El discurso de Navidad del Rey: Felipe VI exige lealtad a la Constitución, además de “integridad pública y moral”
El Rey ha subrayado esta noche que las instituciones deben «respetar y cumplir las leyes y ser ejemplo de integridad pública y moral». Con estas palabras el discurso del Rey ha dejado traslucir, durante su Mensaje de Navidad, una referencia a la situación que atraviesa su padre, Don Juan Carlos, que pasará sus segundas Navidades consecutivas en Abu Dabi (Emiratos Árabes Unidos) a la espera de resolver su situación con la Agencia Tributaria.
El Rey sostuvo así que «las instituciones tenemos la mayor responsabilidad», marcando así distancias aunque sin mencionarle expresamente. A diferencia del año pasado, Don Felipe no introdujo en su alocución desde el Palacio de la Zarzuela ninguna consideración más explícita de índoles «personales o familiares».
No obstante, Felipe VI dedicó la mayor parte de su Mensaje de Navidad a la «auténtica encrucijada» que afronta España por los retos de la pandemia, la crisis social y económica derivada de la misma o las transformaciones tecnológicas.
Reclamó a los partidos políticos y a la sociedad española «consensos que garanticen una mayor estabilidad, mayor bienestar en los hogares y den la necesaria tranquilidad a las familias ante su futuro».
La situación en la isla de la Palma, tras los estragos provocados por el volcán Cumbre Vieja, protagonizó el inicio de un mensaje que, una vez más, sirvió para defender la Constitución como la clave de bóveda de nuestro sistema democrático y de convivencia: «Ha sido y es la viga maestra que ha favorecido nuestro progreso, la que ha sostenido nuestra convivencia democrática frente a la crisis, serias y graves de distinta naturaleza, que hemos vivido, y merece por ello respeto, reconocimiento y lealtad».
La situación de la pandemia, y los nuevos contagios por la variante Ómicron, también estuvo presente en el arranque del mensaje: «Debemos seguir teniendo cuidado, protegernos y actuar con la mayor responsabilidad individual y colectiva».
Con un marcado acento europeísta -«nuestro futuro como país va muy de la mano de la Unión Europea»-, el Rey animó a los españoles a «confiar más en nuestras propias fuerzas como Nación».
Texto íntegro del discurso del Rey
Ofrecemos el texto íntegro del Mensaje de Navidad de Felipe VI:
«Buenas noches, mis primeras palabras en esta Nochebuena quiero dedicarlas a quienes vivís en la isla de La Palma y estáis pasando, desde hace tres meses, una situación tan dolorosa y difícil. El volcán os ha dejado a muchos sin hogar, sin medio de vida y a todos nos ha llenado de tristeza.
Hoy nuestro corazón y nuestro pensamiento siguen con vosotros. Nos sentimos muy cerca y sabéis que tenéis nuestra solidaridad y que contáis con el trabajo y el compromiso de todas las Administraciones para que podáis reconstruir, cuanto antes, vuestras vidas, vuestra economía, y rehacer así vuestros proyectos con ilusión.
El año pasado, en mi mensaje de Navidad, compartí con vosotros la necesidad de hacer un gran esfuerzo colectivo que nos permitiera superar la Covid-19, con la esperanza puesta en la ciencia y especialmente en las vacunas.
Un año después -y siempre con toda la prudencia necesaria- la situación es diferente. Hemos avanzado sustancialmente en la lucha contra la pandemia gracias al descubrimiento y autorización de las vacunas, al gran número de españoles que se ha vacunado, así como al propio proceso de vacunación en nuestro país, del que podemos sentirnos especialmente satisfechos.
Aun así, estamos viendo que el virus todavía tiene la capacidad de hacernos daño, de muchas maneras. Se vuelve a transmitir muy rápidamente y, por tanto, el riesgo no ha desaparecido. Al contrario. Por ello, debemos seguir teniendo cuidado, protegernos y actuar con la mayor responsabilidad individual y colectiva. Todos tenemos que hacer lo posible para no dar pasos atrás en esta crisis sanitaria que tanto sufrimiento ha causado; y a cuyas víctimas recordamos, especialmente, en estas fechas. Y nuevamente al personal sanitario -en estos momentos- les damos inmensas gracias, con todo nuestro apoyo y ánimo.
