de terceros países, una especie de centros de sustitución de importaciones. De esta manera, reproduciremos Occidente en nosotros mismos. Al principio parecerá que todas estas medidas son temporales y que Occidente entrará en razón. Pero entonces empezaremos a darnos cuenta de que la ruptura con Occidente es irreversible. No es posible volver a las viejas relaciones con ellos en absoluto. Y se puede lograr una reconciliación simple si ellos cambian fundamentalmente o si nosotros cambiamos fundamentalmente. Es obvio que todos persistirán en no cambiar, hasta el final. Y, en consecuencia, la sustitución de importaciones también tendrá que ocurrir.

Aquí tenemos una decisión importante que tomar: o importar-sustituir Occidente indefinidamente, o hacer otra cosa. Ambas decisiones son bastante responsables, y ambas tendrán un gran impacto en nuestras vidas.

Sustituir indefinidamente es, por un lado, más fácil, ya que Occidente sigue siendo un faro y un punto de referencia con el que en adelante tendremos que tratar no directamente, sino indirectamente. Ellos pensarán en algo allí, y lo importaremos-sustituiremos, de una vez por todas. No es tan dificil. Pero esto nos hará volver a depender de Occidente, aunque de una manera nueva. Algún día esto se volverá obvio; pero puedes perder bastante tiempo siguiendo este camino.

Si hacemos algo diferente a la sustitución de importaciones, necesitamos elaborar un nuevo plan estratégico, un nuevo modelo, nuevas formas de desarrollo. Y es teóricamente posible hacer esto, pero esto es a lo que nuestra sociedad realmente se ha acostumbrado. Nos adaptamos perfectamente a las condiciones, sean las que sean; y esta es nuestra cualidad constante, por lo que solo conseguimos crear algo principalmente nuevo de vez en cuando. También es posible y, a veces, no está mal, pero no sucede a menudo.

Esta segunda forma, por supuesto, es difícil. Aquí solo tenemos que empezar y terminar, y lo más importante, decidir. En este caso, Rusia construirá su propio mundo por completo, sobre sus propios principios y utilizando sus propios métodos. No hay escenarios y libros de texto preparados para este caso. Es posible confiar en la experiencia histórica o en países no occidentales (algunos de los cuales han logrado resultados impresionantes). Pero mucho simplemente tendrá que ser creado, creado de nuevo, inventado. Y todo ello sin garantías claras; por experimento

Por supuesto, podemos suponer que nuestro aislamiento de Occidente se detendrá por el hecho de que Occidente mismo se volverá loco sin nosotros. Las consecuencias de romper todos los lazos con Rusia y el apoyo frenético al régimen de Kiev ya están dañando la política y las economías de los países occidentales, contribuyendo a la salida de líderes, el crecimiento de protestas masivas y crisis políticas. Resulta que no se nos puede obligar a hacer nada y se han traspasado irreversiblemente muchas líneas rojas. Por una combinación de factores, y en combinación con algunos otros procesos catastróficos, Occidente, o más bien el poder de la oligarquía globalista maníaca, también puede colapsar. Pero es imposible contar con esto; y en el estado actual no somos capaces de asestar un golpe fatal a Occidente. Solo como último recurso; pero entonces nadie sobreviviría en absoluto.

Si la omnipotencia de Occidente termina por sí sola, con o sin nuestra ayuda, todo cambiará en el mundo. Pero para que las previsiones sean realistas, aún debemos suponer que Occidente durará algún tiempo y permanecerá como está ahora. Este es el escenario inercial.

Y ahora vamos a ponerlo todo junto.

A corto plazo, nos dedicaremos intensamente a la sustitución de importaciones. Este es quizás el imperativo principal y obvio.

Gradualmente nos daremos cuenta de que esto es a largo plazo, si no para siempre, y crearemos un “simulacro de Occidente”. En parte, China está haciendo precisamente eso, pero sin romper con Occidente de manera tan abrupta como lo hemos hecho nosotros. Aunque, si la crisis en torno a Taiwán llega a su clímax, los chinos se encontrarán en una posición similar. Por ahora, están observando de cerca cómo estamos lidiando con una situación similar. Y están sacando conclusiones.

Y finalmente, o voluntariamente y de inmediato comenzamos a pensar en construir en Rusia un modelo sociopolítico y económico alternativo e independiente, o llegaremos a él por necesidad, cuando todos los recursos de la estrategia de sustitución de importaciones se hayan agotado.

Si todo transcurre por inercia, es posible imaginar estas tres fases como consecutivas y alargadas en el tiempo. Pero en teoría, podemos pensar en crear algo original.

Cuanto más claramente entendamos que el divorcio de Occidente es un trato hecho, no haremos un berrinche y aceptaremos la fórmula, “vete”, más atención pondremos en la búsqueda de alternativas.

Por supuesto, la retórica sobre nuestro propio camino ya se está escuchando. Y es correcto y bueno. Pero simplemente puede ocultar la sustitución de importaciones. Lo cual es necesario y no tengo nada en contra. Pero nuestro propio camino es un tema muy serio. Diría que demasiado grave para el estado de ánimo de nuestra clase dominante, que está acostumbrada a vivir en ciclos cortos. Pero aquí todo es más profundo y fundamental.

Lo más estúpido en esta situación es persistir en creer que algo, si no todo, se puede restablecer a su configuración de fábrica, es decir, antes del 24 de febrero de 2022. No se puede revertir nada en absoluto. Una vez que reconozcamos eso, bienvenido a la realidad. De lo contrario, nos estaremos engañando”.