No es cierto que el viejo sátiro Joe Biden viviera un tórrido romance con Begoña Gómez, la mujer de Pedro Sánchez
Se está hablando mucho de la actitud que tuvo el viejo depravado Joe Biden con Begoña Gómez, mujer de Pedro Sánchez, durante la cumbre de la OTAN celebrada en Madrid. Aunque las imágenes están dando pie a insinuaciones en redes sociales sobre un tórrido romance entre ambos, debemos aclarar que las imágenes más bien son producto de una persona tocona como Biden.
Desde AD hemos podido verificar como falso el supuesto romance. Tan solo que las escatológicas imágenes del viejo sátiro sobando a Begoña Gómez e incluso a la propia reina Letizia, fueron excesivas. Se diría, incluso, que innecesarias. No se conformó Biden con mantener la vertical, que también; el señor es muy derecho, sino que además invadió el espacio peripersonal de la zona que establece el margen de seguridad entre nuestro cuerpo y el resto del mundo. Tan es así que según un experimento publicado en el The Journal of Neurosciencie, la mayoría de las personas necesitan que se respete un entorno de 20 a 40 centímetros para sentirse cómoda. Si se sobrepasa, se puede, incluso, sentir ansiedad. No sabemos si Begoña se sintió así.
El señor Biden, no sólo invadió ese espacio, sino que besó, abrazó, se aproximó más de la cuenta y tocó más de lo esperado a ambas señoras que no sabían cómo quitárselo de encima.
El presidente de los EE. UU de América se pasó, hizo uso de su autoridad desde su situación de privilegio, a sabiendas del beneplácito de muchos. No todos. Biden debió comportarse con mayor corrección. Pudo haber sido próximo, galante, si se quiere, pero sin esas muestras de “familiaridad” excesivas, como cuando su mano alrededor de la espalda de Begoña Gómez se deslizaba furtivamente siguiendo el curso de la cintura, atraído tal vez por la temperatura corporal femenina que ejercía de imán. La mano, una vez hecho el recorrido y antes de retirarla, se deslizó levemente hacia la zona más mullida. No era un gesto casual, Biden sabía lo que estaba haciendo y se notaba. Y eso, precisamente, es lo que debió evitar. No se puede tolerar tal comportamiento por muy presidente de los Estados Unidos que sea. Hasta la reina Letizia debió de sentirse incómoda ante la insistencia en tomarle las manos una y otra vez. Hubo unos segundos en que la reina hizo un gesto, muy leve, -nobleza obliga- pero que pudo interpretarse como de desagrado.
AD se suma así a los objetivos de los verificadores de información con el objetivo de combatir los bulos y la desinformación.
términos”, manifestó.
Begoño se comió el panochin, pero fríamente, pura cuestión profesional.
Seguro que se enamoró de su nuez
Dejo aqui el enlace al momento al que me referí antes, está en el minuto 0:56, aproximadamente. Este señor es un viejo verde en toda regla, solamente que con mucho poder. Obsérvese cómo el rey se da cuenta de que Biden le da la espalda para dirigirse solo a Letizia, y enseguida mira hacia abajo en un gesto de clara resignación:
https://www.youtube.com/watch?v=YkRVNlSmOsM
Una corrección: Letizia no es reina, es la consorte del rey, y Biden también le puso la mano en la cintura, al mismo tiempo que le decía en voz bajita “¡todavía tenemos que estar de pié unas dos horas, maldita sea!”. No entiendo por qué nadie habla de estos hechos, que están en vídeo.