Patricia Rueda puede presumir de ser la diputada con la mayor cantidad de operaciones de estética. Lleva un total de 17 intervenciones cosméticas y no es descabellado afirmar que, si sigue en la actual progresión, podría ostentar en poco tiempo el récord Guinness por el mayor número de operaciones de estética en la historia parlamentaria de nuestro país. Ella sin embargo dice que, si vuelve a operarse, no lo revelará porque quiere alejarse de esas estadísticas.

Patricia Rueda se ha pasado por el quirófano para algunas operaciones importantes, que incluyen tres estiramientos faciales, dos operaciones de nariz, implantes y reducciones de mentón. A eso hay que suma otros procedimientos no quirúrgicos, que incluyen peelings químicos y maquillaje semipermanente.

Antes de ser diputada por designación a dedo de José Enrique Lara, ex presidente provincial de Vox en Málaga, Rueda fue directora del Museo Automovilístico y de la Moda de la Costa del Sol.

Patricia Rueda (Foto: “Yo soy mujer”)

Admite que desde que es una persona pública se ha sometido a un estiramiento de cuello, algunos ajustes y docenas de otros procedimientos no quirúrgicos. “No puedo recordarlos todos. Es como preguntarle a alguien si sabe cuántos cortes de pelo ha hecho en los últimos 30 años”, ha declarado a la revista “Mujeres del siglo XXI”.

La diputada afirma que siempre quiso un aspecto natural. Sobre si es cierto o no que la cirugía crea adicción responde que no lo sabe. Ella solo quiere cuidarse. “Para mí, la cirugía que no es lo más natural posible es un fracaso”, admite.

Patricia Rueda quiere aprovechar su experiencia en cirugía estética para, una vez que se retire de la política, establecer su propio negocio para ayudar a otras mujeres a formar una opinión sobre lo que es pasar por el bisturí.

“Ayudar a otros a lograr resultados naturalmente hermosos es lo que quiero, ya sea que se trate de una superestrella o simplemente alguien normal”, añade.

Patricia Rueda.

Por otra parte, afirma que ha renunciado a su deseo de ser madre por su compromiso político con España. “Conciliar vida familiar y laboral son conceptos incompatibles en nuestra sociedad”, lamenta.

En la misma entrevista en “Mujeres del siglo XXI”, confiesa la parlamentaria que lo que más le gusta es ir de compras y llenar su opulente armario, aunque niega ser una adicta al lujo. Y es que invertir buena parte de su dinero en moda y joyería es una de las grandes pasiones de Patricia. Su increíble colección de zapatos y vestidos, muchos de ellos diseñados por los grandes modistos europeos, se ha convertido en carne de debate dentro y fuera de su partido.

Patricia Rueda dice que está “harta de ser conocida como una muñeca Barbie” o que la comparen con la mujer de Abascal, Lidia Bedman, otra mujer ‘fashion’. “Ella es más de Versace, más clásica, y yo me decanto por los tonos más alegres, que van más con mi caracter”, apunta.

Asimismo, sus ‘jornadas de shopping’ en capitales como Nueva York o Roma, le sirven para cargar energías de cara al denodado esfuerzo de salvar a los españoles. O al menos a los del sector estético.

Patricia Rueda, una mujer de nuestro tiempo.