La nueva Ley de Educación de Pedro Sánchez institucionaliza el adoctrinamiento en las escuelas españolas
El Consejo de Ministros aprobó hace dos días el real decreto de “Enseñanzas Mínimas de Educación Primaria“, el cual establece las competencias y conocimientos básicos que un alumno deberá aprender en primaria para considerar que está en condiciones de seguir sus estudios obligatorios.
La reforma educativa elimina la palabra “insuficiente” de los exámenes, elimina el dictado, incluye “gestión emocional” en las materias de matemáticas y ciencia, y elimina cualquier mención nacionalista sobre España.
El nuevo programa, que parece haber sido planeado por sociólogos progresistas y no por profesionales de la educación, modifica los contenidos básicos y plantea modificaciones absurdas que no hacen más que institucionalizar el adoctrinamiento educativo en las escuelas.
Para pasar este decreto, el gobierno se valió de la Ley Orgánica 3/2020, aprobada en el Congreso el pasado 29 de diciembre del 2020, cuando prometiendo eliminar el castellano como “lengua oficial de enseñanza”, el PSOE y Podemos lograron el apoyo de los partidos separatistas catalanes y vascos.
Ahora, Sánchez no necesita más del Congreso para establecer el plan de estudio y los contenidos que tanto escuelas públicas como privadas deben dar si quieren tener la matrícula de enseñanza primaria.
Los cambios más impactantes
La materia relacionada a la formación cívica ahora pasará a llamarse Educación en Valores Cívicos y Éticos y buscará “profundizar en el conocimiento de uno mismo, la autonomía personal, conocer el marco de convivencia y una manera de vivir sostenible y para educar las emociones y en valores”. Lo que no se aclara es qué valores se les impondrá a los niños, eliminándose del anterior texto bases fundamentales como patriotismo, deberes cívicos y los símbolos nacionales.
Por su parte, Religión pasará a ser una materia optativa voluntaria y se reducirá a una hora por semana. Con esto se busca no molestar a aquellos alumnos musulmanes o de otras religiones, a pesar de que España es una nación con una abrumadora mayoría católica. La formación artística, por el contrario, aumentará su carga horaria a una hora y media por semana.
De lo más insólito es lo que se hará con Matemáticas, ya que en sus temarios se incluirá la gestión emocional como uno de los saberes básicos de la materia. Se impartirán “conocimientos, destrezas y actitudes para entender las emociones”, ya que, según el decreto, “manejar estas habilidades mejora el rendimiento en matemáticas y combate actitudes negativas hacia estos estudios”.
Se unificarán ciencias sociales y ciencias naturales en una sola materia llamada Conocimiento del Medio Natural, Social y Cultural, y tendrá un leve aumento horario en comparación a la suma de las anteriores dos materias.
La que tendrá un considerable aumento horario será la materia Lengua Extranjera, un reclamo de la izquierda española que hace años viene pidiendo que se enseñe menos Lengua en las escuelas y más idiomas extranjeros.
El decreto real establece que el objetivo de los cambios es que los alumnos obtengan competencias en comunicación lingüística, ser plurilingües; competencias “emocionales” tanto en matemáticas como en ciencia, tecnología e ingeniería, además de competencias en el ámbito digital.
Pero la excelencia a la que apunta el decreto no puede ser alcanzada si al mismo tiempo plantea que la repetición de curso será algo “excepcional”, ya que se establece que solo puede ocurrir una vez durante la etapa educativa primaria. Si el alumno no progresa acorde a lo esperado, se deberán establecer “medidas de refuerzo educativo”, para que pueda sacar adelante las competencias básicas, pero un alumno no podrá repetir más de una vez de grado.
Además, el decreto establece que se dejarán de utilizar las “estigmatizantes” notas numéricas en las calificaciones, y estas pasarán a ser “cualitativas”: estableciendo las notas “Suspenso” (se elimina la palabra “insuficiente”), “Aprobado“, “Bien“, “Notable” o “Sobresaliente“.
También se les ha quitado el dictado para que “no se estresen” y “no sufran ansiedad”, pero lo bueno es que tendrán una hora de lectura por día, lo que no sabemos es qué autores. Difícilmente sea el Quijote o La Rebelión en la Granja.
