Mi coche no arranca: posibles fallos y soluciones
Veamos qué podemos intentar hacer cuando nuestro coche no arranca, antes de llamar al servicio de asistencia. Ya adelantamos que en la mayor parte de las ocasiones nada habrá que podamos hacer. No obstante, algunas veces un poco de insistencia sí que dará sus frutos y podremos salir del apuro.
Problemas de batería
Son la causa más frecuente de los fallos de arranque. Puede ser que la batería se haya descargado accidentalmente o que precise ser sustituida.
Si se trata de descarga accidental (por ejemplo, al haber dejado encendidas las luces del coche), podremos arrancar sirviéndonos de unos cables de arranque o mediante los arrancadores que traen los servicios de asistencia.
Si es porque la batería ya está en las últimas habrá que sustituirla, ya que, por mucho que la carguemos, volverá a fallar en breve.
No olvidemos comprobar posteriormente el alternador en un taller
Siempre que observemos un fallo de la batería, es necesario seguir este paso. En muchas ocasiones los problemas de batería son ocasionados por un alternador que no carga la batería o lo hace de forma insuficiente.
Calentadores diesel o bujías con carbonilla
La falta de mantenimiento o el uso exclusivamente urbano del vehículo provocan la aparición de carbonillas en los calentadores (vehículos diésel) o en las bujías (coches de gasolina).
En estos casos el coche termina arrancando tras varias intentonas.
Es necesario sustituir cuanto antes los calentadores o bujías, según el tipo de motor de nuestro automóvil.
Fallos en el sistema electrónico de control
Cualquier sensor de temperatura o gases en mal estado puede hacer que el coche no se ponga en marcha. Esto mismo ocurrirá si es la centralita electrónica la que está fallando.
Mediante un dispositivo de diagnosis se pueden detectar los fallos electrónicos, cambiando los elementos defectuosos en un taller eléctrico.
Motor de arranque dañado
Esta avería se detecta fácilmente, ya que oiremos ruidos extraños o golpeteos mientras gira el motor de arranque y el motor del coche no se pondrá en marcha.
Tendremos que avisar a la grúa porque será necesario cambiar el conjunto del motor de arranque por otro nuevo en un buen taller de reparación de motores.
Fugas en el depósito o en el circuito de carburante
Si en el exterior del coche percibimos un fuerte olor a gasoil o gasolina sin quemar, es la señal de que hay pérdidas de combustible. Aunque sean pequeñas pueden haber provocado que el depósito se vacíe.
Si el coche es de gasolina, en ningún caso insistiremos en poner en marcha el vehículo, pues existe riesgo de incendio.
La solución más prudente consiste en remolcar el vehículo hasta un taller mecánico.
Avería en la bomba de combustible
Otra posibilidad es que se haya averiado la bomba de combustible. Un conductor difícilmente podrá diagnosticar por sí mismo este tipo de fallo.
Es otro de los casos que no pueden solucionarse sobre la marcha, siendo preciso llevar el coche al taller.
Indicador de fuel defectuoso
Si sospechamos que ese pueda ser el fallo, podemos intentar añadir 5 litros de carburante al depósito. Esperaremos unos minutos tras realizar esa operación e intentaremos arrancar de nuevo el automóvil.
De todas formas, recomendamos ser prácticos: si el coche no arranca tras varias intentonas, la solución inteligente es avisar cuanto antes al servicio de asistencia.
El conductor de la grúa tendrá los conocimientos de mecánica básicos para saber si el problema es solucionable sobre la marcha y los medios materiales para arrancar el coche, siempre que sea posible hacerlo.
Actuando por nuestra cuenta lo que conseguiremos, en 9 de cada 10 ocasiones, será perder aún más tiempo y mancharnos la ropa y las manos.