También en este último año muchos ciudadanos continúan padeciendo las consecuencias sociales, económicas y también emocionales derivadas de la pandemia. Por una parte, nuestra economía ha vuelto a crecer y a recuperar la gran mayoría de los puestos de trabajo que se habían visto temporalmente suspendidos; y la cifra de ocupados evoluciona a un ritmo realmente positivo. Pero por otra, ha aumentado el número de personas en situación de vulnerabilidad, y hoy en día existe preocupación en muchos hogares por la subida de los precios, el coste de la energía o por las dificultades para encontrar un empleo estable, especialmente para los jóvenes.
Y junto a todo ello, es verdad que en el mundo es un hecho que los países dependemos, cada vez más, los unos de los otros; y que se requieren soluciones a nivel mundial para muchos de los desafíos que compartimos, como es el caso de la salud, que exige una colaboración internacional más eficaz y más reforzada.
También, las nuevas tecnologías están cambiando los tradicionales modos de producción de las empresas y por tanto influyen en el concepto mismo del trabajo, tal y como siempre lo habíamos conocido; la ciencia avanza, y para bien, pero está modificando muchos aspectos de nuestras vidas personales y en comunidad. A la vez observamos cómo, en ocasiones, se ponen a prueba nuestras convicciones, nuestros valores o se ven afectados nuestros principios de organización social y de convivencia en libertad.
Estos son algunos ejemplos de los retos que tenemos por delante y que muestran los tiempos tan complicados que vivimos; tiempos que nos obligan a permanecer muy alerta en un escenario, sin duda, lleno de incertidumbres y de contrastes.
Dejar atrás el pesimismo
Ante esta situación ¿qué hacer?, ¿tenemos que dejarnos llevar por el pesimismo?; ¿debemos caer en el conformismo, esperando que los problemas se resuelvan por sí solos? Yo creo que no.
Creo, por el contrario, que debemos reaccionar: Debemos entender y asumir las nuevas transformaciones que -de manera tan acelerada- estamos viviendo, tomar la iniciativa e intentar ir por delante de los acontecimientos; y debemos igualmente adaptarnos rápidamente a los cambios, teniendo siempre claros nuestros grandes objetivos y prioridades como país. Porque también es un tiempo de nuevos proyectos, de nuevas ideas y oportunidades; de iniciativas llenas de ambición por mejorar y progresar.
Todos deseamos una sociedad avanzada en lo económico y social, con empleo estable y digno, y con un Estado del Bienestar sólido; queremos una sociedad que siga impulsando la igualdad entre hombres y mujeres, que favorezca el progreso individual y social; y aspiramos -por supuesto- a que sea puntera en tecnología, en innovación, que esté en la vanguardia de la lucha contra el cambio climático y plenamente comprometida con la sostenibilidad de nuestro planeta y su equilibrio medioambiental.
Creo sinceramente que los desafíos que tenemos por delante representan para España, como para muchas otras naciones, una auténtica encrucijada; pero son sin duda una oportunidad histórica, incluso una exigencia para ponernos al día, para actualizar y modernizar nuestro país, manteniéndonos firmes en nuestros principios democráticos y en los valores que inspiran nuestra convivencia. Porque en lo que hagamos o decidamos de ahora en adelante está en juego que podamos seguir progresando junto a las naciones más avanzadas o que perdamos el paso en nuestro camino.
Y en esa gran tarea, las instituciones tenemos la mayor responsabilidad. Debemos tener siempre presente los intereses generales y pensar en los ciudadanos, en sus inquietudes, en sus preocupaciones, estar permanentemente a su servicio y atender sus problemas. Debemos estar en el lugar que constitucionalmente nos corresponde; asumir, cada uno, las obligaciones que tenemos encomendadas; respetar y cumplir las leyes y ser ejemplo de integridad pública y moral.
