El medio de propaganda gubernamental chino Global Times admitió el lunes que los organizadores de los Juegos Olímpicos de Invierno de Beijing 2022 están cada vez más preocupados por la posibilidad de que este año se produzca “uno de los inviernos más fríos de la historia”, lo que supondría una amenaza para la salud de los atletas.

El “clima extremo”, como lo describe el periódico, podría dar lugar a condiciones peligrosas para la práctica de los deportes en invierno, y la posibilidad de que se produzca una situación de este tipo hace que se cuestione el proceso del Comité Olímpico Internacional (COI) a la hora de elegir Pekín como ciudad anfitriona de un evento que tendrá lugar en febrero. El COI también fue objeto de críticas en 2016 después de que los atletas se quejaran de que las instalaciones acuáticas de los Juegos Olímpicos de verano de Río de Janeiro estaban peligrosamente contaminadas y el gobierno socialista de entonces había hecho poco para mejorar su estado.

Los activistas de derechos humanos lanzaron un movimiento mundial de boicot contra los Juegos Olímpicos de Beijing, en respuesta a la actual campaña de genocidio de China contra el pueblo uigur del Turquestán Oriental, así como a una larga lista de otras atrocidades contra los derechos humanos que el país anfitrión está cometiendo. El COI ha hecho caso omiso de las peticiones de reubicación del evento.

El Global Times, citando al jefe de “meteorología” de las Olimpiadas, afirmó que el Partido Comunista estaba bien preparado para las duras condiciones invernales.

“Como se espera que la ciudad de Beijing experimente uno de los inviernos más fríos de la historia este año, que podría estar sujeto a otras condiciones meteorológicas extremas”, afirmó el Global Times, “los meteorólogos de los Juegos Olímpicos de Invierno de Pekín dijeron que el comité organizador se ha preparado para diversas condiciones climáticas para garantizar que los eventos al aire libre no se verán afectados por condiciones extremas repentinas”.

El periódico señaló que Beijing ya se enfrentó a las condiciones de “una severa ola de frío” en noviembre, “23 días antes de lo habitual”, y asoció las condiciones al fenómeno meteorológico conocido como La Niña.

“Muchos en este campo creen que, debido a La Niña y a los cambios en la circulación atmosférica, es probable que las zonas del norte de China experimenten un invierno extremadamente frío, incluidas las ciudades anfitrionas de los Juegos Olímpicos de Invierno de 2022, Beijing y Zhangjiakou, en la provincia de Hebei, en el norte de China”, señaló el periódico.

Entre las preocupaciones de los atletas está la posibilidad de que los recintos deportivos no estén bien acondicionados, o que el clima extremo retrase el transporte de los atletas lesionados fuera de un recinto. La hipotermia también puede ser motivo de preocupación.

El experto en climatología de los Juegos Olímpicos, Wang Gengchen, insistió en el artículo del Global Times en que la nieve o el frío extremos no supondrían un problema para los atletas.

El COI no ha abordado de forma significativa lo inadecuada que podría resultar Beijing como sede de los Juegos Olímpicos de Invierno. El Partido Comunista se enfrentó a preocupaciones meteorológicas similares, aunque opuestas, en 2008, cuando organizó los Juegos Olímpicos de Verano, y las abordó estrenando una “máquina meteorológica” que, en teoría, disiparía cualquier lluvia.

“Si la lluvia amenaza la ceremonia de apertura o de clausura, los funcionarios de Pekín dicen que instalarán varios bancos de lanzadores de cohetes en las afueras de la ciudad para sembrar las nubes amenazantes y hacer que liberen la lluvia antes de que llegue a la capital”, informó entonces NBC News.

“El departamento de meteorología se siente tenso ante la posibilidad de que se produzcan fenómenos meteorológicos extremos este invierno, pero tenemos confianza porque ya ha previsto casi todas las situaciones”, declaró Wang al Times. “Con el apoyo de los departamentos gubernamentales, incluido el Ministerio de Ciencia y Tecnología, se ha realizado un gran número de estudios de escenarios meteorológicos, y se han planteado unos requisitos de previsión meteorológica detallada sin precedentes”.

Wang pareció hacer mucho hincapié en el hecho de que China inundaría las sedes con nieve artificial, que es más fácil de mantener segura para los deportes de invierno que la nieve natural.

Según el Global Times, “las personas con información privilegiada afirmaron que todo el proceso cumplirá estrictamente con las normas de bajas emisiones de carbono, limpias y ecológicas, y que las preocupaciones sobre el consumo de energía de la fabricación de nieve son infundadas”.

Al final, el clima no interfirió en los Juegos Olímpicos de 2008, que en cambio se vieron empañados por los abusos generalizados de los derechos humanos. Las condiciones medioambientales tampoco parecieron preocupar al COI por los atletas que participaron en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro de 2016, que navegaron por aguas tan sucias que arruinaron sus embarcaciones y soportaron una larga lista de crímenes violentos a manos de bandidos locales.

Al igual que en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, donde los expertos en salud advirtieron que un brote del virus del Zika podría convertirse en una pandemia si los atletas llevaban la enfermedad a casa, Beijing se enfrenta a un formidable resurgimiento del coronavirus chino, que actualmente está alimentando una verdadera pandemia en curso.

El Partido Comunista está intentando en estos momentos someter un brote que ha afectado a 20 de sus 34 provincias y ha cerrado múltiples barrios de Beijing, obligando a posponer el Maratón de Beijing. La resistencia de China a organizar un maratón a pesar de su naturaleza al aire libre, plantea dudas sobre la seguridad de los eventos deportivos en interiores o de los eventos al aire libre programados para los Juegos Olímpicos.

Los organizadores del boicot a los Juegos Olímpicos de Beijing no se han opuesto a la seguridad de los atletas, sino a que se honre a Beijing con la organización de los mismos mientras 3 millones de uigures y otros musulmanes languidecen en campos de concentración del Partido.

En febrero, a un año del evento, una coalición de 150 grupos de derechos humanos firmó una carta conjunta instando al COI a cancelar o reubicar los Juegos Olímpicos de Beijing.

“Todo lo que no sea” un boicot mundial, decía la carta, “será visto como un respaldo al gobierno autoritario del Partido Comunista chino y a su flagrante desprecio por los derechos civiles y humanos”.