El ex presidente Donald Trump convocó a un nuevo y multitudinario acto de la campaña “Save America” ​​en Florencia, Carolina del Sur, este sábado por la noche, donde presentó a los candidatos a diputados del Partido Republicano que responden a él, Katie Arrington y Russell Fry.

Tanto Arrington como Fry deberán pelear la interna contra dos diputados republicanos, Nancy Mace y Tom Rice, que votaron a favor del impeachment de Trump, en enero del año pasado por la falsa narrativa de que él instigó a que sus simpatizantes asalten el Capitolio.

Trump estuvo acompañado por el gobernador republicano de Carolina del Sur, Henry McMaster, quien peleó voto por voto para que no le roben la elección en el Estado en 2020, el presidente del Partido Republicano en Carolina del Sur, Drew McKissick, y la leyenda del fútbol americano Lou Holtz, quien dirigió el equipo de fútbol de la Universidad de Carolina del Sur de 1999 a 2004.

Como de costumbre, los simpatizantes de Trump colmaron la sede del evento, y el ex presidente apuntó duramente contra el gobierno de Biden por la invasión rusa y dijo que el presidente ruso Vladimir Putin nunca habría comenzado una guerra con él en el cargo.

Destacó la importancia de mantenerse al margen del conflicto y no desatar una “estúpida” guerra con Rusia. “Biden todavía tiene la oportunidad de mantener a los estadounidenses fuera del conflicto“, remarcó.

“A pesar de toda la debilidad, cobardía e incompetencia de Biden, todavía hay un camino para que termine con esta tragedia sin que los estadounidenses queden atrapados en una guerra espantosa y muy sangrienta”, dijo Trump.

“Tenemos un presidente que representa a nuestro país en el momento más importante de la historia, que tiene problemas físicos y mentales“, sentenció, en referencia a Biden.

Trump continuó asegurando que Estados Unidos no podrá poner fin a su dependencia del petróleo ruso hasta que se comprometa a “terminar con la ridícula guerra de Biden contra la energía estadounidense”. Cabe aclarar que si bien Estados Unidos importa una pequeña cantidad de petróleo ruso, importa grandes cantidades de Arabia Saudita, y otros países árabes que están bajo la esfera de influencia de Putin.

Esto es nuevo, ya que durante el gobierno de Trump, Estados Unidos aumentó tanto su producción de petróleo local por las políticas en favor del fracking, que logró la independencia energética. Sin embargo, una serie de regulaciones que firmó Biden en el primer día en la Casa Blanca, puso al país nuevamente bajo la dependencia de los combustibles árabes.

“Tenemos que hacer que nuestras grandes obras de energía perforen, bombeen, produzcan, extraigan y refinen como nunca antes”, dijo Trump, y agregó: “Si no Biden se va a seguir arrastrando por todo el mundo de rodillas rogando y suplicando misericordia a Arabia Saudita, Irán y Venezuela”.

También elogió al CEO de Tesla, Elon Musk, quien a pesar de ser el director de la principal empresa productora de autos eléctricos, le pidió a Biden que aumente de inmediato la producción de petróleo y gas para que bajen los precios y el país no quede expuesto a las sanciones a Rusia.

“Odio decirlo, pero necesitamos aumentar la producción de petróleo y gas de inmediato“, dijo Musk en un tuit del 4 de marzo. “Tiempos extraordinarios exigen medidas extraordinarias“.

En su discurso, Trump llamó a Musk “un tipo que me gusta mucho y respeto” y “amigo mío“. Aunque “dirige una compañía de autos eléctricos“, señaló Trump entre risas. Musk había asumido el cargo de asesor industrial de la Casa Blanca con Trump, pero renunció cuando el republicano decidió salir del Acuerdo Climático de París.

Siguiendo con las ironías, Trump dijo que “Biden no lo hará porque tiene miedo de enfrentarse a la diputada de extrema izquierda Alexandria Ocasio-Cortez“, una miembro de alto perfil del “Escuadrón” de legisladores comunistas del Partido Demócrata, como lo llama el ex presidente al bloque parlamentario de Social Democrats.