El defensa del FC Barcelona, Gerard Piqué, ha quedado en entredicho tras su comparecencia ante los medios de comunicación del pasado domingo para dar explicaciones sobre los audios publicados por El Confidencial.

Piqué remarcó durante esta rueda de prensa que “jamás voy a pedir una ayuda de nada. Sé separar un acuerdo comercial del fútbol”. “Nunca en mi vida he recibido una ayuda de nada ni nadie me va dar una ayuda de nada”, insistió.

Los hechos, sin embargo, desmienten al futbolista, ya que en sus conversaciones con el presidente de la RFEF, Luis Rubiales, sí que se le ve pedir “ayudas” de todo tipo.

En primer lugar, Pique pidió ayuda a Rubiales para ser convocado para los Juegos Olímpicos. “Esto me lo tienes que conseguir”, le reclamó a un Rubiales muy respectivo a las demandas del jugador.

En segundo lugar, pidó ayuda para que el Rey emérito, Juan Carlos I, intercediese para cerrar sus negocios en Arabia Saudí, que le reportaron jugosas comisiones.

En tercer lugar, Piqué pidió ayuda a Rubiales para que el Andorra, club del cual es propietario, no quedese encuadrado en el grupo de los equipos catalanes de la entonces llamada Segunda B.

Piqué consideraba que el grupo de equipos catalanes era “el más jodido” y solicitó al presidente de la RFEF “envíanos a tomar por el culo”. El futbolista concretó que quería el grupo de los equipos riojanos, vascos y navarros.

En cuarto lugar, y pese a no ser un favor explícito, El Confidencial ha publicado hoy un audio donde Piqué llama a Rubiales para quejarse de un arbitraje. Los árbitros dependen de la RFEF, presidida por Rubiales.