Señor. Satánchez, ¡no lleva usted corbata! (o el frenesí klimátiko)
Laureano Benítez Grande-Caballero.- De mis años juveniles, recuerdo un juego de intriga policíaca que consistía –mediante cartas– en adivinar quién era el asesino, con qué arma había cometido el crimen, y en qué lugar de una casa. Así, por ejemplo, se podía sospechar del Sr. Pérez, con el hacha, en la cocina; o de Maripepi, con una navaja, en el baño… Creo que había una cuarta variable en el juego, pero no consigo recordar cuál era… lo que sí recuerdo es que, entre las armas, no figuraba la corbata; y, entre los escenarios del crimen, no había ningún plató televisivo, ni ninguna tribuna del Kongreso de los Diputados.
Porque la corbata, esa prenda de vestir que hoy día solo llevan los políticos –exceptuando la bancada pijoprogre embutida en kamisetas “Iron Maiden”, o en maduritas guayaberas–, los ejecutivos, y algún despistado perfumado de alcanfor, puede ser un arma mortífera, una herramienta letal para los más horrendos crímenes.
Y, si no, que le pregunten a Satánchez, que acaba de decir que hay que quitarse la corbata para “ahorrar energía”, pues no llevarla favorecerá que se ponga menos el aire acondicionado. Dicho en román paladino –o bergogliano, o sea– , lo que quiere decir Satánchez es que la corbata también tiene culpa del kambio klimátiko: ahí tienen un megacrimen para la corbatita.
Inepto donde los haya, al Satánchez se le olvidó atribuirle a la corbata su cuota de culpabilidad en la plandemia covidiana, porque llevar ese colgajo bajo la barbilla puede contribuir a que los aerosoles –la saliva y los esputillos, vamos– se queden ahí, impregnados en la corbata, con todos sus racimos de virus letales, capaces de enfermar y enfermar, de matar y matar. Si Rusia destacara en el mercado de las corbatas, de seguro que se prohibirían por ley, bajo multa de 600 pavos, o incluso cárcel, vete a saber lo que se le ocurriría al psicópata este.
Es decir, que tenemos a la corbata a la vez como arma, y como asesina –raro, raro–, con lo cual solo tendríamos que averiguar el lugar del crimen. Sin embargo, bastaría seguir el rastro del “Super-Puma”, ese helicóptero a prueba de corbata en el que se desplaza Satánchez para saber el lugar de los hechos.
Tremendo mundo éste, donde !el kambio klimático mata,” como dijo el “superpumero” posando en la escenografía de un incendio forestal –en el que arderían muchas corbatas, supongo–: es lo que pasa por tirar corbatas al monte; ¡a quién se le ocurre! Si quitaran puntos del carnet de conducir por llevar corbata, otro gallo cantaría.
Además, para producir corbatas hacen falta máquinas, un gasto de energía, materiales que esquilman la pobre “Pachamama”… Un desastre, vamos.
Pero es cierto que la corbata puede matar, pues, en el fondo, consiste en un nudo corredizo semejante al de una horca. Por otra parte, si no se hace nudo y se coge con las dos manos, equivale a una cuerda que puede asfixiar la garganta de una víctima. Hay asesinos más refinados y psicopáticos que usan para ese menester “pantys” de mujer, lo cual le da un toque como más corrompido, estilo Norman Bates –oh, su motel, un buen lugar que se podría añadir al juego ese de los asesinos–.
El caso es que las vacas mean y cagan, y con eso emiten nitrógeno, que, como sabrán, es un gas venenoso y de efecto invernadero –aunque suponga el 78% del aire que respiramos–, y ésa es la razón por la que hay que reducir la ganadería y comer deliciosas cucarachas churruscaditas. Asimismo, el kambio klimátiko es una de las causas de la violencia machista –os aseguro que no bromeo, que lo han dicho en un putrediario de esos–, de que la gente se ahogue en las playas, del asesinato de Kennedy, de que haya tanto bisho por ahí haciendo el pingolín o el mono…
Ahora resulta que la corbata es el arma del crimen klimátiko, que el capitán NOM Satánchez nos va a salvar del apocalipsis por el simple hecho de acabar con las corbatas. En verdad en verdad les digo que no acierto a creer en la realidad de tal Himalaya de sandeces, de burlas, de grotesquerías, de payasadas, de esperpentos, de chistes malos, de gilipolleces… ¿Cómo es posible que yo –a mis años– tenga que soportar tal cúmulo inmenso de majaderías? ¿Estaré soñando? ¿Qué he hecho para estar aquí, en medio de este circo horripilante, rodeado de tanto mentecato, de tanto papanata, que cualquier día dirán que los niños vienen de París, que existen los Reyes Magos, y que vivimos en una democracia? ¡Ay, Señor, Señor!
