BP.- Las guerras se pueden ver de dos maneras, una es la que te van contando durante el desarrollo del conflicto y la otra es la que luego podremos ver en los libros de historia dependiendo de quién haya sido el vencedor. El adoctrinamiento de las masas es parte esencial en todo conflicto. Somalia, Irak, Yugoslavia o ahora en la Operación Especial desplegada por las autoridades del Kremlin en Ucrania son una prueba de ello. Una guerra que no es nueva, por mucho que algunos medios ahora mismo lo repitan una y mil veces.

El presidente de Ucrania ha sabido usar sus dotes de actor para vender desde el minuto 1 de la Operación Especial su victimismo, e incluso en más de una ocasión dijo querer hablar “cara a cara” con Putin.

¿Por qué no lo hizo antes de que Rusia tuviera que actuar para defender a los ciudadanos que se sentían rusos en determinadas zonas de Ucrania? El mandatario ucraniano ya sabía antes de que comenzará todo quienes serían los jinetes del apocalipsis que le armarían, financiarían e incluso le llevarían a las portadas de las revistas del corazón, mientras su población vive rodeada de destrucción y pobreza.

Tanto Zelenski y su camarilla europea, apoyados por los ocupas de la Casa Blanca, creían que los rumores sobre la salud de Putin, las acusaciones de crímenes de guerra, hablar de las hijas del líder ruso o las sanciones, terminarían con la Operación Especial, que, aunque muchos no lo crean, aún no ha comenzado a ser una guerra. Pensar que Rusia y sus aliados no son lo suficientemente potentes como para tomar Kiev en menos de una semana es lo que nos han vendido, pero la realidad, reconocida por ambos bandos, es que Rusia ha tomado el control de casi una cuarta parte de Ucrania, y que por ahora está reforzando sus posiciones para lo que quizás sea la estocada final.

Muchos medios se empeñan en decir que Rusia ha fracasado. Los que han fracasado son los países que han apoyado a Ucrania; la crisis económica y energética, los recursos destinados a mantener a un ejército ya desmoralizado, la ruptura que se está produciendo en el seno de UE y las destituciones que el presidente ucraniano realiza cada día: jefes de defensa, asesores de seguridad o mandos militares rara vez abre un telediario o se muestra en las portadas de la prensa nacional o continental.

Zelenski comienza a quedarse solo, y aunque haya presidentes europeos que le hagan una visita o le muestren su apoyo, son muchos los ucranianos que ya comprenden que la única salida es un cambio de Gobierno. Son muchas las voces silenciadas en internet y son muchos los combatientes que se pueden ver en diversas cuentas en canales de redes sociales que se sienten engañados y traicionados por Zelenski.

Europa y Estados Unidos no podrán seguir enviando armas que acaban en manos peligrosas, no podrán seguir financiando un conflicto que ahora el propio Zelenski afirma que solo terminará cuando recupere Crimea.

Rusia sabe que su mejor arma no es la propaganda globalista, ni destruir Kiev, ni ocupar la totalidad de Ucrania. Los llamados expertos “analistas” ya le han puesto varias veces fecha al fin de la Operación Especial. Pero Rusia sigue creando nuevos lazos comerciales, sigue ocupando una cuarta parte de Ucrania, aún no ha desplegado todo su potencial militar y observa cómo la UE entra en quiebra y Zelenski cada vez exige más y recibe menos.

Dato para el lector:

Las exportaciones alemanas a Rusia cayeron más de un 30 por ciento durante el primero semestre del año 2022 pero las importaciones procedentes de Rusia aumentaron un 51,3 por ciento, hasta los 22.600 millones de euros.

*Un artículo de BPNews en exclusiva para Alerta Digital