Para todo ello, el entendimiento y la colaboración son actitudes necesarias que dignifican las instituciones; más aún, las fortalecen, porque generan la confianza de los ciudadanos. Y las diferencias de opinión no deben impedir consensos que garanticen una mayor estabilidad, mayor bienestar en los hogares y den la necesaria tranquilidad a las familias ante su futuro.
Pero sin duda, también la sociedad tiene que desempeñar un papel esencial en estos tiempos de cambio. Las circunstancias, muchas de ellas nada fáciles, que nos ha tocado vivir, sobre todo a lo largo de estos últimos 40 años, nos han forjado como una sociedad fuerte y responsable; y enormemente solidaria, como hemos comprobado desde el comienzo de esta pandemia. Son nuestros valores cívicos, junto al talento, la vitalidad y la energía que tenemos en la industria, en los servicios o el campo, los que deben estar muy presentes en la construcción de nuestro futuro.
Si sabemos adónde nos queremos dirigir, también debemos ser conscientes de dónde venimos.
El cambio tan profundo de España en estas más de cuatro décadas de democracia y libertad ha sido extraordinario, y no ha sido fruto de la casualidad. Se ha basado en el esfuerzo y el sacrificio de muchas personas, de millones de españoles. Y se ha debido a muchas razones: sentido de la historia, grandes acuerdos, generosidad, responsabilidad y visión de futuro.
«Unidad frente a la división»
Ese gran proyecto de transformación lo simboliza y representa nuestra Constitución, con la que nos integramos plenamente en las modernas democracias occidentales y cuyo espíritu nos convoca a la unidad frente a la división, al diálogo y no al enfrentamiento, al respeto frente al rencor, al espíritu integrador frente a la exclusión; nos convoca permanentemente a una convivencia cívica, serena y en libertad.
La Constitución ha sido y es la viga maestra que ha favorecido nuestro progreso, la que ha sostenido nuestra convivencia democrática frente a las crisis, serias y graves de distinta naturaleza, que hemos vivido, y merece por ello respeto, reconocimiento y lealtad.
Y nuestro futuro como país va muy de la mano de la Unión Europea; así lo entienden mayoritariamente los españoles. Europa fue una aspiración y un objetivo, y hoy es una gran realidad política, económica, social y cultural, en la que compartimos con nuestros socios nacionales europeos unos mismos valores democráticos que nos ofrecen un marco institucional de estabilidad, de seguridad, y de confianza. Y también de nuevas oportunidades.
Hemos visto como la lucha contra la pandemia, con toda su complejidad, ha reforzado a la propia Unión, que ha asumido compromisos muy importantes -sin precedentes- en salud, economía y empleo. Y ahora la Unión se abre a la oportunidad de invertir fondos europeos en la modernización de nuestro país y de nuestras empresas, en una economía necesariamente cada vez más digital, más verde y más inclusiva. Es una ocasión única que no podemos desaprovechar.
El momento es difícil, desde luego, pero detenernos hoy es quedarnos atrás; es retroceder. Hay que seguir adelante porque la Historia nos enseña que los españoles hemos sabido cómo reaccionar y sobreponernos ante las adversidades. Ahora se abre ante nosotros un futuro que nos exige -a todos- responsabilidad, voluntad de colaborar y entendernos; y necesita -ese futuro- que confiemos más en nuestras propias fuerzas como Nación. Y no tengo duda de nuestro compromiso, de nuestra capacidad; y de que, con decisión, con empuje y carácter, lo conseguiremos.
No me extiendo más, pero recordemos que esta noche también hay muchas personas velando por nuestra salud, por nuestra seguridad y tranquilidad, y garantizando los servicios públicos… Todos ellos, merecen nuestro reconocimiento y que les tengamos especialmente presentes en estas fechas.
Gracias por vuestra atención; y con la paz y la alegría que esta noche representa, junto a la Reina y nuestras hijas la Princesa Leonor y la Infanta Sofía, os deseo a todos que tengáis una muy feliz Navidad y Año Nuevo.
