AD.- El derecho a la asistencia sanitaria y a la educación gratuitas para la población debería ser uno de los pilares vertebrales de una organización política que dice defender los intereses de los españoles. Vox ha probado una vez más que el bienestar de los españoles le trae al pairo. Vox es un partido clasista que defiende fórmulas económicas ultraliberales, que al final terminan ensanchando las desigualdades sociales. Siempre hemos dicho que Vox no venía a cambiar nada y sí a apuntalar los privilegios de la aristocracia financiera con el cuento del patriotismo. Vox carece de un programa social porque no es una derecha social. Vox es solo un puñado de falsos mantras para consumo de tontos y revulsivo económico de unos pocos.

No hay mejor ejemplo de cuanto decimos que las manifestaciones brutales del diputado del partido verde por Málaga, Rubén Manso. Con voz engolada y aspecto de repelente niño Vicente, Manso ha defendido que no es función del estado proveer de ningún bien ni de ningún servicio, salvo 3 ó 4: justicia criminal, seguridad interior y seguridad exterior. Dicho en román paladino: sanidad y educación solo para los españoles que puedan pagársela. Para Manso, el nacimiento es un territorio fronterizo que, dependiendo del lado en el que estés, tendrás derecho a todos los privilegios o simplemente a ser un paria. José Antonio se avergonzaría de esta derechona elitista y con la misma sensibilidad social que un caracol.

Lo peor es que este repugnante clasista que defiende el determinismo económico como regulador de la vida de sus compatriotas a sí mismo se llama cristiano. El canalla no niega la importancia de la salud, ni de la educación, pero cree que la cobertura debe tener límites: solo a los que puedan pagarla. Cuando un falso patriota dice que no es función del estado proveer de sanidad y educación a los españoles, lo que está defendiendo es la existencia de españoles de primera y segunda categoría. No se puede ser cabalmente patriota sin defender que los intereses que el Estado asume, gestiona y tutela son parte de los intereses sociales, aquéllos que los órganos políticos representativos de la sociedad han acordado democráticamente elevar a la categoría de intereses públicos y generales, prestándoles los medios públicos de gestión que el derecho establece.

Preguntaríamos a Manso cuáles serían las alambicadas razones que justificarían que sus hijos disfrutaran de unos servicios vetados al hijo de una familia de renta baja. Pero ya sabemos que este diputado florero no se caracteriza precisamente por su valor. En el fondo es un cobarde que lleva años vegetando a la sombra de quien vale todavía menos que él. Sabemos que este clasista no traga a la diputada Patricia Rueda, que habla mal de ella, pero ahí sigue, arrastrándose como un lagarto en pos de la mamandurria.

Ser de derecha no consiste en hacer postureo patriotero en los mítines, sino en excitar conciencias para una auténtica revolución social que haga resurgir los valores patrióticos de entre las personas sanas de esta sociedad degradada, lanar, corrompida y acobardada. Que es justamente lo que nunca hará gente tan despreciable como Rubén Manso. Tipos tan rancios como este son los que alimentan cada día nuestro rechazo a Vox.