Del “caso Naseiro” al “caso Luis Medina”: La mafia progresista abre la veda contra Feijóo
AD.- El caso Naseiro le explotó a José María Aznar a los pocos días de ser proclamado presidente del PP en el Congreso celebrado en Sevilla entre los días 31 de marzo y 1 de abril de 1990. Un juez instructor de Valencia (Luis Manglano) dictó un auto de procesamiento contra varios miembros del Partido Popular entre los que se encontraban su tesorero Rosendo Naseiro y Ángel Sanchis Perales, diputado por Valencia y también antiguo tesorero del partido.
Se trataba de un supuesto caso de financiación ilegal del Partido Popular que convirtió 1990 en un calvario para José María Aznar.
El caso Naseiro llegó al Tribunal Supremo en 1992, debido a la condición de diputado de Ángel Sanchis Perales y de Pedro Agramunt, Presidente del PPCV, donde quedó archivado a causa de algunas irregularidades en la instrucción del sumario.
A pesar de este asunto, la imagen de José María Aznar en la política nacional no se vio deteriorada, al no tener él mismo implicación conocida en el asunto. Se consolidaron su poder dentro del Partido Popular, su imagen como líder de la oposición y la de su partido como alternativa de gobierno.
32 años después se ha querido reeditar un nuevo “caso Naseiro” con un objetivo claro: Núñez Feijóo. La izquierda se batió ayer con fuerza para erosionar al nuevo líder de la oposición a cuenta de la admisión a trámite de la querella de la Fiscalía Anticorrupción contra los empresarios Luis Medina y Alberto Luceño por presuntamente cobrar comisiones millonarias en la compra de material sanitario para la ciudad de Madrid durante la primera ola de la pandemia.
La mafia mediática progresista está dedicando horas y horas de su programación a este asunto. Por supuesto, ni una sola mención a que el Equipo de Delitos Económicos de la Guardia Civil ha constatado en las diligencias practicadas que tanto Francis Puig, hermano del presidente socialista de la Generalitat valenciana, como su socio Juan Enrique Adell han podido presentar tanto facturas cruzadas (de otras empresas del grupo), como otras cuyo pago es dudoso e incluso en algunos casos, facturas de gastos que son dudosamente subvencionables. Considera también la Policía judicial que ambos socios han podido imputar el ciento por ciento de determinados gastos idénticos en la petición de subvenciones a ambas administraciones, por lo que lo subvencionado habría podido superar el importe de la actividad subvencionable, lo cual también supone un fraude.
Tampoco hay referencia alguna a la noticia de la hija de la diputada socialista Carmen López que ha sido denunciada por una estafa de más de dos millones de euros a UGT.
El mismo apagón informativo con el caso de la alcaldesa socialista de Alcorcón, condenada a cinco años de inhabilitación para administrar bienes ajenos de titularidad pública o privada al considerarla responsable de llevar a la insolvencia a la Empresa municipal de gestión inmobiliaria de Alcorcón (Emgiasa), según una sentencia del Juzgado de lo Mercantil nº 6 de Madrid.
A pocos kilómetros de Alcorcón, en el municipio de Móstoles, la corporación socialista al completo ha sido imputada por prevaricación. Son solo tres de los muchos casos de corrupción que tienen como protagonistas a dirigentes del PSOE y a los que la derecha política no sabe sacar punta.
Mientras Feijóo era citado en Moncloa con la añagaza de los pactos de estado con el PSOE, la maquinaria propagandística al servicio de Sánchez se ponía en marcha de forma estruendosa. Eso es lo que cabe esperar del PSOE. Por eso hace bien Feijóo en no fiarse de Sánchez y no caer en la trampa de los pactos con el Gobierno. El único pacto al que Feijóo debe lealtad es con la población española, que reclama firmeza para dejar caer a este gobierno, sin que Sánchez pueda parapetarse en el conflicto de Ucrania para salir de este lío al que le han conducido sus políticas de despilfarro económico.
Pero Feijóo también deberá estar atento a personajes de su partido que han supuesto una profunda decepción. La mayor de ellas es el alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, cuya figura agusanada descuella frente a la de quien era presentado hasta hace solo un año como el alcalde de España.
El primer edil ha pasado de verse salpicado en la polémica por el presunto espionaje al hermano de Ayuso a través de una agencia de detectives contactada por una empresa del Ayuntamiento a convertirse en el protagonista inesperado de una querella de la Fiscalía Anticorrupción contra Alberto Luceño y Luis Medina, hijo del fallecido Duque de Feria, por el cobro de comisiones millonarias por actuar como mediadores en la compra de material sanitario para el gobierno municipal.
El Ministerio Público, que ha estado investigando estos hechos desde noviembre de 2020, solicitó ayer que un juzgado de Madrid judicialice esta investigación por delitos de estafa agravada, falsedad en documento mercantil y blanqueo de capitales. En su querella ,relata el papel de comisionistas de los dos empresarios citados, que habrían inflado el precio del material sanitario acordado para el consistorio “con ánimo de obtener un exagerado e injustificado beneficio económico”. De hecho, el cobro de esas comisiones -en algunos casos del 80%- sirvió para financiar la compra de un Lamborghini, un Ferrrari y un McLaren, cuatro rólex y un yate.
Martínez-Almeida no solo se enfrenta al reto de explicar el trabajo de Luceño y Medina como mediadores del Ayuntamiento para al adquisición de ese materia. El alcalde y su equipo también han tenido que salir al paso de una información que apunta que el primo del dirigente popular, el abogado Carlos Martínez-Almeida Morales, es señalado por la Fiscalía como el enlace para obtener las comisiones millonarias de los contratos de mascarillas del Ayuntamiento.
En cualquiera de los dos supuestos, Almeida debería quedar política y moralmente amortizado. Malo si Almeida sabía que dos sinvergüenzas habían cobrado comisiones millonarios por la adquisición de mascarillas en plena crisis pandémica, y malo si lo desconocía.
Lo que sí es seguro es que la mafia progresista ha abierto la veda contra Feijóo. Se trata del único líder capaz de arrebatarle el gobierno a la coalición socialcomunista, y Sánchez lo sabe. Por eso ha ordenado sembrar de trampas la andadura de Feijóo como líder del PP. Cuenta para esa tarea con la complicidad de los dirigentes del partido-estafa, cuya estrategia de división y confrontación permanente no puede ser suscrita por el líder del partido que está llamado, por tercera vez en menos de 30 años, a salvar la economía española de una muerte segura a manos de la izquierda.
Todo queda en casa porque al final los perros de las diferentes famiglias de la cosa nostra partitocrática al final, aunque se muerdan, no se matan. Al fin y al cabo están en el mismo negocio: al servicio del Globalismo, delinquiendo para enriquecerse, mientras liquidan España. Feijoó, ahora te toca a tí. Mañana será Abascal y pasado mañana, ¡pues quién sabe!.
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