Eguberri On, Bon Nadal, Boas Festas».
Si comparto lo que opino de los borbones, y mas de un tiempo a esta parte creo que no me publicarian el mensaje.
Ahora mismo España no tiene rey, ni gobierno, ni justicia independiente, ni una policia ni unas fuerzas armadas que hagan cumplir con el juramento que hicieron a España y a los españoles, lo que tenemos son una banda de mafiosos babosos adlateres de soros y su agenda globalista. Es todo lo suave que lo puedo decir.
España y los españoles decentes estamos hundidos en la infamia y en la indignidad.
Así es
Suscribo todo su comentarip Pepe.
Comparto su brillante comentario y,añado que,a los que lo vemos así nos llaman de todo.
se puede decir mas alto, pero no mas claro
Totalmente de acuerdo con usted.
y que franco nocesito 40 años para robar un pazo, y estos lo roban cada minuto, y no necesitan ser ni jefe se estado
Franco no robò nada.
Ni estaba en su manera de ser ni lo necesitaba.
Tenía “afición” por visitar las joyerías de Serrano.
Otros y otras no necesitaban visitar nada, se las llevaban directamente a sus despachos o domicilios.. confesado por el exministro Corcuera., eso sí, lo hacían para “resarcirles” de sus sacrificios???
Mejor dicho imposible
Además de los 3 Resye Magos, en España tenemos un cuarto, llamado Felipe VI.
Pero este viene con carbón todos los años…
¿De verdad hace falta tener un rey para que diga cuatro chorradas en Navidad, y no reine ni gobierne, ni nada de nada? (Pregunto).
Suscribo sus palabras D. Ramiro. La penosa impresión que produce leyendo en el Telepront (o como quiera que se llame el invento), con una pronunciación anodina, carente de veracidad, de dinamismo, de carisma personal,… sin ideas fuerza, sin principios sólidos que defender, sin convicción, sin chispa y sin confianza,… es sencillamente deplorable. Son “discursos” tan previsibles y tan insulsos que aburren hasta los borregos Llegará el día que sólo los escuche su hija Leonora. Ya me imagino cuál habrá sido la cuota de pantalla “sharing” comparada con las de su padre, aquel que leía con un soniquete que parecía que… Leer más »
Masón, traidor, a prisión
Horca
Que quieres de uno que se casa con una divorciada polifollada y polioperada, pudiendo elegir entre miles de mujeres.
Su Majestad el Rey Felipe perdio toda la credibilidad para mi el dia que se caso con Su Majestad la Reina Letizia, desde entonces le tengo almacenado en la neurona de los hipocritas, junto con el Papa Francisco y tantos otros charlatanes que predican una cosa y despues hacen lo contrario:
https://machoprensa.wordpress.com/2015/06/22/la-reina-de-espana-ensenaba-las-tetas-y-promocionaba-el-cancer-de-pulmon-cuando-estudiaba-en-mexico/
Pues supongo que se puede considerar a Letizia Ortiz como a “una triunfadora”, “ejemplo inspirador” para muchas jovencitas. Y ¿en qué se ha basado su exitus o triunfo? ¿En el estudio y trabajo duro? En buena imagen, desparpajo “emprendedor” y, por supuesto, en imprescindible golferío: requisitos obligados si se quiere “triunfar” en la sociedad en que estamos.
https://www.youtube.com/watch?v=u_qeVIXxOLM
Cuente, cuente, sobre el “imprescindible golferío”, que algo habíamos oído…
es la leti sin más, yo no le devo devocion a nadie y el es el felipe sin más, cualquier trabajador español es más que ellos porque ellos viven de nuestro esfuerzo no del suyo, traducido sería vivien de sudor de nuestra frente
Yo por mi les habria llamado “el tonto” y “la zorra”, por lo de “mujer astuta”, lo juro, pero temi las demandas judiciales perjudiciales para Alerta Digital y para mi mismo, de lo contrario los habria llamado “el tonto” y “la zorra”, lo vuelvo a jurar
El discurso se lo escribieron sus amos globalistas. Borbones traidores.
