Julia Navarro.- Santiago Abascal, el vividor nacionalpopulista de los chiringuitos y líder de Vox, no podría con Pedro Sánchez, el peor presidente de la historia de España y del PSOE, en unas hipotéticas elecciones al estilo presidencialista.

Así lo refleja una encuesta publicada recientemente por Metroscopia si estos fueran los únicos líderes con capacidad para formar gobierno: un 57 % del conjunto de los españoles preferiría a un desgastado Sánchez repitiendo al frente del Ejecutivo, mientras que solo un 23 % preferiría al máximo mandatario del partido verde.

Resulta cuanto menos paradójico que los salvapatrias de Vox, que tanto decían que venían a salvar España de todo aquello que la amenazaba, al final se conviertan en el problema de nuestra nación.

La conclusión es que Vox sirve solo para agitar los sentimientos o bajas pasiones de personas desesperadas por los convulsos tiempos que vive España o de aquellos desencantados o cabreados con la política en general, en un ejercicio de populismo ‘patriótico’ y chapucero que al final se ha convertido en la muleta de la izquierda socialcomunista de PSOE y Podemos.

Sánchez está encantado con Vox, una fuerza política que genera división en la derecha y que podría dejarle dormir en el cálido colchón de la Moncloa durante unos cuantos años más mientras aplica sus políticas liberticidas y totalitarias.