Pero lo más preocupante es la bajada de línea progresista que se les impondrá a los niños de primaria disfrazada de convivencia, cultura y desarrollo personal.
La nueva cuadrícula obligatoria quedará conformada así: Matemáticas, 185 horas por ciclo; Conocimiento del Medio Natural, Social y Cultural, 160 horas por ciclo; Lengua Castellana y Literatura, 280 horas por ciclo; Lengua Co-oficial (en las autonomías donde la haya), como catalán en Cataluña, 120 horas por ciclo; Lengua Extranjera, 120 horas por ciclo; Educación Artística, 120 horas por ciclo; Educación Física, 100 horas por ciclo y Religión, 70 horas por ciclo, pero opcional.
De todas estas horas, por lo menos 50 deberán ser referidos a contenidos en educación afectiva, educación sexual, enseñanzas sobre igualdad entre hombres y mujeres, respeto a las minorías y a la identidad de género, ecología y lucha contra la violencia de género. Contenidos que sin lugar a dudas deberían quedar a discreción y bajo la órbita educacional de los padres.
Aquellos que defienden estos cambios argumentan que es importante que los menores se formen desde muy jóvenes en la perspectiva de género, la igualdad entre hombres y mujeres, que aprendan a respetar las diferentes culturas, creencias y diversidades. También que reciban educación para un consumo de drogas responsable y sostenible y pautas para cuidar la salud, incluida la afectiva y sexual. Todos temas demasiado complejos para la mente de un niño y teñidos de perspectiva personal que no los prepara para ser personas emocionalmente saludables y profesionalmente capaces de competir en un mercado cada día más específico y competitivo.
Esta nueva ley de educación que busca imponer el pensamiento verde, la ideología de género y “reforzar” las famosas soft skills será obligatoria en un 50% de los planes de estudio, dejando el resto del tiempo curricular a la definición de las comunidades.
Algunas comunidades como la de Madrid, a cargo de la derechista Isabel Díaz de Ayuso, ya anunciaron que la otra mitad de los planes de estudio la utilizarán para temas que ayuden de verdad a la formación de los niños, mientras que otras como las de Cataluña impondrán contenido incluso más progresista en las horas libres que les quedan.
Estamos hablando de la pérdida de la calidad educativa en los menores, niños que aún no tienen completamente desarrollado su aparato psíquico y que aún no definen su personalidad. Niños permeables a todo y que deben, por lo tanto, ser protegidos.
Que no, leche, que no. El problema no es “adoctrinar”. ¿Qué es eso? Le llamáis “adoctrinar” porque lo que se enseña no os gusta. El problema de la educación no es que adoctrina, sino que corrompe la conciencia de los niños y jóvenes. Llamad a las cosas por su nombre.
Cierto, es BASURA CORRUPTORA. Pero lo peor es que hay PROGRES “adultos” y formados que te compran TODO EL PACK. Conozco bastante gente joven que NO ENTIENDEN QUE ESO ES NEGATIVISIMO PARA LOS NIÑOS. Literalmente, no lo entienden!!! y si les contradices o les intentas contradecir en lo mas minimo eres un carca, o un paleto. Es la infantilizacion de la sociedad. Los poderes en la sombra conocen bien la psicologia de las masas! Espero haberme explicado porque yo tambien tengo un poco de lio.
Uff bueno si no se lucha se pierde y el gobierno quiere aborregados a todos
Perfectamente resumido -> “Todos temas demasiado complejos para la mente de un niño y teñidos de perspectiva personal que no los prepara para ser personas emocionalmente saludables y profesionalmente capaces de competir en un mercado cada día más específico y competitivo.”
O como dirían en latín los clásicos: “MAXIMA DEBETUR PUERO REVERENTIA” AL NIÑO SE LE DEBE EL MÁXIMO RESPETO
para no molestar a musulmanes
y algunos de sus lectores se rien de la Francia islamizada lol
ADMINISTRADOR: Señor Pérez, deje de hacer el ridículo, que usted tiene de francés lo mismo que yo.