Hay citas que parece que cuando se escriben en un guion, acaban pareciendo premonitorias. Que pasado el tiempo, parecen cobrar un sentido más allá del que tuvieron en su estreno.

Es el caso de la cita “No invada Europa, cómprela”, unas líneas que, dentro de la película española más premiada a nivel mundial del cine independiente Experimental y rodada por el cineasta aragonés Antonio Bellido: Trip to the Tax Paradise – Rumbo al Paraíso Fiscal.

Desde su estreno en Los Ángeles EEUU en enero de 2021 y hasta el mes de abril de 2022 ha conseguido alzarse con 50 de los primeros premios más importantes del sector tanto en Estados Unidos como en Europa o India, la mayoría además homologados por IMDb.

Para Antonio Bellido lo importante no son los premios obtenidos con sus películas, todas ellas musicales de cine mudo – Singing to Love o El Cantante de Jazz, entre otras – que al igual que la adaptada en título internacional Trip to the Tax Paradise, han conseguido también llamar la atención de ese estilo de cine mudo que narra toda la acción al igual que las películas de Charlot.

A punto de cumplir 77 años, Bellido no quiere dejar de hacer lo que le gusta, rodar cintas. Él mismo se convierte en director, guionista, compositor, actor y cantante. Es este modo de hacer cine lo que le permite abaratar al máximo el coste de sus proyectos. “Lo importante ahora es conseguir: compradores, socios o inversionistas que, con bajo presupuesto, quieran llevar a la pantalla las ideas y guiones preparados” explica. Unos trabajos que pueden también conocerse gracias a su página Web antoniobellido.net

Pero volviendo a la cita, tan solo meses antes de la invasión ucraniana, Trip to the Tax Paradise – Rumbo al Paraíso Fiscal obtuvo importantes premios y certificados de festivales internacionales organizados por la Federación Rusa y celebrados en San Petersburgo, la ciudad de Putin.

“Esta normalidad cultural lo que demuestra es que la cultura rusa y sus ciudadanos no tenían noticias ni presagiaban lo que iba a suceder solo semanas después. La cinta, además, no podría haber contextualizado mejor la situación: oligarcas que rodean al autócrata, se enriquecen y transfieren su economía y a veces vida a los paraísos fiscales. La propia trama de la película, con su frase inicial “No invada Europa, cómprela” ya dejaba entrever lo que ha sido ahora primera plana. La corrupción española, rusa y mundial” explica el director.