Cartel falso que circula por redes sociales. / AYUNTAMIENTO DE MÁLAGA

AD.- La envidia de los españoles no es aspirar al coche de su vecino, sino que el vecino se quede sin su coche. Hay partidos que se sienten en su elemento natural agitando el cabreo. Hay votantes a los que le da igual el programa político del partido al que votan, y si lo votan, es porque representan para ello una acción de desquite contra otros. Y nos parece muy bien. Cada cual es libre de orientar sus ofertas o sus preferencias electorales como quiera, dentro de los anchos márgenes que concede la ley. Lo que resulta bastante reprobable es la búsqueda deliberada de la agitación mediante noticias falsas. Pretender generar un estado de odio contra los oponentes es una táctica electoral muy antigua. Hay proyectos políticos políticos que solo podrían alcanzar un cierto éxito mediante un estado de permanente confrontación y polarización. De un tiempo a esta parte vemos cómo hay partidos que recurren con frecuencia a la criminalización del oponente como fórmula de supervivencia política. Para ello vale cualquier mentira que grabe en el potencial votante un correlato tan mendaz y tan falso como la connivencia del Partido Popular de Málaga (uno de los que más apoyo recibe de toda España), nada menos que con el entorno de ETA. Evidentemente, estas operaciones injuriosas no la llevan a cabo los líderes de los partidos, pero sí personas pertenecientes al entorno de esas formaciones. Lo importante es no dejar rastro de la impudicia.

Este largo fin de semana se ha comentado mucho el falso cartel que ha circulado en redes sociales, y que ha indignado a muchos incautos, conforme al cual habría de celebrarse un mitin de Arnaldo Otegi y Juan Tardá en el Palacio de Deportes José María Martín Carpena de la capital malagueña. Lo que hace más aborrecible esta “fake” es que el Martín Carpena que da nombre al lugar de celebración del falso mitin fue un concejal del Partido Popular asesinado por ETA el 15 de julio de 2000. Fue asesinado a las 21:40 mientras cogía el coche frente a su domicilio para dirigirse a un pregón local llamado el Pregón de la Biznaga. Carpena iba acompañado de su mujer y su hija, que entonces tenía tan solo 17 años y que estuvieron presentes durante el asesinato. Cuando la familia iba a subir al coche, el etarra Jon Igor Solana Matarrán, que llevaba más de una hora esperando su salida, disparó seis veces, cuatro alcanzaron al político y uno en la nuca le provocó la muerte en el acto. Una vez cometido el asesinato, el asesino escapó en otro vehículo donde le estaba esperando el etarra Harriet Iragi Gurrutxaga. Martín Carpena nunca recibió amenazas, por lo que no llevaba escolta. Curiosamente, el sucesor de Martín Carpena como concejal en el Ayuntamiento de Málaga fue el hoy número 3 del PP, Elías Bendodo.

Es decir, que no solo mienten estos miserables, sino que alcanzan a frivolizar con un falso acto de apoyo a ETA, consentido por el PP, para pillar algunos votos del fango que ellos mismos han creado. ¿Dónde están las víctimas del terrorismo? ¿No tienen nada que decir? ¿O acaso la elocuencia o la mudez depende de la adscripción política del que causa el grave daño?

El hecho además de que se publicitara a Julia Otero como moderadora del acto filoetarra le daba más credibilidad, dentro de la inverosimilitud de la noticia.

Tal vez nunca averigüemos quién es el responsable de tal mentira, pero podemos intentar un juego de adivinanza. Desde siempre, el primer paso del detective que intenta desentrañar la verdad es formular una pregunta: “qui prodest?”, es decir, ¿a quién beneficia en plena campaña electoral que los vecinos piensen que un golpista y un terrorista condenado van a dar un mitin en Málaga? ¿Al Psoe, a Vox, al PP…? Oro parece, plátano es…

A continuación podríamos considerar el historial de los distintos partidos y el uso que han ido haciendo de las redes sociales en el pasado. Finalmente, lo burdo y macarril del intento -que evidencia la convicción del autor de que todo el mundo es su inferior intelectual al tiempo que demuestra desprecio por la verdad y por los ciudadanos (entre los cuales parece el autor incluir a sus votantes)- es también un detalle muy revelador.

Querido lector, creemos que con esto queda dicho todo. Un partido que ya desinforma y manipula antes de las elecciones es como un novio que le pone los cuernos a su novia antes incluso de haberse casado. De un partido que necesita colocar bombas –aunque sean bombas fétidas como ésta- para tratar de generar una crispación que le beneficia y así obtener el voto de los indignados y los aterrorizados, no puede esperarse nada bueno; ¿qué no haría si nos gobernara?

Es verdad que el panorama electoral está muy triste, que a alguien habrá que votar pese a todo, pero no olvidemos que la naturaleza cambia constantemente; la hora, dos veces al año, pero los partidos… ¡ay!, estos no cambian nunca, al menos no a mejor. Advertidos quedan.