Pero si Satánchez dice esas cosas es porque sabe –como lo sé yo–, que un rebaño informe de gaznápiros que se ha tragado toda la porquería infame de la plandemia, de la guerra de Ucrania, de la memoria “democrática”, del kambio klimático, es capaz ya de tragarse cualquier cosa, cualquier sapo pantanoso, cualquier cucaracha cuchifrita… Y sí: damas y caballeros, estoy muy harto y no puedo soportarlo más.
Y, bueno, acabo el jueguecito del asesino diciendo que fue Satánchez, con la corbata, en el Kongreso de los Diputados – por cierto, ¿quién contribuyó a la muerte de tantos ancianos, en las residencias, con una jeringuilla? ¿Saben quién es el asesino?-.
Por cierto, no resisto la tentación de contarles el magnífico final de una película de Hitchcock, titulada «Frenesí», en la cual un psicópata asesina a mujeres usando corbatas. En la última secuencia, el asesino entra en su apartamento empujando el baúl donde lleva a su última víctima. Dentro, le espera el inspector de policía quien, al ver que no lleva corbata, le espeta irónicamente, pronunciando la sentencia de muerte para el maníaco: «Sr. Rusk: ¡no lleva usted corbata!».
Sí, Sr. Satánchez: ¡¡¡NO LLEVA USTED CORBATA!!!
Canal de Telegram del autor: https://t.me/laureanobeni
En invierno no pongáis la calefacción que no hace falta, poneros la puta corbata.
Pedro Sánchez gran traidor de España, asesino de españoles.
¿Quién no ve que este tipejo es un pedazo de traidor a España y a su pueblo?
¿Alguien no ha visto de lo que es capaz esta escoria por llegar al poder y lo falso que es?
Pedro, vete preparando para el abismo que te espera. Te has equivocado de bando y ya no hay marcha atrás, eres el prototipo de tonto útil de la judería.
Sanchez con lo de la corbata ha desviado la atenccion de la sentencia de los eres, se habla de lo tonto que es Sanchez por proponer lo de la corbata y ya no se habla de los eres. Objetivo conseguido, una vez mas se rien de nosotros. A la corbata yo solo le dedico este comentario no merece mas tiempo.
Es todo absurdo. De risa siniestra para todos los desquiciados. En cuanto venga el primer apagón serio y el primer desabastecimiento severo de bienes indispensables, como la gasolina se nos va a olvidar el chiste de la corbata, la píldora del termostato, y muchas de las tonterías que tenemos que deglutir mentalmente todos los días hasta ver cuando salimos de la madriguera roja si Dios quiere. De momento nos han envenenado a todos y en vísperas de cortes de suministros y confiscación de cuentas al que se queje. Casi na.
La agenda 2030 firmados por todos los países en la ONU, es por el colapso social, la plandemia, el calentamiento wuebaal, guerra de Ucrania, crisis financiera, es el detonante para acelerar el proceso de reducción de población, apoderarse de todos los recursos, para que el mismo poder siga reseteando la humanidad a su antojo y drenando su sangre en el dolor y sufrimiento del cual se nutren. La partitocracia es el gran engaño que hay en cada país y todo queda globalizado en la inteligencia artificial de los fondos de inversión mayoritarios, Blackrock y Vanguard. Han prometido zanahorias envenenadas, pero… Leer más »
Recomiendo vean la película “Venganza” de Pierre Morel, con Liam Neeson. Verán qué basurero de Europa nos han dejado los políticos progresistas, ¡y eso que la película es del año 2008! ¡ahora la situación está muchísimo peor! Los malos de la película son el claro reflejo de los oscuros negocios de la aristocracia masónica antiespañola y de nuestros politicastros progresistas de la Agenda 2030 y demás magnates y mangantes. Cuando la veo no puedo dejar de pensar en las niñas de Alcácer y los negocios con magnates mangantes de países tercermundistas.
Begoño, escondete la corbata en el mismísimo coño.
De “Los rojos no llevan sombrero” a “Los rojos no llevan corbata”. Es que son así de estupendos estos progres.
“Yo me soy el rey Palomo,
yo me lo guiso y yo me lo como”
Saludos y Buenas noches