Se le ha olvidado decir que LOS SERVIDORES PÚBLICOS TIENEN QUE GANARSE EL SUELDO QUE COBRAN.
Y él no se lo gana, ni mucho menos su mujer, que también cobra, o la supuesta heredera, que nos cuesta 112.000 euros anuales (ahora supongo que más)…
¿Qué hacen para ENMENDAR esta caótica, penosa y esperpéntica situación?
Pues yo se lo diré: ABSOLUTAMENTE NADA.
No son parte de la soución; son parte del problema…
Tenemos un Rey globalista que sólo se dedica a dar premios a gente que no lo merece como a Marina Abramovic, un Papa globalista que no es Papa y un presidente globalista ilegítimo que falsea todo lo que toca. Vamos encaminados al caos.
Que aluda a la Constitución cuando se incumple constantemente ,ya lo hemos visto con los estados de alarma, con el nazi-pass, y con un gobierno de terroristas al mando.
Quien reina con estos tipejos se vuelve como ellos.
no lo soporto esa voz de seminarista y ese discurso escrito por la leti, parecia Sanchez hablando, la verdad, he llegado al punto de queprefiero no haya monarquia.
no voy a decir lo queme parecen las hijas por ser menores de edad, ya tendre tiempo
por cierto la felicitacion de navidad esa foto era un horror, dan miedo
La FAMILIA MOSTER, o cómo se diga…
República Nacional. Sobra Felipe VI.
https://elcorreodeespana.com/politica/473094156/Boicot-al-mensaje-del-Rey-Los-consejos-que-se-los-de-a-sus-hijas-Por-Pablo-Gasco-de-la-Rocha.html
Es evidente, el enorme malestar de la sociedad. Sobran los motivos. ¿Por qué, entonces, la escasez de manifestacones y protestas que tenemos? ¿De qué sirve mascullar enfado entre amigos o en este foro? ¿Por qué no convocamos manifestación por una República Nacional?
Feliz Navidad a todos los contertulios y al equipo de A.D.
Majestad, mi única lealtad es con el PUEBLO ESPAÑOL.
¡Que pasen un feliz día de Navidad!
y
¡Arriba España!
LOS BORBONES A LOS LEONES!!!! EXPEDIENTE ROYUELA YA!!!
Hace tiempo que no escucho los discursos de estos borbones. En general los monarcas actuales en Europa son solo títeres de guiñol. Viven bien y hacen el papel correspondiente. Sobre este Felipe VI solo cabe decir que llegó a ser monarca después de engañar a su padre. Como es sabido Letizia había abortado y si Juan Carlos lo hubiera sabido en aquel momento habría obligado a su hijo a romper el compromiso. Mintió por tanto a diferencia de lo que hacen los miembros de la familia real inglesa. Eduardo VIII renunció al trono por amor a una mujer. No engañó… Leer más »
Muy buen análisis de la vida y milagros de Felpudo VI “El Preparao”..
Hay que reconocer que es una pieza dócil del tablero, gobernada por cabrones masones globalistas y hasta por una comadreja o raposa que ha conseguido deshacer y dispersar a la familia del Emérito Bobón.
Un año más, el discurso no es el de un rey sino, más bien, el de un mal ministro de Economía o de Sanidad. Esta vez ha batido todos los récords; menciona una sola vez la palabra Navidad en la despedida “feliz Navidad y Año Nuevo”. Está claro que para estos borbones, Dios no pinta nada en el devenir de los hechos. No existe, en ningún sitio del discurso, una conexión entre Navidad (Natividad, de nacimiento) y el nacimiento del Hijo de Dios. La reina Isabel II del Reino Unido, en su mensaje Navideño, se refiere a la alegría que… Leer más »
Si yo tambien comparto eso de integridad. Expliqueselo a ellos: https://twitter.com/AnonymeCitoyen/status/1463211125227589643